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LIBERTAD ECONÓMICA, DESARROLLO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

 

En las diversas publicaciones del Índice de Libertad Económica es claro que existe una clara relación entre el crecimiento económico y la libertad, más también es claro que existen otras relaciones como la justa distribución del ingreso y el desarrollo humano.

 

Gráfico No. ILE y Capital Social

 

En este sentido es claramente diferente al Capital Social ya que no se destruye con el desarrollo sino que permite un aumento continuo del mismo. Esto se debe a que la Libertad Económica permite un mayor crecimiento económico en la medida que permite que las naciones que aprovechen sus ventajas comparativas y competitivas y logren altos beneficios individuales de las personas y las corporaciones, escenario que se complementa con un papel activo de un Estado Redistribuidor; más este esquema se limita en economías controlada y con Instituciones ineficiente.

 

La comprensión de la linealidad crecimiento - desarrollo se fundamenta en el esquema inverso del Capital Social Colectivo donde lo particular favorece lo colectivo y no lo contrario, es decir, que la justa competencia permite que las brechas de oportunidades puedan ser subsanadas por el aparato institucional. Si bien este debate no ha sido resuelto a nivel internacional, es importante el reciente llamado del Grupo de Barcelona sobre la relevancia de considerar factores diferentes a los neoclásicos para fomentar el desarrollo económico y es un claro indicio que las Metas de Desarrollo del Milenio están comprometidas y esto requiere un replanteamiento en las instituciones económicas y en la forma en que abordan los problemas.

 

Siendo cierto que la Libertad Económica fomenta la seguridad económica, es fundamental encontrar las herramientas transculturales que permitan insertar mecanismos de libre mercado en la mayor cantidad de sociedades posibles considerando con mucho acierto sus acervos culturales: la inmoralidad de las tasas de interés activas en países musulmanes, la propiedad colectiva de la tierra y sus productos en las comunidades africanas o los imaginarios de “mejor lo de afuera” típico en los países que fueron colonias a mediados del segundo milenio como Latinoamérica.