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El potencial de sostenibilidad de los asentamientos humanos

Josep Antequera

 

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CAPÍTULO 3

LA EVOLUCIÓN URBANA



    

3.5. La globalización romana

a). La ciudad romana y su capacidad expansiva.

El Imperio Romano, producto de un centro energético urbano en expansión, fue, por su parte, una vasta empresa de construcción de ciudades. En una relación general del Estado Romano en el período que precedió inmediatamente a su ruina, el autor lo consideraba integrado por cuerpos cívicos separados cuyo número llegaba a 5.627” .

En las ciudades romanas se planificaban sus dimensiones y trazados cuando ocupaban o construían una ciudad. Las aplicaciones del cemento les posibilitó también la monumentalidad y expansión de sus arquitecturas. El cemento posibilitó la substitución del sustrato natural ecosistémico por un sustrato artificializado que aunque simplificaba la complejidad de las propiedades del suelo (impermeabilización, incapacidad de germinación semillas y absorción de gases atmosféricos), incrementaba la variabilidad de los asentamientos humanos al aumentar la velocidad en los flujos informativos entre ellos. Lo que ampliaba a la vez la concepción de sistema unificado a mayores extensiones planetarias, exportando sistemas restrictivos de conductas a lugares cada vez más alejados del centro generador original (Roma).

El esquema urbano romano se extendía a la periferia mediante la creación de asentamientos nuevos utilizando la tecnología y los criterios acumulados en el desarrollo de su organización. La ingeniería de la construcción de ciudades estuvo muy bien planteada en Roma, ya que se limitaba tanto su superficie como su población, que se restringía a unos 50.000 habitantes. Llegaron incluso a planificar la ordenación del territorio para conseguir la autosuficiencia y el equilibrio entre la ciudad y su entorno. En muchas regiones la colonización fue acompañada por un orden similar de planeamiento del paisaje, trazados de caminos y división de los campos en largas parcelas rectangulares que aún hoy son visibles desde el aire y a las que se respeta su uso diario . Aunque Roma ciudad, en su máximo apogeo imperial acogió aproximadamente a un millón de habitantes.

El esquema en cuadrícula también estaba presente en las estructuras urbanas romanas, heredadas de sus ancestros los etruscos y no se sabe seguro si con alguna influencia de los griegos . La cuadrícula romana se diferenció de la griega porque existían dos calles principales que se cortaban en ángulo recto, una de norte a sur y otra de este a oeste. En el centro de las dos calles principales se ubicaban las reliquias de la ciudad y el foro romano, equivalente a la acrópolis y el ágora griega. Éste centro era un recinto entero de trazado complejo donde se hallaban los santuarios, los templos, las salas de justicia y los casas de consejo.

Fig 3.4. Trazado en cuadrícula de la ciudad de Timgad que muestra las dos calles centrales en cruz (extraído de Klajmic D.)

La ciudad de Roma en el año 312 d.C. cubría una superficie de 1999 Ha, y y dentro de la muralla la extensión era de 1.344 Ha. Según el primer inventario realizado en ella la ciudad disponía de 6 obeliscos, 8 puentes, 11 baños públicos, 19 canales de agua, 2 circos, 2 anfiteatros, 3 teatros, 28 bibliotecas, 4 escuelas de gladiadores, 5 espectáculos náuticos para combates marinos, 36 arcos de mármol, 37 puertas, 290 almacenes y depósitos, 254 panaderías públicas, 1790 palacios y 46.602 inquilinatos .

Roma hacia el año 300 d.C. disponía de unos 30 parques y jardines públicos. Al expandirse tanto la ciudad, se requería la presencia de espacios ajardinados. El circo fue un elemento clave en el Imperio, fue introducido en el año 264 a.d.C. y fue en el año 326 d. C. donde se prohibió arrojar criminales a las fieras y en el año 404 se prohibieron las luchas de gladiadores. En él se sacrificaban tanto a personas como animales que se traían desde muy lejos para exponerlos a las masas.



Fig. 3. 5. Maqueta de la ciudad de Roma. Dibujo extraído de National Gographic, reproduce la ciudad durante el mandato de Constantino (306-337 d.C) .


