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Trueque y Economía Solidaria
Susana Hintze (Editora)

Situación actual, principales problemas y conflictos enfrentados y perspectivas futuras

La región Mar y Sierras, al ser la red más antigua de la zona fue ganando un prestigio pero el mismo fue obtenido, parafraseando a Roberto Arlt, “por prepotencia de trabajo”. Pero ese camino estuvo desde un principio sembrado de múltiples obstáculos. Los propios de encarar algo nuevo y los surgidos del propio sistema. Se sabía qué se quería como primera etapa: recuperar conceptos como democracia, horizontalidad, grupalidad, autogestión, transparencia y solidaridad. Y el trueque aparecía como la herramienta ideal. Además las condiciones eran también ideales, pues el poder de atracción., los primeros años, no fue tal y el apoyo social fue lográndose a medida que nuestra red regional iba siendo conocida –con muy bajo perfil, por cierto– y eso le iba dando a la red su propia fortaleza.

A pesar de todos nuestros esfuerzos, la masividad que sobrevino luego, ante la aparición de la crisis económica, atentó contra la instalación, en muchos socios, de una plena conciencia de prosumidores. Máxime cuando los coordinadores que debían transmitirla no respetaban las pautas que la red se iba dando para acompañar tal masividad y evitar así los desbordes. Se evidenció luego que justamente esos pocos coordinadores eran el eslabón débil de la cadena, particularmente cuando replicaban en sus nodos su propia conducta.

Pese a la tendencia que se intentaba darle al sistema –una moneda única manejada por un triunvirato– apoyábamos la existencia de monedas sociales por red zonal, fácil de controlar entre los miembros de cada colectivo.

Es más, en un momento dado, y tras la aparición de lo que para nosotros fue la perversión del sistema, la caprichosamente denominada Franquicia Social del Programa de Autosuficiencia Regional –PAR– nuestra red regional, por simple autodefensa ante los efectos nocivos de dicha implementación, no tuvo más opción que suspender a fines del año 2000 el ingreso de esos créditos en nuestros nodos.

No obstante ello, para proteger justamente nuestra moneda, es que se crearon equipos técnicos que analizaran el fenómeno moneda social y elaboraran estrategias monetarias para su defensa, entendiendo que con ello se defendía el trabajo de los prosumidores. Se ha logrado mantener así en la región Mar y Sierras una aproximada relación entre la base productiva y la masa circulante.

Paralelamente, se ha trabajado con otras redes del interior del país, integrantes de la Red de Trueque Solidario, y se están instrumentando mecanismos de mayor base técnica que no desequilibre la relación Masa circulante / Base productiva de cada región, que permita un fluido intercambio regional. Y ello implica que cada zona o región integrante fortalezca su base productiva, para no provocar desfases en la balanza comercial, una vez consolidados los esquemas regionales internos, y consolidados algunos nuevos criterios estructurales, que hasta ahora, en la fase de crecimiento de otras zonas no han sido tenidos en cuenta.

Internamente, se manifiestan, a partir de la eliminación del plan de convertibilidad, y su repercusión en la economía informal del trueque, ciertas tendencias desestabilizantes en muchos prosumidores, siendo la principal de ellas la de aumentar los valores en créditos como actitud de defensa refleja ante una aparente falta de circulante que se genera a partir del comportamiento inflacionario en el mercado oficial. Sólo el control estricto de los valores de cambio por parte de las comisiones coordinadoras, apoyadas por la mayor parte de los prosumidores, ha logrado impedir que dichos precios se escapen en una espiral inflacionaria. No obstante ello, existen diferencias entre los diferentes nodos, diferencias relacionadas con lo arriba mencionado en cuanto a la firmeza y convencimiento de los coordinadores rspecto a su rol.

En cuanto a las materias primas para producir, además de la compras comunitarias que se realizan en la mayor parte de los nodos, los microemprendimientos apuntan a la provisión de esos elementos.

Un párrafo especial con respecto a los conflictos y problemas que hubo que encarar se lo debemos dedicar a la influencia del Programa de Autosuficiencia Regional y su Red Global de Trueque (PAR-RGT).

Desde los inicios del trueque multirrecíproco en la zona, se fue dando una constante: el apoyo del autodenominado Consejo Asesor del PAR (Carlos De Sanzo, Rubén Ravera y Horacio Covas, “recreadores” del sistema de multitrueque) a todos aquellos que el sistema de anticuerpos del sistema dejaba fuera del juego, ya sea por conducta reñida con los principios del trueque o corrupción dentro de él. Mas esos apoyos eran dados hasta que se evidenciaba que quienes los solicitaban no reunían las condiciones necesarias para mantenerse, por lo cual luego eran abandonados a su suerte o hasta momentos más propicios.

Finalmente, al establecerse la Franquicia Social en la zona, todos estos individuos se aglutinaron bajo el paraguas protector del PAR.

Esta metodología se fue reproduciendo en todo el país y llegó a destruir redes locales o zonales completas. En nuestro caso, sólo contribuyó a demorar el desarrollo, pues avizoramos oportunamente esa intencionalidad y nos preparamos para ello. En la región Mar y Sierras ello implicó un enorme gasto de energías que se manifestó en un retraso en diferentes etapas previstas originalmente.

