Conclusiones

Las conclusiones del trabajo podrían resumirse en los siguientes términos. En primer lugar, tenemos que decir que la clasificación de los fondos de inversión propuesta por la CNMV resulta ser de utilidad para el inversor, dado que presenta una relación clara con el riesgo asumido. Con todo, puede constatarse que la simple consideración del riesgo o volatilidad de los diferentes productos no resulta suficiente en muchos casos, en la medida en que los perfiles de riesgo de algunos productos no son estables. En concreto, los fondos clasificados en las categorías de GARANTIZADOS, los fondos MIXTOS y los que aparecen en el grupo de los INTERNACIONALES presentan problemas claros en lo que se refiere a la estabilidad de sus medidas de volatilidad. Ello se debe a que este tipo de fondos incorporan en mayor o menor medida alguna de las siguientes características: invierten en productos cuyo perfil de riesgo es especialmente cambiante a lo largo de su vida (derivados, etc.); llevan a cabo una gestión muy activa de sus niveles de inversión (fondos mixtos); o están expuestos a fuentes de riesgos derivadas de mercados muy diferentes (internacionales).

Lo anterior nos llevaría, por un lado, a defender la utilización de medidas de la volatilidad que respondan más rápidamente a los acontecimientos que pueden suponer variaciones importantes en el riesgo del mercado (como la varianza calculada como media móvil con ponderación exponencial -MMPE-, utilizada en el trabajo, de manera coherente a lo propuesto por RiskMetrics); y por otro, a proponer una medida adicional a la volatilidad tradicional, y que permita definir mejor el perfil de riesgo de los productos: el factor de cambio del riesgo, que proporciona información sobre el grado de variabilidad del riesgo de un mismo producto en el tiempo.

La consideración de las dos variables descritas (promedio del riesgo y factor de cambio del riesgo) tiene unas implicaciones prácticas claras, en la medida en que permite mejorar aspectos de gestión, de análisis y de la relación gestor - inversor. Así, la consideración del factor de cambio del riesgo permitirá evitar errores que podrían cometerse en procesos de optimización apoyados en la Teoría de cartera de Markowitz cuando algunos de los productos considerados no presenten medidas del riesgo estables en el tiempo; por otro lado, y sobre todo en aquellas categorías más afectadas por el cambio del riesgo, habrá que tener especial cuidado a la hora de definir las medidas de performance a utilizar, así como los benchmarks que van a tomarse; y en la relación gestor - cliente, la consideración de este problema puede ayudar a definir mejor los compromisos, en la medida en que plantea la posibilidad de definir no sólo la desviación del tracking error36, sino la variabilidad de ésta (lo que puede mejorar la información y evitar desagradables sorpresas en determinadas ocasiones); finalmente, y relacionado tanto con el análisis de la performance como con la relación gestor - cliente, la consideración del factor de cambio del riesgo puede ayudar a detectar mejor posibles "intrusos" en una categoría, lo que permitirá en ocasiones al gestor explicar mejor el porqué de aparentes contradicciones en la performance de determinados productos.


36 Al tracking error se le puede llamar en castellano "riesgo activo", en denominación propuesta por Prosper Lamothe.