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Trueque y Economía Solidaria
Susana Hintze (Editora)

IV. CONCLUSIONES

Síntesis de la presentación del trabajo grupal realizado en los talleres

Se resumen a continuación las ideas centrales elaboradas por los participantes de la Jornada Nacional durante los talleres de discusión llevados a cabo al final de las exposiciones.

Sostenibilidad y aislamiento del trueque trueque. Se señala que el sistema del trueque no es un modelo de economía autosostenible y que el intento de sostenerlo como sistema endogámico en parte también fue responsable del quiebre y de la caída de sus posibilidades, y de la falta de capacidad de producción de bienes y servicios de todos los que participaron en dicho sistema.

Tejer redes a fin de que, entre distintos nodos, se mantenga contacto continuo para saber qué bienes y servicios hay a disposición en cada uno, es muy remarcado. La existencia de redes es tan importante, que algunos entienden que es la única forma de subsistencia para que el trueque no desaparezca.

El trueque como herramienta comunitaria. El trueque no puede ser un fin en sí mismo, no tiene sentido como mercado en sí mismo, tiene que ser un medio, una herramienta. Se considera importante buscar dónde apoyarlo, no ya en el primero y en el segundo sector, público y de capital, sino en el tercer sector que son todas las organizaciones que están trabajando con causas sociales comunes y que tienen, como los integrantes del trueque esa chispa de solidaridad volcada a causas sociales. Se mencionan educadores populares, los que hacen comedores para los pobres, cooperantes de hospitales públicos. Se propone ver la posibilidad de articular el trueque con todos ellos hacia una causa común, de modo que exista un horizonte más allá del mercado y de las necesidades inmediatas. Y que esto sea en dos vías: contenedor de esa causa común, socializarla para así ir construyendo un nuevo paradigma donde toda la comunidad se haga cargo de sus problemas sociales y contenedora, a su vez, de los individuos.

Se plantea que el trueque tiene un gran potencial para generar promotores que salgan a buscar capacidades ociosas y las pongan en funcionamiento y vinculación. Aparece también la idea de concebir al trueque como un espacio desde donde puede empezar a darse una alternativa de cambio, siempre ampliando cada vez más sus contactos y relaciones con otros actores sociales.

Solidaridad, apertura y capacitación capacitación. Se plantean requerimientos de tres elementos importantes para avanzar en este sentido: a) la necesidad de colaborar con otros en la construcción de una conciencia solidaria, b) la necesidad de romper con la endogamia conectándose con otras organizaciones sociales y c) la necesidad de hacer una capacitación pero que no esté dominada por el academicismo, sino elaborada con una revisión crítica y permanente de sus contenidos concretos.  

Capital social, cultural y simbólico. Para impulsar el trueque como comunidad de aprendizaje es importante reconocer que toda organización dispone de capital cultural, simbólico y social. Y que en cada organización, cada nodo, cada institución, es fundamental la confianza que da respaldo a la moneda, para de esta manera construir el capital social que permite organizar y articular todos los recursos. La experiencia muestra que partir del año 1999, cuando se incorporan a los nodos de trueque no solamente la clase media sino los sectores más empobrecidos, aparece la mayor diversidad de capital cultural. Lo que no es despreciable sino que hace falta tomarlo, estudiarlo y ver cómo entre todos se construye el nuevo capital cultural que le de respaldo al capital simbólico.

Capacitación e iniciativas productivas. Se considera imprescindible basar este aprendizaje en un programa de actividades que permita el avance por etapas para: a) poder articular los recursos existentes con las necesidades, y así lograr un equilibrio entre lo que realmente se puede y se sabe hacer y lo que se necesita: b) ir viendo cómo son las etapas de crecimiento de las actividades para poder llegar en algún momento a crear y desarrollar microempresas y otras iniciativas; c) recrear las cualidades del emprendedor, ya que no todos son emprendedores natos, no todos podrían de inmediato hacer empresas, pero otros sí pueden crear fuentes de trabajo desde ese lugar.

Se convino en que el trueque posee un enorme potencial para generar promotores con capacidad de poner en vinculación y funcionamiento recursos locales y capacidades ociosas. En ese sentido, los nodos de trueque son espacios muy positivos para comenzar tareas de capacitación.

