Resultados obtenidos

Bajo la hipótesis de que el inversor ajusta sus posiciones al final de cada mes

En el cuadro 2 se presentan los resultados obtenidos bajo esta hipótesis de comportamiento.

En concreto, se ofrecen, para cada uno de los meses comprendidos entre enero de 1964 y diciembre de 1988, la rentabilidad de la cartera de mercado y la asociada al título sin riesgo, la rentabilidad y la beta de la cartera gestionada con el CAPM, y el resultado de estudiar si dicha cartera bate o no al mercado en el mes correspondiente.

De la observación de esta información, podemos deducir que el CAPM no ofrece una estrategia significativamente mejor que la mera inversión en la cartera de mercado: sólo en 172 de los 300 meses se consigue batir al mercado (lo cual supone un 57,33%)7. De alguna manera, este resultado podría esperarse, en la medida en que el CAPM, tal como hemos indicado, es un modelo de valoración a largo plazo.

Por periodos, diremos que en el periodo 64-68, la cartera gestionada bate al mercado en 41 de los 60 meses (68,33%); en el 69-73, en 30 (un 50%); en el 74-78, en 38 (63,33%); en el 79-83, en 34 (56,67%); y en el 84-88, en 29 (48,33%). Estos resultados son también de alguna manera coherentes con los que obteníamos en el contraste del CAPM en trabajos anteriores (véase Gómez-Bezares, Madariaga y Santibáñez, 1994), donde aparecía una mejoría en el funcionamiento del modelo en los últimos años, sobre todo en el periodo 84-88. Así, la ventaja de utilizar el CAPM desaparece totalmente en dicho periodo (en el que su utilización sólo nos lleva a batir al mercado en un 48,33% de los meses).


7 Además, el lector debe considerar que no hemos considerado aquí los costes de transacción, que indudablemente serían mayores en la cartera gestionada, y restarían interés a esta estrategia.