Fundamentos de valoración de empresas

 

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Una revisión de la Economía dominante

Alfonso Galindo Lucas

Capítulo V

EL ESTADO EN LIBERTAD VIGILADA

Privatizaciones y capitalismo popular  

A modo de introducción al Sistema Financiero (siguiente capítulo), es interesante preguntarnos qué lleva al Gobierno a asumir la inversión publicitaria en pro de una participación de las economías familiares en los mercados oficiales de valores. Se denomina .capitalismo popular. a la idea de democratización de las bolsas de valores que se ha difundido a las economías domésticas occidentales, cuando, a través de campañas publicitarias en medios de masas (financiadas con dinero público), se les ha solicitado su participación en los procesos de privatización.  

Muchas veces no se les informa convenientemente de los riesgos que corre. El inversor menos informado es el que menos gana y el primero en perder25, entre otros motivos, porque los títulos privatizados con mayor infravaloración se ofrecen en los tramos institucionales de las ofertas públicas, a los que no pueden acceder los particulares.  

Se ha citado (Arcas y Ruiz, 2000) como .fin. del capitalismo popular, .favorecer la participación de los pequeños ahorradores., como si se diera por sentado que es de interés de dichos ahorradores participar en la institución emblemática del capitalismo: La bolsa. Tanto es así, que hasta las entidades supuestamente benéficas (Iglesia Católica, Manos Unidas, ONCE, etc.) fueron las principales damnificadas en el caso GESTCARTERA. Estas entidades, que se dedican a colocar en el mercado de valores los fondos donados por sus benefactores, pretendían que el sector público rescatase sus inversiones con el pretexto de que aquélla labor era de interés general.  

Lógicamente, dicha participación accionarial popular no es un fin en sí misma; Galindo (2003a) se recogen algunas finalidades primordiales, para las que el capitalismo popular es un medio:  

a) Garantizar el éxito de los procesos de privatización. Si una oferta pública de venta o emisión de acciones fracasase, el emisor o vendedor (el Estado) tendría que soportar los costes fijos de la operación y volver a intentarlo. Para evitar esto, suele preferir realizar una inversión de marketing financiero, en campañas publicitarias.  

b) Conseguir un accionariado disperso sin posibilidad de ejercer ningún control sobre la compañía. Esto garantiza el control por parte del estado durante los primeros tramos de la oferta pública y, a veces, el control final de la compañía por grupos bancarios u otros intereses predilectos del poder ejecutivo. En Galindo (2005a) se denomina a esta técnica “apalancamiento político o accionarial”.  

c) Proporcionar liquidez a los títulos, una vez colocados, lo cual facilita la colocación de los siguientes tramos, al hacer más atractivos dichos títulos.  

d) Los poderes públicos pretenden sostener el hecho consumado de la volatilidad financiera con nuevos inversores, reduciendo temporalmente el riesgo a corto plazo y prolongando las posibilidades de beneficio de los inversores mejor informados; postergando y amplificando, en definitiva, el inevitable Crack.  

Además, Merton H. Miller (1923-2000), economista estadounidense, premio Nobel de Ciencias Económicas en 1990, demostró (1977) que las grandes empresas ofrecían sus emisiones de títulos preferiblemente a personas de rentas bajas e instituciones exentas o con bonificación, debido a que el tipo impositivo que estas pagan resulta menor que el de los grandes inversores. De este modo, las empresas emisoras pueden permitirse remunerar con menores intereses y dividendos a dichas personas físicas y jurídicas.

Todo lo expuesto desmiente el planteamiento demagógico y ultraderechista de Sartori y Mazzoleni (2003, p. 230) de afirmar que las multinacionales “pertenecen a todos y a ninguno, porque sus accionistas... son millones, pensionistas, clases medias, simples ahorradores”... precisamente, los lectores potenciales de su libro. A continuación, reconocen que dichos accionistas “están esparcidos por el mundo”. Esto se hace probablemente para incidir nuevamente en la idea de democracia bursátil que forma parte de toda esta “superestructura” neo-liberal. ¿Qué nos contestaría un refugiado medioambiental o “inmigrante climático” si le decimos que la Monsanto es suya en parte?¿Qué nos dirían los indígenas bolivianos con respecto a Repsol-YPF?

En ocasiones, el grado máximo de capitalismo popular consiste en garantizar a posteriori la inversión de los particulares en el capital de grandes emisores, argumentando motivos de conmoción social. Por eso, en los casos de quiebras de bancos o grandes empresas, se suele reclamar, con cargo a presupuestos públicos, la constitución de un fondo que garantiza un porcentaje alto del principal de las inversiones. Eso también es criticable desde el punto de vista del contribuyente, pues esta medida consiste en gravar las rentas del trabajo para asegurar las del capital (Galindo, 2003). En último término, a quien se trata de proteger con este tipo de medidas es al propio sistema financiero, a fin de prevenir estampidas de depositantes. Esto fue lo que se consiguió en España con respecto a los depositantes, a fines de 1993, cuando quebró Banesto (no tanto con respecto al accionariado minoritario) y lo que no se llegó a realizar, en cambio, en la crisis argentina de 2002.

Es un hecho observado (Galindo, 2003a) que, en un país determinado, en los momentos en que el Gobierno deseaba privatizar (En España, aproximadamente, coincide con la década de los ’90), los medios de “información” creaban un clima favorable a la gestión privada de empresas y servicios y adverso a la proverbial ineficiencia de la empresa pública y el funcionariado. En 2003 hay quienes afirman (Sartori y Mazzoleni, p. 206) que el hambre y la pobreza han desaparecido en China por la devolución a las familias de las tierras colectivizadas en la Revolución maoísta.

Bibliografía específica

ÁLVAREZ OTERO, S. (2000): .Las privatizaciones españolas mediante oferta pública inicial.. Actualidad Financiera, abril.

ARCAS PELLICER, M. J. y RUIZ CABESTRE, F. J. (2000): .Las privatizaciones en el mercado bursátil español: Reacciones de precios y volúmenes de contratación., Revista Española de Financiación y Contabilidad, vol. XXIX, n.º 104, pp. 321-344.

BRUNET, I. y BELZUNEGUI, A. (2000): Empresa y estrategia en la perspectiva de la competencia global, Ariel Económica, Barcelona.

EITEMAN, D. K., STONEHILL, A. I. y MOFFETT (2000): Las Finanzas en las empresas multinacionales, Prentice Hall. Naucalpan de Juárez, México.

GALINDO LUCAS, A. (2003a): Aspectos culturales y materiales relativos a las privatizaciones en España. En Economía de Mercado, Virtudes e Inconvenientes. Universidad de Málaga.

GALINDO LUCAS, A. (2003b) Ventajas institucionales derivadas de la dimensión empresarial. En Actas del I Encuen- tro Virtual de Economía .Desarrollo e Instituciones Económicas.. Universidad de Málaga.

MILLER, M. H., 1977: .Debt and Taxes., Journal of Finance, vol. XXXII, n.º 2, mayo, pp. 261-275.

ROCK, K. (1986): .Why New Issues Are Under priced.. Journal of Financial Economics, vol. 15.  

 

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