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Trueque y Economía Solidaria
Susana Hintze (Editora)

Exposición de Rubén Ravera sobre aspectos relativos a la moneda de las redes de trueque1

Buenos días, a diferencia de mis predecesores no soy docente así que quizá mi didáctica no sea tan efectiva, pero trataré de comentar algunas cosas que tienen que ver con las redes de trueque y el Club del Trueque.

De hecho, el nombre de fantasía “Club de Trueque”, nació de una conversación, lo voy a confesar, con Carlos De Sanzo y Horacio Covas en el ’93 tomando café. ¿Por qué? Porque a lo largo de nuestras vidas, las experiencias nos habían conducido a elaborar algunas ideas que tienen que ver con la forma de construir ciudadanía. La Argentina es un país singular, nos pone a prueba a cada momento y no tiene esa estabilidad que uno quisiera. En diciembre último, cuando los ahorristas fueron a buscar el capital monetario acumulado, por ejemplo, se encontraron con que los cajeros que manejan moneda electrónica (de alguna manera, información) no se los devolvía. Por eso yo creo que hay diferencia entre acumulación de capital, acumular moneda, otra cosa es acumular herramientas, bienes para trabajar, etcétera.

El dilema de la moneda comienza con la organización de los primeros pueblos o formas estaduales. En Egipto, cuando venían los tiempos de cosecha, los granos se llevaban a un silo común, como después sucedería en la Edad Media. Para que cada uno supiese qué le correspondía dentro de ese silo, se le daba un recibo que tenía una correspondencia con lo que había acumulado, pero cualquier egipcio veía que a lo largo del año ese grano se iba deteriorando, las ratas lo devoraban, la humedad y los hongos lo pudrían, y había una disminución, entonces se podía entender que cuando con ese papiro que había recibido de ese acuerdo social, lo que iba a recibir era menos que lo que había depositado, es decir, el grano de alguna manera como todo en la naturaleza, había envejecido, se había oxidado. Nosotros estamos habituados al envejecimiento, aunque a veces no nos damos cuenta, nuestros familiares o cuando nos miramos al espejo, el registro cotidiano lentamente se va transformando y una cana hoy, una arruga mañana, es decir, hay un camino inexorable que está entre el nacimiento y la muerte, todo en la naturaleza envejece. ¿Pero qué ocurre con el dinero, que es una correspondencia con lo que se acumula o con lo que está en el mercado?

El mercado es un acuerdo, el mercado es básicamente una correspondencia de compromisos entre sus actores. ¿Qué pasa entonces con el dinero? Con el dinero pasa algo similar. Siempre se buscó que sea algo estable, lo más estable posible; de hecho en la tabla periódica de elementos, hay solamente dos elementos que no se oxidan, que son el oro y la plata. Las monedas que nosotros manejamos hoy son plateadas y doradas respondiendo a estos dos metales que si uno los deja a la intemperie nunca se van a oxidar, incluso se hacen monedas, como la de un peso que tiene color oro y plata. ¿Qué ha ocurrido con el dinero? En esta demanda o voluntad de convertirlo en algo estático para que los cambios sean justos, se lo ha perfeccionado y adquirió una perversión oculta. Yo estoy de acuerdo en que es importante el ahorro, mi abuelo era piamontés, llegó a Venado Tuerto y construyó siete casas que aún hoy están, es decir, hizo una acumulación en ladrillos. Lo que ocurre es que cuando uno acumula dinero, hay un tema, el dinero es una herramienta de intercambio. Es como una máquina, lo que ocurre es que corre con ventajas. Así, cuando alguien en el mercado vende alimentos, si no los vende, al otro día la oxidación se ocupa de reconvertirlos y pierden valor, vienen los mohos, o se echan a perder; o con la ropa, que también pierde valor por efecto de la polilla y aún la industria, a través de la moda, se ocupa de que se vuelvan obsoletos los productos de la industria textil. Y siguiendo con los ejemplos, en el campo de la tecnología aplicada entendemos que una computadora al año siguiente es mejor que la del año pasado, hay también como una carrera, para que la tecnología reemplace a la precedente; de hecho los autos en la sociedad de consumo se hacen para que duren determinado tiempo y no como se hacían antes que la chapa tenía mayor grosor, etcétera.

Vivimos en un mercado perecedero; entendemos todos que, día a día, la mercadería si no nos ocupamos de transferirla pierde valor. De hecho, la información que recogemos a diario, en los diarios y revistas, es perecedera, no hay nada más viejo que el diario de ayer, pierde validez. Vivimos, en este sentido, en un mercado perecedero, pero la moneda, que también debería ser perecedera, en apariencia no lo es. Pero si concebimos a la moneda como una herramienta, deberíamos entenderla como algo que tenga también las mismas propiedades de los productos que permite intercambiar. ¿Pero, qué ocurre? Yo soy argentino, en el año ’74, ’75 nos levantamos una mañana y un ministro de Economía dijo: “Señores, la moneda envejeció de golpe”. ¿Qué pasó? Como en el retrato de Dorian Gray, se oxidó de golpe, y lo mismo pasó cuando Sigaut dijo: “El que apuesta al dólar pierde”, y al otro día el que apostó al dólar ganó y sucesivamente hasta los recientes acontecimientos. Es decir, la moneda se oxida, nuestra moneda nacional ha perdido ceros en cantidades en determinados momentos, como un río que en su recorrido tuviera un rápido o cascadas.

