EL SISTEMA PREVISIONAL COERCITIVO
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL FUTURO, DE LA ESPERANZA
 

Alejandro A. Tagliavini

 

 

 

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EL SISTEMA PREVISIONAL COERCITIVO

Muchos partidarios de la sociedad artificial argumentan que los aportes previsionales, deben ser coactivos. Porque, supuestamente, las personas, en particular los jóvenes, no son lo suficientemente serios, responsables, como para hacerse cargo de su futuro. Y, en consecuencia, el Estado, finalmente, si no 'prevé', tendrá que hacerse cargo de la vejez de estas personas. Vamos a ver. Los jóvenes pueden casarse, tener hijos, decidir su futuro profesional, pero ¿¡no pueden decidir su futuro económico!?. Aunque lo cierto es que, coherentemente con esto, los racionalistas hace tiempo que están intentando coactivamente imponer límites a la cantidad de hijos.

Algunos Estados hasta tienen un sistema previsional coercitivo propio. Pero dejemos de lado este caso porque, me parece, ya hemos hablado suficientemente acerca de la inevitable ineficiencia del sistema artificial. Concentrémonos, en cambio, en la simple obligatoriedad coaccionada de los aportes, que deben realizar los trabajadores durante su vida laboral. Insisto en que, lo malo no es la 'obligatoriedad' en tanto provenga de una autoridad moral, sino que lo malo es que sea violenta, coercitiva. Las distintas organizaciones religiosas, por ejemplo, suelen recibir importantes donaciones, hasta los hay quienes donan, no sólo toda su fortuna, sino todo su trabajo. Muchas veces esta es una obligación, pero que proviene de una autoridad moral. No existe, por caso, la 'policía protestante' que lo encarcela si el feligrés no paga el diezmo. Sí existe, en cambio, la policía del estatismo que lo encierra si Usted no paga impuestos.

Lo cierto es que, en principio, el sistema coactivo, lo que va a conseguir es que haya menos aportantes, y que éstos reciban un peor servicio (6).

Efectivamente, al hacer que los aportes sean coercionados lo que están logrando es crear un mercado cautivo, compartido por los diferentes oferentes del servicio, que no tendrán que preocuparse por la pérdida de los clientes. Y, entonces, básicamente, su trabajo no consistirá en competir con mejores inversiones posibles (plazos fijos, acciones, propiedades, y demás), de modo de convencer a los potenciales clientes de que la suya es la mejor capitalización posible en el mercado general. Sino que, simplemente, intentarán que el Estado persiga a los evasores mientras se reparten las víctimas con el menor costo y la mayor ganancia que puedan. Luego, su lucro no será el resultado de su vocación, del mejor servicio a la sociedad, sino de su egocentrismo, de la corrupción del mercado.

El beneficio económico para los aportantes, claramente, será menor. Porque, al tener, las empresas oferentes, el mercado asegurado sin tener que competir, harán un menor esfuerzo por ofrecer mejores servicios. Ahora, generalmente el beneficio económico mueve más a las personas, que el miedo a quedar fuera de la ley estatal. En consecuencia, como éste será menor que el que tendrían de no existir la coactividad, muchos potenciales aportantes (que hubieran aportado si el beneficio hubiera sido mayor) desafiaran la ley, la evadirán y no aportarán. De modo que, en principio, lo que realmente ocurrirá es que, con el sistema coercitivo los aportantes serán menos. Y la sociedad quedará más desprotegida a la hora de la vejez. Y, más desprotegidos, claro, los más pobres, los más débiles.

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