Del nombre de los españoles
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Alfonso Klauer
La traición en la historia
Quizá muchos episodios equivalentes a
los que vamos a mostrar se dieron en la historia
precolombina del Perú. Muy pocos, sin
embargo, son los testimonios que, a ese respecto,
puede recogerse de ese larguísimo período.
Casi podría decirse entonces, y por lo que
con abundancia muestra últimamente la historiografía
andina, que la traición aparece
en la historia peruana precisamente con la
conquista española.
¿Sobre qué pueblos pesa tan sibilida y soterrada,
como estigmatizante y traumática acusación? ¿Y cuáles los fundamentos de ella?
Los aliados de la conquista
Pues la historiografía tradicional ha jugado también un papel determinante en
este grave y complejo asunto. Veamos algunas citas relevantes.
Casi desde la llegada misma de los españoles
a Tumbes, algunos curacas tallanes
(...) no dudaron en [plegárseles]. En el viaje
de Pizarro hacia Cajamarca, ...los tallanes,
también (...) los chimús (...), unos y otros
advertían a los cristianos que se cuidasen de
Atahualpa....
En Pachacamac (Lima), el curaca (...) y
los principales del lugar salieron a recibir a
los [españoles que por mandato de Pizarro
habían viajado a la costa a reconocer el gran
santuario] (...), mostrándoles voluntad e invitándolos
a penetrar el pueblo para aposentarlos
en él.
Entre los curacas que se presentaron a
Pachacámac a saludar y cortejar a los españoles
se contó al del gran pueblo de Chincha,
de la costa, al sur de Lima; y a los de Yauyos
y Huarochirí, de las alturas de Lima.
Cuando la delegación emprendió el viaje
de retorno a Cajamarca, al pasar por Jauja, en
marzo de 1533, fueron calurosamente recibidos
por los huancas. Incluso los cajamarcas,
los del territorio donde fue apresado
y ajusticiado Atahualpa, se plegaron al lado
de los conquistadores. Y, en el camino hacia
el Cusco, Pizarro conoció que se le plegaron
también los pobladores de Cajabamba y Huamachuco,
de las alturas de Trujillo.
Más adelante los huancas aportaron al ejército
conquistador español hasta mil guerreros.
La amistad de los huancas (...) parecía
sincera. Apertrecharon a los conquistadores
con ganados, ropa y comida. Y en su
momento, a la hora de enfrentar la última resistencia
militar de las huestes que permanecían
leales al inka ajusticiado en Cajamarca,
españoles y huancas decidiron jugarse el todo por el todo. Más tarde, con
miles de guerreros, contribuirían a combatir
la resistencia de Manco Inca.
Para cuando Hernando Pizarro lideró la
defensa del Cusco contra el asedio de Manco
Inca, doscientos soldados españoles estaban
apuntalados por más de treinta mil indios
auxiliares, entre los que se contaban muchos
cañaris y chachapoyas.
Poco más tarde, cuando la resistencia inka
se hizo presente en Lima, cercando la ciudad,
colaboraron en el levantamiento del cerco
los yungas de Lima (Lurigancho, Surco,
Chilca), los huaylas de los Andes Centrales y
nuevamente sus vecinos, los huancas. También
vecinos de éstos, los yauyos, los tarmas
y los chankas, mostraron en otro momento su
alianza con los españoles. Para terminar, citaremos
que en el viaje de Almagro a Chile,
en el valle de Aconcagua, el recibimiento de
los indios fue magnífico.
El historiador peruano Waldemar Espinoza,
en La destrucción del Imperio de los
Incas, por su parte, centra casi toda su atención
en el papel descollante que, como aliados
de los conquistadores españoles, cumplieron
los huancas, de los ricos valles agrícolas
de Jauja, Concepción y Huancayo, en
los Andes Centrales del Perú.
Toda esa información, como bien se sabe,
ha sido proporcionada por los propios cronistas
españoles. ¿No surge entonces de este
apretado recuento la convicción del grave error
en que incurre M. L. Laviana cuando
sostiene que, a diferencia del [caso] mexicano,
[en la conquista del Imperio Inka] no hubo
ayuda de aliados.
Cierto es, no obstante, y sin retaceos de
ningún género, que en ninguno de los casos
mencionados, ni Del Busto ni Espinoza, califican
la actuación de los pueblos nativos
como traición. Tampoco lo hace Bonilla
Amado en Perú Colonial. Ni Pease en Del
Tawantinsuyu a la historia del Perú. Tampoco
Vega en Los incas frente a España. Ni
Hemming en La conquista de los incas. Ni
Guillén en Visión peruana de la conquista.
Tampoco Portal en Oro y Tragedia de los
incas. Ni Riva Agüero en La Conquista y
el Virreinato.