A ello debemos sumarle: • una profusa y constante campaña mediática a nivel nacional, donde se daba a entender que cualquier crédito que no fuese “el del arbolito”, era un papelito sin respaldo alguno;

• la entrega de volantes en las colas de acceso a nuestros nodos con el ofrecimiento de la obtención de créditos fácil, lo cual les permitía conformar ferias inmediatamente, y con gente ya entrenada;

• el soborno a algunos coordinadores (ofreciendo no sólo sueldos pagados en moneda espuria, sino la posibilidad de quedarse con, como mínimo, 1/3 de los pesos que se cobran por los créditos, así como el dinero y los créditos que se cobraba por acceder a las ferias);

• el ofrecimiento de dinero a las instituciones anfitrionas con el objeto de que estas rescindan los contratos de comodatos establecidos con nuestra red regional;

• la correspondiente capacitación a sus coordinadores, así como a sus socios, en general, era nula lo cual constituye el ambiente ideal para la pérdida de producción y la anarquía en sus ferias;

• con dicha moneda espuria, también se apropiaron de enormes cantidades de productos y servicios de gente inocente y bienintencionada que participa de su sistema;

• infiltración de personas dentro de nuestros nodos promocionando subrepticiamente los nodos franquiciados, intentando convencer a sus semejantes de que esa es la única opción mágica para solucionar todos los problemas actuales del trueque;

• descontrol en el funcionamiento de sus ferias –así como en la presentación de sus productos– a lo que se suma la reducción de artículos del hogar robados;

• la prohibición en dichos ámbitos de realizar “trueque directo”;

• inexistencia de un banco de datos unificado, que posibilitó –y se fomentó– la afiliación en múltiples ferias, con la entrega de créditos en todas ellas;

• La venta de banco de datos en el mercado negro, factible al solicitársele al socio fotocopia de su documento de identidad;

• la venta de créditos, producto de la recaudación de las entradas (no declaradas por algunos de sus coordinadores a La Bernalesa, sede central del PAR);

• la venta de “arbolitos” legítimos en las colas de acceso a nuestros nodos, o bien poniendo avisos en los diarios. En muchos casos los valores no eran inferiores a 20 o 50 créditos;

• acaparamiento y posterior destrucción –o utilización mediante testaferros– de nuestros propios créditos;

• además, ese ingreso indiscriminado de moneda circulante, por la venta de créditos, así como por la utilización de ellos en forma clientelística, ha producido una corrida inflacionaria –y el consecuente desabastecimiento– en sus ferias;

• reproducción de todo ese sistema por parte de ciertos sujetos inescrupulosos, algunos expulsados en su momento de nuestra red regional –y apoyados por el PAR– que crearon sus propias pseudo redes, con sus propios “créditos”. Tras esquilmar durante un tiempo los centavos de la gente, desaparecían luego, dejando tras sí el tendal de damnificados. En algunos casos el PAR acudía a levantar, y no gratis, esos papelitos, pero sólo resultaba más de lo mismo.

Todos estos elementos influyeron en mayor o menor medida en nuestros nodos, fundamentalmente en lo que se refiere a los valores en los productos de esa red que afectaban a los existentes en nuestros nodos (al ser los socios del PAR socios nuestros antes). Eso se agravaba con la inconducta de quienes, por carecer de capacitación y control en sus ferias, intentaban reproducir dichas conductas en los nodos de la región Mar y Sierras.

Se daba también el fenómeno de quienes adquirían productos en nuestras ferias y los revendían al 1.000 % en las ferias franquiciadas.

Esa realidad fue enfrentada con energía, organización y disciplina, basada justamente en el respeto a los reglamentos que nos habíamos autoimpuesto, y a una sólida estructura de contención, es decir al trabajo en red, que permitía el apoyo constante entre los coordinadores de los diferentes nodos, y fundamentalmente el apoyo de gran parte de nuestros asociados que entendieron desde un principio las diferencias entre nuestro sistema y el sistema del PAR.

Al momento de escribirse este trabajo, el 90 % de las ferias del PAR languidecen sin gente y obviamente, sin producción alguna. De existir ésta, generalmente de los socios nuevos que sólo conocen sobre lo que es el trueque porque los atrajo la publicidad de los medios nacionales, lo hace con valores exorbitantes. La proliferación de sus créditos es tal que no valen el papel en que están impresos, y los actos de violencia en sus ferias son habituales.

Así, la región Mar y Sierras tiene hoy sus nodos abarrotados pues a los socios propios nuevos, se suman aquellos que habían emigrado hacia el PAR, u otras pseudoredes –casi todas prácticamente desaparecidas– más los que sólo han conocido lo que son los nodos franquiciados, y hoy, decepcionados, se acercan a nuestros nodos “a descubrir el trueque”.

Esto sólo es el fin del prólogo de una historia que empezamos a escribir hace casi siete años. Parte del resto ya está esbozado en nuestras mesas de trabajo, y el resto... sólo es cuestión de imaginación, el único límite que aceptamos.  

 


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