Entonces, el acuerdo (los actores, los participantes) tendría que asumir que es imperfecta, que le falta alguna propiedad. Doy un ejemplo que no es quizá muy bueno, pero por ahí resulta ilustrativo: en el fútbol en determinado momento, hubo que sumar una regla, la ley del off side. ¿Por qué? Porque en el juego parecía injusto que una persona se pusiese al lado del arco y metiera un gol con la cabeza, se estacionara al lado del arco. Con el foul, o más recientemente cuando se asignó tres puntos al ganador, ¿qué ocurría? El fútbol se hacía muy defensivo, muchos equipos jugaban para empatar y a veces empatar era como un triunfo, hoy el ganador tiene tres puntos. ¿Qué ha ocurrido? Se cambió una sola regla y el fútbol es más dinámico, la gente va a ver fútbol para que se metan goles, no para que alguien diga ganamos, empatamos; hoy el empate es como perder, se lleva un solo punto.

La moneda, entonces, puede entenderse a través de las ideas de Silvio Gesell, que posiblemente no estén acertadas en su conjunto pero algo interesante aportan. ¿Qué ocurriría si se le confiere a la moneda la regla de que envejezca regularmente en forma paulatina y todos estén de acuerdo con eso? Eso es lo que planteó Silvio Gesell y se aplicó en algunos lugares de Europa, por ejemplo en Austria, en los años ’30. La experiencia de ese pequeño pueblo en Austria, dio como resultado una velocidad mucho mayor en la circulación de la moneda. Porque la moneda debajo de un colchón no sirve de mucho. Roosevelt en la década del ’30 cuando la economía se cayó, ¿qué le decía a los norteamericanos? Saquen la moneda de debajo del colchón, porque no sirve, no propicia las reciprocidades en los intercambios. Alguien que no puede ser desconocido para nadie en la economía contemporánea, Keynes, ¿qué planteó en los EE.UU.? Generar moneda, generar obras públicas, por ejemplo. ¿Y qué dijo en algunos de sus libros sobre Gesell? Dijo: la humanidad le deberá más a Silvio Gesell que a Marx. Y siguió en los EE.UU., es el inspirador de muchas instituciones que hoy determinan los desarrollos económicos en el mundo. Es decir, podríamos entender que la moneda tiene imperfecciones todavía.

La Argentina es un país rico, es un país con muchos recursos naturales y humanos y sin embargo ha tenido mucha perturbación y estamos hoy en un momento de crisis en donde quizás estemos por perder la moneda, que es el acuerdo social que identifica a un país. En los países que tienen monarquías –yo tengo aquí un billete de las Islas Británicas– la figura del billete es la reina o alguien de la monarquía. ¿Por qué? Porque es una figura indiscutible para sus súbditos; esto en las monarquías, en los países donde no hay monarquías, sistemas monárquicos, hay un prócer, eso no significa que Belgrano o San Martín no hayan sido denostados o cuestionados, imaginemos a la mayoría de nuestros próceres, dónde murieron y en qué condiciones vivieron.

¿Cuándo comenzamos con la idea del Club del Trueque, que fue, digamos, una idea deliberada y por qué?

Nosotros participamos de la construcción de la Agenda XXI, en la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, comúnmente llamada ECO de Río, durante el mes de junio de 1992 en Brasil. Cuando se realizó la Cumbre de la Tierra, se plantearon todos los problemas ambientales, los del desarrollo sustentable con equidad, pero no se habló con precisión de la moneda. ¿Por qué? Porque la moneda ha sido siempre un tabú, está vinculada con lo indiscutible. Sobre la emisión de la moneda entonces la idea fue: ¿por qué no generar moneda popular, que cada persona pueda emitir su moneda? ¿Qué ocurriría? Bueno, lancemos esta propuesta.

El 1° de mayo de 1995 fue la fundación del primer Club de Trueque en Bernal, y lo que se planteó fue la pluralización de la moneda; de hecho, ha habido unas mil monedas distintas de clubes de trueque emitidas por personas de carne y hueso, grupos de personas o monedas de multitudes. ¿Qué ocurre con la moneda? La moneda es un sistema operativo que permite intercambiar; pensemos en la computación, un sistema operativo, o digamos internet, nosotros recibimos los correos electrónicos. ¿De qué nos cuidamos? De los piratas, de la contaminación, se escanea con un antivirus o con lo que sea, y uno va avanzando en el sistema operativo para que le permita transferir información de un lado a otro. La moneda tiene que hacer eso. ¿Y cómo lo puede hacer? Oxidándose, la oxidación tal como la plantea Gesell es una fórmula para desalentar a quienes quieran acumularla perversamente.