b) La relación con el entorno.
La tecnología del saneamiento y de la distribución de agua en la ciudad habían sido resueltas en Roma. Esta concentración de seres humanos requería una estructuración de los flujos de deshechos que muchas veces superaba las capacidades tecnológicas y de organización de la propia urbe. Las condiciones de salubridad en el interior de la ciudad estaban organizadas con ciertas deficiencias, ya que en muchas partes no existían conexiones desde las viviendas a la red de alcantarillado. En pocas palabras, donde la necesidad era mayor, las instalaciones mecánicas eran menores. Si bien la masa de población podía acudir de día, pagando una pequeña suma, a los retretes públicos del vecindario, depositaban la basura doméstica en cisternas cubiertas, situadas al fondo de los pozos de las escaleras en su populosas casas de inquilinato, de donde la extraerían periódicamente los estercoleros y los basureros. La misma extracción puntual nocturna apenas disminuiría el hedor que sin duda imperaba en los edificios (la orina, recogida en jarros especiales, era utilizada por los bataneros para trabajar los paños). A diferencia de la eliminación de las aguas, el abono de estiércol tenía la ventaja de reabastecer el suelo de las granjas circundantes con una sustancia rica en nitrógeno,... Pero la carga procedente de esta vasta población de tugurios debe haber sido mayor que la que podía soportar la tierra vecina... . Todo ello junto a los cinturones de basureros en el exterior de la ciudad, con fosas de cadáveres de hombre y animales en putrefacción generaban un ambiente más que insalubre. También el tránsito rodado fue un problema en las ciudades romanas. En Roma la gran aglomeración incrementó el uso del carro teniendo que ser regulado por diversas autoridades, ya que la congestión era intolerable.

El impacto ambiental fue otra de las causas que influyó en la degradación del imperio. La creación del Imperio Romano aumentó la presión sobre el medio ambiente en otras áreas del Mediterráneo a medida que aumentó la necesidad de comida. Muchas de las provincias del Imperio fueron convertidas en graneros para alimentar a la población de Italia, particularmente a partir del 58 antes a.d.C. cuando los ciudadanos de Roma empezaron a recibir grano gratis por razones políticas. El Norte de África, por ejemplo, tiene una gran cantidad de impresionantes restos romanos, como la gran ciudad de Leptis Magna en Libia, de lo que una vez fueron algunas de las provincias más prósperas y más productivas del Imperio. Pero ahora están rodeadas por inmensos desiertos, monumento conmemorativo de una extensa degradación medioambiental provocada por las acciones humanas

Roma perfeccionó la conectividad entre los asentamientos. La mayor contribución a la tecnología militar en la época clásica y tal vez al progreso de la misma civilización fue, sin embargo, el sistema de carreteras creado por los romanos. Los romanos querían trasladar sus ejércitos al lugar necesario con la mayor rapidez posible, y construyeron carreteras por doquier. La superficie de las carreteras estaba empedrada y junto a ella había cunetas para el desagüe, y en ciertos lugares incluso había aceras. En total los romanos construyeron unos 70.000 kilómetros de carretera” .




c). Las relaciones sociales.
Las disputas entre las clases sociales de plebeyos y patricios y las divisiones del suelo hacia el año 367 a.d.C., estuvieron entre las causas de que muchos romanos emigraran a las provincias conquistadas .

Las estructuras de poder social se correspondían con la organización de las estructuras físicas de la ciudad y la apropiación del espacio por parte de los individuos y colectivos más influyentes en la organización social. La calidad de vida, como es de suponer, estaba diversamente distribuida entre las clases, con unas 1800 familias con sus séquitos de sirvientes libres y esclavos, ocupando las mejores mansiones, una clase media de funcionarios, mercaderes y empleadores en alojamientos algo decorosos y la gran masa del proletariado, en deplorable contraste, vivía en unas cuarenta y seis mil casas de inquilinato, que debían dar cabida, como promedio a cerca de doscientas personas cada una de ellas .

Las clases comerciantes tenían un papel importante en la estructuración social, y se expandía el fenómeno de medir las cosas según un valor acordado socialmente (mercado), por encima de los requerimientos funcionales de la estructura urbana como espacio satisfactor de necesidades individuales. La especulación urbanística estaba a la orden del día en Roma y la clase de los constructores era una de las más pudientes del Imperio, a costa de la mayoría de los ciudadanos subyugados a dichas clases. Esos edificios y sus moradores constituían la médula de la Roma imperial; y esa médula estaba podrida. A medida que Roma crecía y que su sistema de explotación se hacía cada vez más parasitario, la podredumbre atacaba masas siempre mayores de tejido urbano. La parte principal de la población de la ciudad que se jactaba de sus conquistas mundiales vivía en alojamientos estrechos, ruidosos, sofocantes, fétidos e infectos; pagaban alquileres exorbitantes a caseros implacables, soportando diariamente indignidades y terrores que los insensibilizaban y embrutecían, y que, a su vez, reclamaba medidas compensatorias. Esas medidas llevaron aún mas lejos la brutalización, en una orgía ininterrumpida de sadismo y muerte . El pan y circo conocido de los romanos, se hizo más necesario cada día para contener a las masas empobrecidas, y la brutalidad y el sadismo fue públicamente potenciado, sembrando el miedo y el terror por todo el imperio.

Sus propios logros fueron su propia perdición. La desintegración de Roma fue el resultado final de esa hipertrofia, que determinó una detención de funcionamiento y una pérdida de control sobre los factores económicos y agentes humanos que eran de importancia fundamental para su existencia continua.

