LAS 'REGULACIONES' ARTIFICIALES EN EL MERCADO FINANCIERO Y OTRAS INTERFERENCIAS
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

EL FUTURO, DE LA ESPERANZA
 

Alejandro A. Tagliavini

 

 

 

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LAS 'REGULACIONES' ARTIFICIALES EN EL MERCADO FINANCIERO Y OTRAS INTERFERENCIAS

Por un lado, ya lo vimos, los bancos de los Estados coercitivos (y esto incluye a los llamados Centrales, o Reserva Federal en los Estados Unidos) significan una competencia desleal, entendiendo por tal una desnaturalización de la esencia económica de la sociedad, dentro del sistema financiero. Pero, además, muchas veces el gobierno interfiere, artificialmente, en las operatorias de los bancos privados, con una cantidad de 'regulaciones', como el encaje bancario, que no hacen sino distorsionar la eficiencia del sistema.

Si el mercado natural no recibiera interferencias extrínsecas, lo que ocurriría es que éste quedaría incentivado por el afán de lucro que representaría el buen servicio a la comunidad. Y esto llevaría a los banqueros a competir bravamente entre sí, tratando de captar todos los ahorros y otorgar todos los créditos. Pero, al mismo tiempo, cuidando mucho la calidad de las inversiones, de modo de no perder los fondos (14). ¿Y de qué modo podrían obtener esto? Pues, solamente, bajando el spread y utilizando mucha inteligencia a la hora de decidir inversiones productivas, y asesorando a sus clientes para el feliz término de sus negocios. De modo que, esta baja en los costos y este cuidado en la eficiencia en la asignación de los fondos sociales, va en el propio interés de los banqueros privados. Quedando claro que, la baja del spread, tiene un límite, justamente el de la eficiencia que el mercado demanda, el límite de la rentabilidad propia del banco en cuestión, de otro modo quebraría (15).

El aumento forzado de los encajes bancarios, por ejemplo, se implementa como modo de obligar a los bancos a retener mayor cantidad de dinero y, de este modo, evitar una excesiva liquidez en el mercado, entre otras cosas. Pero lo cierto es que, un aumento artificial de esta reserva, lo que producirá es un aumento en el spread al tener que solventar, la entidad financiera, sus gastos con menor cantidad de fondos disponibles para préstamos, que los que el mercado hubiera dispuesto. Aumentando el costo del crédito y bajando la tasa de interés para los ahorristas. Sin contar con que, al haber menos dinero disponible para préstamos, la tasa de interés activa, presionada por la demanda, subirá.

Entonces, cuando el aumento de este encaje es artificialmente inducido por el Estado, el mercado financiero quedará inevitablemente disminuido. Conclusión: se producirá menos ahorro y menos inversión, es decir, más consumo, más liquidez. Lo cual es lógico y directo, ya que el encaje implica una desmovilización extrínseca de capitales productivos. En consecuencia, el efectivo mínimo, el encaje, comúnmente exigido hoy por los Estados, junto con otras tantas regulaciones, está distorsionando el sistema financiero provocando una errónea asignación de recursos, lo que produce la sub capitalización del mercado y una tendencia hacia el consumo diario exagerado.

Otra clase de interferencia, que suelen preferir los Gobiernos, es el lanzamiento de títulos públicos con un rendimiento atractivo u alguna otra ventaja comparativa (de otro modo pocos los comprarían). Dejando de lado lo que esto significa en cuanto hace al aumento del endeudamiento estatal, implica lanzar al mercado papeles con un rendimiento financiero superior al que, hoy por hoy, dadas las circunstancias, el mercado está dispuesto a otorgar. Esta diferencia deberá ser pagada por el Estado, la pregunta es ¿con qué recursos? ¿impositivos, inflacionarios o más endeudamiento? Pero, además, esto introducirá una distorsión (quizás menos recursos para el mercado de valores, quizás menos plazos fijos), que encarecerá el costo del dinero, es decir, la inversión.

En definitiva, para lo único que sirven las interferencias coactivas en el mercado bancario y financiero, es para encarecer el crédito artificialmente, inhibiendo la natural capacidad creadora del mercado y desviando los recursos sociales hacia sectores ineficientes (16).

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