DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA:

Del nombre de los españoles


Pulse aquí para acceder al índice general del libro.

En esta página web no están incluidos los gráficos, tablas, mapas, imágenes y notas de la edición completa.

Pulsando aquí puede acceder al texto completo del Tomo I en formato PDF (125 páginas, 668 Kb)

Pulsando aquí puede acceder al texto completo del Tomo II en formato PDF (153 páginas, 809 Kb)

Alfonso Klauer

La consigna: como reguero de pólvora

Lo que sí sabemos, es que, en ausencia de escritura, los nativos peruanos –como los griegos de la antigüedad– habían desarrollado una memoria prodigiosa. Y, como aquéllos, podían repetir una, dos y diez veces, sin errores, con puntos y comas, lo que habían escuchado en una reunión, de boca de un amigo o de boca del cacique.

También sabemos que por amistad, lealtad y reciprocidad, los comerciantes tallanes, fingiendo estar dentro de su normal rutina, salieron en todas direcciones a repetir todo lo que acababan de ser enterados. Llevaban, sin embargo, una consigna específica: separando el trigo de la paja, no debían perder tiempo en todo aquello que, dadas las circunstancias, no era relevante. Debían, por el contrario, concentrarse en repetir:

1) el poderío militar de los visitantes es extraordinario –sin olvidar de describir el armamento, los caballos, las corazas de metal con las que se protegen el pecho, la presencia de los nicaraguas, panameños, mexicanos y africanos que les vienen cargando las cosas, a, y los perros–;

2) a los que han llegado habrán de sumarse, en oleadas interminables, muchos otros más, de modo que su fuerza va a ir creciendo constantemente y, en general, van a llegar por el mar, en carabelas mucho más altas que cualquier balsa;

3) los españoles ya han conquistado, sin excepción, a todos los pueblos desde México hasta Tumbes;

4) se encaminan a Cajamarca a derrotar, capturar y matar a Atahualpa;

5) luego tratarán de hacer lo mismo con Huáscar;

6) su meta por ahora es el Cusco y, en el camino, van a intentar conquistar todo lo que encuentren;

7) sin duda después van a bajar a conquistar toda la costa;

8) están locos por oro y plata;

9) sólo hay hombres, están también locos por mujeres;

10)vienen con ellos unos tipos raros: unos hechiceros a los que les dicen “frailes”, y que para todo mueven las manos en la cara; y otros a los que les dicen “cronistas”, que con cosas raras sobre cosas más raras, registran con garabatos hasta los más mínimos detalles de casi todo, aunque muchas veces sólo insignificancias; y además, como no entienden nuestras lenguas, tergiversan mil veces las cosas y, cuando les conviene, dejan de apuntar muchas otras importantes.

Esos eran los diez mandatos, los diez encargos, que con asombrosa facilidad fueron esparciendo los comerciantes por las costas y las cordilleras. En cada pueblo los comerciantes sabían que sus pares del pueblo vecino eran muy agradecidos cada vez que se les entregaba información valiosa. Y ésta, como no ocurría en años, era una primicia invalorable.

Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios