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LA DOLARIZACIÓN Y EL PESO LATINO
Dinero y moneda son dos conceptos distintos. El primero lo usamos todos los días: cuando decimos que una persona tiene dinero, lo que queremos afirmar es que posee bienes y riquezas; cuando susurramos que alguien esta con dinero, en realidad estamos murmurando sobre el origen de una recién adquirida fortuna; y, cuando escuchamos que alguien hace buen dinero, entendemos que recibe un buen sueldo, salario o ingreso.
Pero el segundo concepto lo usamos muy poco: sabemos el nombre de nuestra moneda; sospechamos que cada país tiene su propia moneda; y hemos escuchado que el dólar es una moneda importante. Pero preferimos que sean otros quienes utilicen ese vocablo.
En realidad tenemos toda la razón para dar un tratamiento distinto a esas dos palabras: nuestro dinero nos interesa porque somos miembros de una familia, mientras que nuestra moneda nos interesa porque somos miembros de una nación; valoramos nuestro dinero dentro de las fronteras, mientras que nuestra moneda tiene valor por fuera de ellas; el dinero lo usamos a diario, la moneda solo ocasionalmente; el Banco Central puede fijar aunque sea fugazmente el precio de la moneda, pero jamás el precio del dinero; y, relacionamos moneda con devaluación y dinero con inflación.
Los países latinoamericanos actualmente emiten dinero bajo 10 distintas denominaciones: Bolívar, Boliviano, Colón, Córdoba, Guaraní, Lempira, Nuevo Sol, Quetzal, Real y Peso.
Así, el principal obstáculo que nuestros países deben vencer para lograr su estabilidad económica, es el hecho de que tienen dinero pero no tienen moneda. La próxima sección describe el sendero que creemos se debería transitar para que el dinero latinoamericano pueda ser utilizado también como moneda.