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Alfonso Klauer
Los principios de la defensa tradicional
En la apreciación estratégica tradicional, entre otras consideraciones, encontraremos siempre las siguientes: (1) en cualquier momento puede presentarse nuevamente una situación como la de 1879; (2) sólo las armas cuentan en los asuntos de la defensa, y tenemos el potencial económico necesario para mantener el equilibrio militar estratégico con nuestros vecinos, y; ni el centralismo ni la descentralización son asuntos relevantes en cuestiones de defensa.
Así, a la luz de esa apreciación, y sobre la base del consejo de los especialistas en defensa, usualmente nuestros gobiernos vienen manteniendo invariables, entre otras, las siguientes decisiones estratégicas: (1) como la más importante garantía de nuestra defensa, las fuerzas armadas deben estar siempre preparadas contra cualquier posible agresión externa; (2) el Ministerio de Economía debe financiar la renovación y potenciación de nuestras fuerzas armadas y, con la debida reserva, dar prioridad a esos gastos sobre cualquier otro que demande el presupuesto fiscal, y; (3) debe mantenerse en Lima gran parte del sistema de defensa.
Y a su turno pues, en función de todo lo precedente, históricamente nuestro sistema estratégico de defensa ha tenido como lineamientos fundamentales, entre otros: (1) mantener fuerzassuficientes para que, simultáneamente y con iguales probabilidades de éxito, se pueda enfrentar a uno, dos y hasta tres enemigos; (2) mantener el grueso de nuestras guarniciones militares en la Costa, y; (3) mantener un importante y disuasivo equipamiento ofensivo.
¿Será necesario insistir en que la tradicional y consabida apreciación estratégica, por ahistórica, es errónea? ¿Y que tanto la estrategia general como la estrategia militar que se derivan de ella adolecen entonces también de graves y muy costosos errores? ¿Y que por todo ello, como hasta el día de hoy, tras 180 años de vida republicana, ni hemos defendido bien el país, ni lo hemos desarrollado? No pues, el ahistórico e inútil planteamiento tradicional de la defensa del país no puede seguirse postulando, y, menos aún, seguir instrumentalizándose. Es un freno estructural para nuestro desarrollo. Más todavía, es la mejor garantía para la perpetuación de nuestro subdesarrollo.
Nuevos principios de defensa
Contra lo que habitualmente se imagina y oficialmente se postula, el país tiene ante sí otras opciones para la defensa del país. Y, en todo caso, permítasenos esbozar una que, aunque en apariencia radical y terminante, puede resultarnos acertada y fructífera en el contexto de un decidido y genuino proceso de descentralización, y de cara al desarrollo del Perú.
En efecto, sobre la base de los siguientes principios, el país puede encarar un nuevo Sistema de Defensa Nacional:
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Reivindicar y aplicar a nuestra realidad las experiencias de Costa Rica, en América Latina, y Suiza, en Europa
Comprometer decididamente a la comunidad internacional, y en particular a la ONU, la OEA y la Comunidad Andina, con nuestro nuevo sistema de defensa
Conceder al Ministerio de Relaciones Exteriores un rol protagónico en los asuntos de nuestra defensa
Desarrollar una nueva, sincera y decidida política de integración subregional y regional
Adoptar una estrategia militar estricta y rigurosamente defensiva, con pleno aprovechamiento de la Cordillera de los Andes como barrera defensiva
Dar inicio a un proceso que, en no más de cinco años, y como parte de un nuevo Sistema de Defensa del Perú, permita dar forma a una nueva Fuerza de Defensa Nacional, como único cuerpo militarizado del país, inte-
grando en ella Ejército, Marina, Aviación y Policía; y cuyo presupuesto agregado (incluyendo sus componentes regionales), al cabo del mismo plazo represente no más del 10 % del presupuesto anual del Estado
La creación de la nueva Fuerza de Defensa Nacional deberá darse en el contexto del proceso de descentralización
Deberá ser eminentemente descentralizada, de modo tal que, además del componente que estaría bajo jurisdicción del Gobierno Central, otros de sus componentes queden bajo la jurisdicción de las autoridades provinciales o regionales, según corresponda
Proclamar al mundo que el Perú ha iniciado una política unilateral y decidida de desarme militar, eminentemente pacifista, y que pasa a formar una fuerza de defensa no bélica
Pública e internacionalmente inmovilizar todo nuestro armamento ofensivo y prescindiendo del todo, y sin subterfugios de ninguna índole, de adquisiciones de armas ofensivas y ofensivodefensivas
Los componentes del Sistema de Defensa Nacional tendrán como objetivos la tranquilidad, orden y seguridad de los habitantes del país y el resguardo del patrimonio privado y público; la lucha y represión de la delincuencia común, así como del narcotráfico, terrorismo, y el contrabando; control y resguardo de fronteras; protección de parques nacionales y zonas ecológicas; protección al turista; tráfico urbano y control de carreteras; control externo de establecimientos penales; seguridad de instalaciones públicas (debiendo prescindir sus miembros, institucional o individualmente, de prestar servicio directo a entidades privadas).