EL TAMAÑO EMPRESARIAL COMO FACTOR DE DIVERSIDAD

 

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El tamaño empresarial como factor de diversidad

Alfonso Galindo Lucas

CAPÍTULO V: EL TAMAÑO COMO FACTOR CLAVE DE COMPETITIVIDAD

1. INTRODUCCIÓN

Aunque el objetivo primordial que nos habíamos propuesto se ha atendido en los capítulos tercero y cuarto, la gran disponibilidad de datos relativos a variables tan diversas nos permite abordar problemáticas relacionadas con el tamaño que, según nuestra revisión bibliográfica, no habían sido resueltas satisfactoriamente. Esta serie de cuestiones pendientes de solución tiene gran significación para el tema de la presente investigación, ya que hemos conjeturado que la disparidad de resultados podía deberse al problema de la conceptuación del tamaño.

No obstante, aun siendo un objetivo secundario importante dilucidar si en la obtención de una determinada rentabilidad predomina el “efecto industria” o el “efecto empresa”, no estamos en condiciones de definir de forma razonada ni la rentabilidad (Aguiar et al., 2000) ni tampoco ninguno de ambos efectos. Esto no impide abordar el estudio de la media y la variabilidad del denominado factor RENTABILIDAD, con el fin de comprobar si difiere más entre las categorías de sectores definidas en las Tablas 32 y 33, o entre conglomerados de tamaño (Tabla 31).

Puesto que en capítulo 4 se ha obtenido una clasificación satisfactoria de las 1.160 empresas en tres categorías de tamaño, basta con realizar análisis descriptivos de las variables que nos interesen, a través de estas tres clases de empresas. En concreto, el efecto del tamaño en la rentabilidad, en contraposición con el efecto del sector, será el tema a tratar en este quinto capítulo. En el siguiente, se tratará de resolver distintos interrogantes relativos a la incidencia del tamaño sobre la estructura financiera y el acceso a la financiación. Queda pendiente el estudio del crecimiento empresarial, pues no contamos con series temporales ni variaciones interanuales.

Como se expuso en el primer capítulo, la rentabilidad empresarial, viene siendo el principal subrogado de la competitividad. Los efectos “empresa” y “sector” suelen hacer referencia a la incidencia de estas dos características empresariales en la rentabilidad, aunque hay trabajos que estudian estos efectos también en la estructura financiera o solvencia de la empresa (Osteryoung et al., 1992, Hernández et al., 2001), aspectos éstos que se tratan específicamente en el capítulo siguiente. Siguiendo otra línea muy usual en las finanzas, también estudiaremos desde el punto de vista de la supervivencia de la empresa más allá de una fecha dada.

Aparte del tamaño y el sector, otros factores como la antigüedad (Fariñas y Moreno, 2000; García et al., 2002, inter alia) y la estrategia (Julien et al., 1996, inter alia) se han propuesto como factores claves del éxito empresarial. Estudiaremos la variable antigüedad, pero no el tipo de estrategia, por falta de datos fehacientes al respecto.

La cuestión de la rentabilidad, en su versión de rentabilidad financiera, está muy relacionada con la financiación ya que los costes financieros socavan el beneficio, cuando la dificultad en el acceso a la financiación lleva a la empresa a renovar préstamos a corto plazo o el escaso poder de negociación frente a bancos, proveedores y clientes le induce un fondo de maniobra excesivo.

En definitiva, la problemática de la competitividad puede sintetizarse en dilucidar si la variabilidad del beneficio es mayor entre empresas del mismo sector y distinto tamaño o entre empresas del mismo tamaño y distinto sector. El ámbito teórico de esta cuestión se encuentra dividido entre el denominado efecto sector y el efecto empresa o, en otros términos, la tradicional Economía industrial y la más reciente Teoría de recursos y capacidades. En ésta se llega a conclusiones más cualitativas (donde el tamaño no es lo más relevante) que serán corroboradas a lo largo de este capítulo.

Para contrastar todas estas conjeturas, será preciso dar una definición apropiada tanto para el tamaño como para el sector. Lo primero es precisamente el objetivo planteado en este trabajo como primordial. En cuanto a la definición del sector, aquí se emplea una división tradicional de actividades y se propone otra, de modo alternativo.

La dificultad de discernir el predominio de uno de los dos efectos sobre el otro se ve dificultada por la sospecha, que más adelante contrastaremos, de que ambas variables (tamaño y sector) no son independientes entre sí (Santos y González, 2000). En la discusión acerca de la preeminencia del efecto empresa o sector, no se ha abundado excesivamente en la relación que pueda existir entre el tamaño de la empresa y el sector a que pertenece, aunque parece evidente que la actividad que realice la empresa va a condicionar la estructura productiva que tendrán las empresas supervivientes y, por lo tanto, su tamaño. Sería lógico, por ejemplo, que a partir de cierto tamaño corporativo, las diferencias en la rentabilidad se expliquen mejor por el sector al que se pertenece (Martín, 1996) y en tramos inferiores, por las características de la empresa.

 

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