El 1° de mayo de 1995, en la fundación del primer Club de Trueque, se planteó la idea de la prosumisión como pauta básica de convivencia. Lo que decía Heloísa es real, hoy los clubes de trueque se defienden prosumiendo, un Club de Trueque es un acuerdo en donde el ingreso al club implica prosumisión. La prosumisión es una condición obligada, ¿para qué? Para que quién ingresa en este acuerdo –un Club de Trueque es un acuerdo social– no acumule, así como alguien no se tiene que llevar vales de más. Estamos hablando de las monedas, los vales, sin que sea el centro. El centro es el acuerdo, el Club del Trueque es un acuerdo, hoy hay miles de personas que han participado, millones. Entonces la prosumisión hace que un actor dentro del Club del Trueque consuma y produzca al mismo tiempo y no acumule moneda, esa es una regla, como en el fútbol.

Pero, ¿qué ha ocurrido en la Argentina? Esto tiene que ver con la historia y con todas las sociedades. Si nosotros distribuimos la afluencia de gente al Club del Trueque cada uno con sus expectativas, nos vamos a encontrar que en la relación producción-consumo, un sector es prosumidor, pero hay sectores, obviamente especulativos, y sectores que vienen al club con la vocación de conseguir un trabajo, porque han sido dejados o abandonados. En la Argentina, entre octubre y marzo del 2001, hubo muchísima gente que quedó abandonada, sin red social, hasta la aparición de los planes sociales, que sabemos que son “pan para hoy y hambre para mañana”, mucha gente se abalanzó a los Clubes de Trueque buscando una salida, pero sin la conciencia de ser prosumidor, eso generó una distorsión muy grave. La crisis hizo que apareciera moneda espuria o moneda parásita dentro de los clubes.

Yo hoy dividiría la moneda del club del trueque en circulante en tres sectores: una, es la moneda que asumió cada prosumidor para prosumir dentro del acuerdo, son los prosumidores que están en pie, la moneda de los prosumidores. Hay otra moneda que quedó parásita de muchas redes que cayeron, de mucha gente que inició una red y por infortunio se cayó –son cientos de redes–, esa moneda fue absorbida por los prosumidores, sería la moneda parásita. Y hay, y esto es bueno, algo así como en el medioevo cuando la moneda era de metal y a fin de año los reyes tenían que refundirla y oxidarla –a pesar de que el oro era inoxidable– porque la gente, mucha gente, raspaba las monedas y le quitaba valor, al disminuir su peso, no solamente las mezclaba con otros metales de menor valor, sino que las raspaba. ¿Qué hacían a fin de año? Fundían la moneda y extraían un 25% que se distribuía entre todos los actores de ese colectivo.

Hoy, y esto es de dominio público, ha habido también moneda falsificada en una parte de nuestra red, que es una de las tantas redes que hay en la Argentina. Lo que nosotros planteamos es que tenía que haber muchas monedas, así como hay opciones en la democracia de distintos órdenes, nosotros hemos planteado, hay que derribar el tabú del monopolio de la moneda o de lo que la gente cree, como decía Heloísa, la Reserva Federal emite su moneda, y es una moneda de bancos privados.  

Entonces acá la pregunta es la siguiente, y lo dejo para la discusión: ¿cómo resolver el problema monetario en el mundo que está haciendo que Europa, los EE.UU. sigan manteniendo monedas dominantes? Sin esta propiedad puede haber varios caminos: el grupo Attac por ejemplo, plantea ponerle un impuesto a las transferencias de capitales entre paraísos fiscales (Tax Tobin), lo plantea el profesor James Tobin. Yo, en lo personal, no lo creo posible, esto es como pensar que a la oveja la va a cuidar el lobo. Lo que imagino es una construcción de una moneda, que como todo en la naturaleza, tenga vida y tenga muerte. Tenga los atributos humanos, no sea solamente algo eterno, algo en lo que la gente deposite la idea de la eternidad, porque eso es patrimonio de Dios. La moneda tiene que ser a imagen y semejanza del hombre, a imagen y semejanza del mercado.

Entonces, en la Argentina hoy, en donde se está debatiendo si vamos a seguir de rodillas ante quienes imponen las monedas dominantes, ¿qué decisión se va a tomar?

Hace siete años fuimos capaces de recuperar la soberanía monetaria para los sectores populares cuando emitimos nuestra moneda. Hoy vamos a conservar nuestra moneda, nuestra soberanía, o vamos a imponer otra herramienta de intercambio para seguir acordando entre los argentinos y mantener nuestra libertad, restablecer el Estado de Bienestar que la Argentina ha sabido tener en momentos de su historia. Entonces, esto es un debate político y nuestros representantes además de ocuparse en el Congreso, en las legislaturas, en los concejos deliberantes de cómo se diseña una ley, un estado de juricidad para las redes de trueque, también tienen que extraer conclusiones para saber o, mejor, entender qué van a hacer con la moneda de nuestra nación. En síntesis, qué van a hacer con nuestra nación, porque no es natural que tantos argentinos tengan que volver al pueblo de sus abuelos, que tantos argentinos hagan cola en los consulados, en las embajadas. De esto se trata. Gracias.  


1. Programa de Autosuficiencia Regional (PAR).

 


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