Un recorrido por los marcos conceptuales de la Economía.
PARTE PRIMERA
CAPÍTULO 1. - INTRODUCCIÓN Y CONCLUSIONES.
Comunidad ideal de diálogo.
Si la labor científica consiste fundamentalmente en la construcción de marcos conceptuales, entonces, cómo aceptan los científicos un lenguaje como válido. Para Lakatos por medio del convencionalismo. El convencionalismo es la libertad de aceptar racionalmente, mediante convención, no sólo los «enunciados fácticos» singulares en un sentido espacio-temporal, sino también las teorías espacio-temporalmente universales. Para Kuhn, no hay ninguna norma más elevada que la aceptación de la comunidad pertinente.
Nosotros podemos añadir que los científicos, en general, y los científicos que trabajan en un mismo marco conceptual, en particular, se constituyen en una aproximación a una «comunidad ideal de diálogo». Esto es, un modo particular de decir que el oficio del científico consiste en la argumentación fundamentada, que obliga a «dar razón de» las afirmaciones y «del» lenguaje en que se formulan.
La condición de posibilidad de la Argumentación incluye implícitamente los siguientes supuestos: por una parte, que quienes argumentan hacen una opción por la «verdad». Entiéndase verdad a la luz de lo que se expone ulteriormente. Y, por otra, que esta opción sólo resulta coherente si quienes optan por la «verdad» postulan prácticamente la existencia de una comunidad ideal de argumentación, en la que la comprensión entre interlocutores será total.
Esto presupone una situación ideal del diálogo, en la que se excluye la desfiguración sistemática de la comunicación, se distribuyen simétricamente las oportunidades de elegir y realizar actos de habla y se garantice que los roles de diálogo sean intercambiables. La racionalidad de las decisiones, el no-dogmatismo de la argumentación se alcanza sólo procedimentalmente por medio de un diálogo que culmine en un consenso entre los afectados. Esto exige reconocer al sujeto afectado como interlocutor competente en una argumentación. De ello, los científicos, explícita o implícitamente, se consideran pertenecientes a una comunidad ideal de diálogo. De este postulado deriva un imperativo: promocionar la realización de la comunidad ideal de argumentación en la comunidad real.