David F. Camargo Hernández
2. EL ESTADO Y LA TEORÍA ECONÓMICA
El Estado en materia económica tiene como función principal la redistribución
del ingreso y para ello utiliza mecanismos que le permiten actuar frente a la
libre empresa, por medio de políticas que tienen que ver con: Tributación,
prestación de servicios públicos, gasto público, precios, tenencia de tierras,
entre otros. Son funciones que por su misma naturaleza, no administran los
entes privados y le dan al Estado un carácter interventor.
El Estado emprende diversas empresas, pero no significa que la responsabilidad
deba asumirla él exclusivamente; puede delegar parte de su gestión a los
particulares. Hay funciones básicas que no se pueden eludir, como la
protección a la vida, a la propiedad individual ó a la libertad, debe fijar
normas para que opere todo su engranaje.
El Estado proporciona empleo y al mismo tiempo busca satisfacer necesidades
públicas, implementando mecanismos para obtener ingresos de los particulares y
realizar gastos. Su propósito es la satisfacción de las necesidades públicas
lo que afecta tanto a productores como a consumidores. Esa participación del
Estado en las actividades que se desarrollan en una sociedad, requieren de
comprensión de los intereses generales para que su gestión sea equitativa. Su
objetivo es la maximización del bienestar de los individuos que componen la
sociedad; siendo por lo tanto, regulador de las distorsiones que se presenten
en el mercado. Procura el equilibrio económico, sin dejar de percibir recursos
que recuperan costos y mantienen los procesos de redistribución.
Una facultad que tiene el Estado es la contratación de fuerza laboral, por eso
es importante considerar los factores políticos administrativos y de carácter
institucional como determinantes de la incorporación de personal. La dinámica
de las actividades económicas como tal, no explican el comportamiento de la
vinculación de los funcionarios públicos. En la medida en que el gobierno
logre incrementar en mayor proporción los gastos de funcionamiento con
relación a la inversión pública, influye en el empleo porque afecta
positivamente el consumo y por lo tanto la demanda agregada(1) . Si la política
fiscal es expansiva, aumenta el empleo estatal, siempre y cuando que se
realice la mayor parte del gasto en áreas intensivas en trabajo.
Hay dos hechos muy importantes que marcan una gran diferencia entre el Estado
y cualquier ente contratante de carácter privado y son: El beneficio y la
posibilidad de fracaso; es decir que el Estado como tal busca el bienestar de
la comunidad en general y al mismo tiempo no contempla la posibilidad de una
futura liquidación como si sucede con las empresas privadas, obteniendo
utilidad o ganancia por los bienes producidos o servicios ofrecidos y se corre
el riesgo de una posible quiebra, producto de las mismas condiciones del
mercado.
El Estado no busca el lucro, ante todo debe ser capaz de brindar a sus
miembros la retribución que esperan y así cumplir con el objetivo para lo que
fue creado.
El recurso humano es el elemento fundamental, no solo para el Estado sino para
cualquier organización, por lo tanto, debe estar en una constante evolución.
La implantación de tecnologías y las exigencias de mayor calidad y
competitividad, obligan a los responsables políticos a tomar decisiones en
procura de un Estado mas eficaz que adquiera legitimidad frente a los
ciudadanos.
En los últimos años se han venido presentado avances para lograr una
modernización del Estado, pasando de una estructura rígida y caótica a
constituirse en perceptor de cambios a todo nivel, cuya pretensión es un mejor
ordenamiento organizacional, separando la esfera de lo político de lo
administrativo, implementando programas y proyectos que den cabida a la
iniciativa, la innovación y al desarrollo permanente.