Porque el problema de Roma consistía fundamentalmente, en inventar un medio para difundir su poder y su orden, de modo tal que todo el Imperio se convirtiera en un sistema equilibrado e intercomunicado, en el que hubiera, en dos direcciones intercambio y cooperación entre todas las partes integrantes, urbanas y regionales . Pero esto no ocurrió ya que el ansia devoradora del centro hizo deprimir con un modelo parasitario de organización a los núcleos de la periferia. A medida que la economía romana se tornaba progresivamente más absorbente y por lo tanto más dependiente de campos y fábricas distantes para sus aprovisionamientos de granos, metales, tejidos, papiro y cerámica, más unilateral y monopolista se volvía la relación .

La restricción desproporcionada de libertades externas y la falta de satisfacción de las necesidades de la periferia en beneficio de las del centro, generó un feed back positivo cada vez mayor entre la expansión de sus sistemas de control y el incremento de los recursos de dicho sistema de poder que le obligaba a expandir cada vez más la colonización (necesidad de un mayor incremento de las fuerzas represivas que para su mantenimiento se requería un mayor incremento de la explotación de la periferia que a la vez generaba un incremento en el volumen de dichas fuerzas, etc.).


d) La globalización romana.
La actividad expansionista romana supuso una globalización cultural importante. Roma, dice Mumford, fue la gran máquina de hacer salchichas que convirtió a las demás culturas, con toda su diversidad de forma y contenido en eslabones uniformes . Por ello podemos decir que el incremento de variabilidad que genera la conexión entre esta constelación de núcleos humanos que supuso el Imperio Romano, se produce desorganizando otros sistemas culturales autóctonos no compatibles con el sistema central y que compiten con él en la manera de estructurar el propio sistema (resistencia a la invasión). Estos nuevos sistemas culturales impuesto mediante el poder de las fuerzas represivas (ejércitos imperiales), generan nuevos esquemas estructuradores de dichos asentamientos, que les permiten la conexión con el centro energético (gobernadores romanos de las nuevas provincias) y así ser alimentados mayoritariamente por la variabilidad que dicho centro produce, transmite y impone (Pax Romana). Esta imposición cultural periférica permite el desarrollo y la introducción de una variación mayor en el centro de control que es la capital: Roma, que pone a su servicio a dicha periferia para incrementar su nivel de información y su sostenibilidad.

La causa del declive y caída del Imperio Romano aún son objeto de debate entre los historiadores. Pero la mayoría estaría de acuerdo en que fue el resultado de la interacción de una serie de factores que causaron una descomposición política interna y una vulnerabilidad a la presión exterior. Sería, por tanto, demasiado simple ver la degradación ambiental, como la única, o incluso la principal causa, de su declive y caída. Pero no cabe duda que fue un importante factor coadyuvante y que las dificultades para conseguir el excedente alimentario necesario para alimentar a la población de Roma y a grandes ejércitos permanentes fue una de las causas de la debilidad interna del Imperio .

La expansión imperial se vio afectada por la corrupción interna por un lado y el impacto ambiental por otro que generaron plagas y desastres, con la consecuente dificultad cada vez mayor en la obtención de recursos, por la necesidad de expansión de otros pueblos que lo circundaban (los bárbaros) y por un mensaje más humano y religioso que se iba expandiendo por encima de las brutalidades mundanas que hundían a las masas en la miseria psicológica y social (el cristianismo). Estos factores dividieron en dos al imperio en sus última épocas (Diocleciano 284 –305), y posteriormente permitieron que Roma fuera pasto de los vándalos en el año 455. El último emperador romano de occidente fue depuesto en el año 476.
Fig. 3.6. Extensión del Imperio Romano en su máximo apogeo .

La sostenibilidad de un sistema tan extensivo se hizo imposible. Sistema que se vió acosado por diversos factores que impidieron su permanencia en el tiempo y en el espacio. Un sistema en el que prevalecieron los niveles de satisfacción de necesidades individuales (corrupción) por encima de los sociales. Que a la vez originaba una explotación excesiva de la periferia a favor del centro, lo que le obligó a consumir muchos recursos en el mantenimiento de fuerzas represivas. Que se voy sometido a una presión invasiva de sistemas sociales externos (pueblos bárbaros) que no tenían ninguna voluntad de asumir el sistema cultural del Imperio. Que a la vez generaba un gran impacto ambiental sobre su entorno agotando fuentes de recursos para su mantenimiento y generando grandes niveles de contaminación ambiental y destrucción de ecosistemas. Y que su sistema cultural y de valores tambaleaba ante otros sistemas más aceptados socialmente (cristianismo). Todos estos factores asociados generaron un nuevo orden social que se vio caracterizado más por el desarrollo de lo local y volvieron a formarse nuevas estructuras sociales y urbanas que crecieron sobre las ruinas del sistema anterior. No podemos dejar de pensar que unos 1.500 años después nos hallamos en una fase social expansiva de una extensión planetaria, en la que están presentes los mismos elementos amenazadores que facilitaron la caída de este primer esquema de globalización occidental que fue el Imperio Romano.
 


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