Colaboración en lo tecnológico y productivo productivo. Reconociendo que es un sistema el que permite mantener el trueque, se postula que hace falta reconocer que está fallando lo referido al eje de la tecnología, de los insumos y del diseño productivo. Es necesario abrir una red con otras instituciones que colaboren en el modelo de economía solidaria o social para superar estos problemas.

Control y regulación regulación. Existe una fuerte desconfianza en el Estado, no hay confianza en la función de regulación y control del mismo. Hay muchísimo temor de que la regulación desvíe el sistema de trueque para el lado del clientelismo político. Se plantea que más que un Estado que haga contralor o regulación del sistema lo que se necesitaría es un Estado que colabore con el circuito productivo de las redes de trueque, especialmente mediante algún sistema de financiamiento o mediante apoyo a la provisión de insumos.

Existe acuerdo en la necesidad de control público sobre la calidad de los alimentos (bromatología), pero también dando capacitación los funcionarios responsables a los emprendedores sobre las formas de manipulación y conservación de los mismos. Esto puede hacerse en el nivel local, lo que se considera más positivamente. En cambio, no hay consenso sobre el tema de las regulaciones posibles sobre la emisión y la forma de inyección de los créditos. Solamente en el caso de contarse con un Estado construido con amplia participación popular se puede aceptar la idea de tal regulación.

Emprendimientos y financiamiento financiamiento. Se plantea la necesidad de contar con una banca solidaria y social para financiar los emprendimientos y apoyar la construcción del capital de trabajo de los emprendimientos sociales y las iniciativas populares.

Sostenibilidad de la economía solidaria solidaria. Esta economía tiene que tener sustentabilidad y no depender siempre de financiación (vía subsidios), generar un sistema de redes y circuitos de circulación de bienes, servicios y de conocimientos que generen el excedente suficiente para que sea sostenible en el tiempo. Para esto obviamente se hace necesaria la asistencia técnica, la capacitación de emprendedores y la formación de otros agentes sociales como agentes multiplicadores de dicha economía, del valor agregado que se tiene que empezar a generar en la producción y aparecer el mercado de trueque como instrumento de intercambio de ese valor agregado.

Esto necesita, además, la adaptación de las conductas de los actores públicos y privados en función de la solidaridad, la recreación de la confianza y también de las condiciones locales y regionales en que estén insertos los emprendedores y las redes de trueque.

Economía capitalista y solidaria solidaria. La economía solidaria es una economía no capitalista, no se trata de un sistema anticapitalista sino del no capitalismo, porque está conviviendo en una economía en donde existe un mercado compartido con el capitalismo, del cual la economía solidaria se está proveyendo de bienes y servicios y donde además todavía se aportan factores productivos y se obtienen remuneraciones por parte de actores de la economía solidaria.

Tamaño amaño y nodo. Para poder construir lazos de confianza hay que apelar en un principio a grupos pequeños, al cara a cara, al contacto directo. Lo dudoso es si es posible con grupos pequeños producir un sistema de intercambio que permita la subsistencia y la reproducción de la vida. Los nodos que funcionan en algunos casos están en alrededor de 150 personas, aunque hay algunos que logran funcionar adecuadamente con mayor cantidad de personas, hasta 400.

Autorregulación y economía solidaria. Se apunta mas bien hacia la autorregulación en ámbitos reducidos, que se insertaran secundariamente en redes. Esto permitiría también un retorno a los valores solidarios, que hoy se encuentran en crisis. Se destaca que, mas allá de que un ámbito reducido permitiría conocerse mejor y promover el intercambio y recrear ciertos valores, las reglas y normas que se fijen deben ser claras y estrictas y controlables.  

Se propuso como metodología para esto, la existencia de comisiones (internodos): de créditos, de balance, de control de precios, de desarrollo, etc. Pero se acepta y comparte la idea de pensar el trueque como componente de un conjunto más amplio de experiencias de la economía social. Una cuestión que surge con fuerza fue la posibilidad de buscar una mayor cantidad de vinculaciones con otro tipo de emprendimientos a partir de las necesidades que van surgiendo en cada nodo. Entre los emprendimientos posibles a contactar se mencionaron: cooperativas de empresas recuperadas, productores primarios de distintas zonas del interior, el INTA (y los emprendimiento con los que trabaja), productores de medicamentos genéricos, entre otros.  

 


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