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AGUA QUE NO HAS DE BEBER...
60 respuestas al Plan Hidrológico Nacional


José María Franquet Bernis

 

 

SEGUNDA PARTE: EL PHN Y LOS TRASVASES

45. ¿Es necesario construir nuevos embalses para trasvasar agua desde el Ebro hacia el Sur?

En el cuadro siguiente, puede verse la relación de embalses cuya ejecución se proyecta al objeto de llevar a cabo el trasvase Ebro-Almería. A saber:

El trasvase Ebro-Almería, la única alternativa que el Plan Hidrológico Nacional consideraba viable para dotar de agua a las poblaciones y regadíos del litoral mediterráneo, atravesaba al menos 14 espacios protegidos y el parque natural de Cabo de Gata-Níjar, que aspira a convertirse, por cierto, en Parque Nacional. Estos impactos exigirían modificaciones del trazado más económico. El recorrido propuesto requiere varios embalses intermedios. De los siete analizados, tres se consideraban viables y se desecha uno.

Aunque los redactores del PHN-2001 eligieron la alternativa del litoral para llevar agua desde el Ebro hasta Almería como la más económica y viable de las tres estudiadas, su trazado no dejaba de afectar a varios espacios naturales protegidos. El documento se ocupaba de analizar su impacto, así como de la viabilidad de los embalses necesarios para regular los caudales de agua a lo largo de los casi 1.000 km. que tendría la conducción.

El mayor impacto ambiental es el del propio río aguas abajo desde donde se efectúa la toma, muy próxima a su desembocadura en el gran delta. Este espacio, donde se conjuga la protección ambiental con el aprovechamiento turístico y una explotación intensiva de cultivos arroceros, sólo acoge actualmente el 5% de las aportaciones de sedimentos que recibía a principios de siglo.

Las presas que jalonan el curso del Ebro son, en parte, responsables de esta pérdida. Los regadíos lo son de que sólo se viertan al mar anualmente unos 12.000 hectómetros cúbicos de los 17.265 que aporta el río como media anual en régimen natural. Algunos estudiosos, como ya se ha visto, atribuyen a esta pérdida de caudal la intrusión de agua marina hacia el interior por el lecho del río. Para el PHN-2001 este fenómeno es natural y común a todos los estuarios y desembocaduras de los ríos.

En cuanto a los embalses intermedios del trasvase, el plan estudiaba siete propuestas a lo largo del trazado meridional Ebro-Almería (el trazado septentrional Ebro-Barcelona carece de impactos ambientales y sólo contemplaba la posibilidad de hacer el embalse de San Jaime). La primera de ellas, el embalse de Canaletas, la descarta por su impacto.

Los de Vall de l’Infern (en la proximidad de la toma de aguas) y Cervera son viables, pero necesitarían tratamiento de impermeabilización y estudios geológicos suplementarios. El primero tiene limitaciones ambientales, y el segundo tendría que construirse aguas arriba de Cervera del Maestre, aunque inunde la carretera con San Mateo.

Los de Càlig y Gorra recibieron el calificativo de ‘desfavorables’ por defectos geológicos, mientras que el de Villamarchante, en el río Turia, alcanzaba el aprobado. Ninguno de ellos sobrepasaría los 85 hectómetros cúbicos de capacidad de almacenamiento, tal como puede contemplarse en el cuadro adjunto.

Por otra parte, las últimas sequía de los años noventa (desde 1990 a 1995) y dos mil (2004-2005) puso en evidencia la vulnerabilidad de los sistemas de abastecimiento de la mayoría de las grandes ciudades. Más de 11 millones de españoles sufrieron restricciones durante largo tiempo debido al agotamiento de las reservas. Según la incidencia del cambio climático, la disponibilidad de agua en España se reducirá en un 6% en los próximos años.

El anteproyecto de ley del Plan señalaba que el Ministerio del Medio Ambiente deberá diseñar un programa nacional de detección de sequía (ya lo tienen en el Canal de Isabel II y en la Agencia Catalana del Agua) con sistemas de alerta. Este mecanismo permitiría la adopción de medidas en función de la gravedad. No obstante, el Plan recogía en su anexo de inversiones una lista de más de 20 ciudades en la que era necesario mejorar sus garantías de abastecimiento para no arriesgarse de nuevo a padecer cortes de agua. Entre ellas figuraban Madrid, Barcelona, Oviedo, Salamanca, Cádiz, Málaga, Ciudad Real, Zaragoza, Badajoz, Palma de Mallorca o Santander. Junto a ellas, pequeñas poblaciones del entorno de los embalses de Entrepeñas y Buendía, de donde parte el trasvase Tajo-Segura, y otras aledañas al acueducto, que hasta ahora ven el agua pasar sin poderla beber o aprovechar para otros usos consuntivos.


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