David F. Camargo Hernández
EVASIÓN Y CORRUPCIÓN TRIBUTARIA
¿Qué papel juega la evasión frente a la corrupción tributaria?.
La evasión juega un papel muy importante porque puede llegar a constituirse en
indicador de la dimensión de la corrupción tributaria, por cuanto que el
contribuyente al dejar de pagar sus impuestos o pagarlos en menor proporción
comete un delito fiscal, porque además de evadir el tributo corrompe al
funcionario tributario. La iniciativa de cometer un acto doloso puede venir
del contribuyente o del mismo funcionario corrupto.
¿Qué modalidades de corrupción tributaria existen?.
Se pueden considerar aquellas que cometen los contribuyentes y los
funcionarios. Entre las que cometen los primeros están: la adulteración o
anulación de registros, retención indebida del recaudo, adulterar recibos o
documentos, presentar declaraciones falsas; emitir documentos falsos, ocultar
activos y patrimonio y presentar certificados falsos entre otras.
En cuanto a las cometidas por funcionarios están: la exclusión de
contribuyentes de programas de fiscalización, el aceptar deducciones falsas,
omitir o reducir sanciones, las devoluciones indebidas, omisión en la
fiscalización permitiendo la prescripción de deudas, aceptar deducciones
improcedentes, omitir evidencias, adulteración de documentos, deudas en
beneficio de contribuyentes, cancelar o archivar expedientes con deudas o
permitir que se presente silencio administrativo positivo, la adulteración de
bases de datos, el trasladando de funcionarios a lugares que despiertan
interés obteniendo beneficios a cambio de nombramientos etc.
¿Hay alguna manera de agrupar los países de acuerdo con la evasión fiscal?.
Sí, efectivamente, los países se pueden agrupar en categorías (13). Se
presentan los de primera categoría, conformados por aquellos cuya evasión
fiscal es inferior al 10%. Es el caso de Dinamarca, nueva Zelanda y Singapur
entre otros. En una segunda categoría se encuentran los países con evasión
fiscal entre el 10 y 20% como Canadá; Estados Unidos; países de Europa
Occidental y Chile. En tercera categoría se trata de aquellos con evasión
fiscal entre el 20 y 40% como los países de América Latina exceptuando a
Chile, quienes se caracterizan por tener recursos materiales, buenos
procedimientos, personal cualificado pero con problemas, como una gestión poco
decisiva, un uso ineficaz e inadecuado de tecnología y de información
disponible para controlar el incumplimiento de las obligaciones tributarias,
con diseño de sistemas computarizados sin tener en cuenta las necesidades
finales del usuario, procedimientos de cobro coactivo inadecuados y existencia
de prácticas corruptas. En una cuarta categoría se encuentran aquellos con
evasión fiscal superior al 40% que corresponde a aquellos países con
estructura tributaria inoperante, carencia de recursos físicos y financieros e
inadecuada capacitación y cualificación de personal, servicios ineficaces al
contribuyente, alta rotación de personal técnica y gerencial, y prácticas
corruptas generalizadas en la que según Silvani y Baer están incluidos los
países de Latinoamérica y el Caribe excluyendo a Chile. Sin embargo hay que
anotar al respecto que en algunos países latinoamericanos donde se presenta
mayor evasión fiscal, ha mejorado ostensiblemente tanto su estructura como los
controles y se ha iniciado una lucha frontal contra los evasores, sin dejar a
un lado la reducción de la corrupción al interior de las administraciones
tributarias.