COMO ENCONTRAMOS LAS SOLUCIONES

 

C: Doctor Herrera, nos volvemos a encontrar después de cuatro meses de fuerte investigación por la ciudad.

H: Estimado político, el trabajo de investigación en la calle me recuerda lo que me decía Jesús Antonio Bejarano – investigador social colombiano asesinado – Economista que este más de tres días de la semana en un escritorio, esta aislado de la realidad. Pero ahora tengo exceso de realidad.

C: Según entiendo tenemos la información para analizar los 35 indicadores para establecer el Modelo de Desarrollo para Bogotá.

Pero antes déjeme analizar el entorno de la ciudad. Bogotá es la capital de la República de Colombia, tiene más de 7 millones de habitantes para el año 2.000 – según cifras oficiales -, todos los días a la ciudad entran a la ciudad más de 150.000 personas de los municipios cercanos a trabajar; la ciudad es netamente generadora de servicios, el 80% de su ingreso se genera por prestar servicios, sobre todo financieros; su área urbana en cuatro veces menor que su área rural; por su ubicación geográfica, tiene producción agrícola y minera, pero por esta misma condición, la exportación de productos se ve limitada a un aeropuerto internacional con dos pistas y tres salidas por carretera de la ciudad. Su población se esta envejeciendo; está en un proceso de estancamiento económico y desempleo, que son reflejo de la realidad nacional.

Como ciudad puede ser definida desde siete definiciones de ciudad: Ciudad Industrial, porque produce creca del 30% de la producción de todo el país; Ciudad Universitaria, porque dentro de ella esta cerca del 70% de las Universidades del país; Ciudad Capital, porque es anfitriona del Gobierno Nacional; Ciudad Multiétnica, porque existen más de 45 comunidades indígenas y cerca de 30 grupos de Afrocolombianos, y una cantidad incontable de comunidades regionales; Ciudad Residencial, porque vivimos y dormimos más de 7 millones de Bogotanos; Una Ciudad Minera, porque explotamos arena, grava y otros materiales de nuestro suelo; y una Ciudad Agrícola, porque podemos ser autosuficientes en la generación de alimentos sembrándolos.

Fuera de eso, si se nos mirara como un país seriamos la séptima economía de suramérica y el quinto país en población.

En otras palabras, que ciudad tan interesante...
H: Veo que ha hecho la tarea. Pero antes me gustaría saber, ¿Usted que piensa de un bogotano?

C: Bogotano no es el que nace en Bogotá, bogotano es el que vive en ella. Esta ciudad no lo excluye de ser autóctono de ella, solamente por haber nacido en otro lado.

La ciudad encanta, tiene una magia propia, que quien la conoce se quiere quedar en ella. Y no me refiero a la gente de los pueblos, me refiero a Europeos y Norteamericanos, que vienen de paseo, y se quedan.

Bogotano es aquel que disfruta la única ciudad del mundo que puede tener las cuatro estaciones en un solo día: Puede amanecer con un clima cálido agradable, a medio día hacer un calor tan fuerte, como en cualquier playa del mundo; después puede empezar un viento tan fuerte y tan frío, que lo mejor es estar bajo techo, y si usted tiene buena suerte, puede caerle encima una granizada tan grande, que puede parecer una nevada en Boston.

Bogotano, es ese curioso personaje que cuando camina por la calle, parece en silencio y de mal humor, pero si usted le pregunta lago, le contestará de manera amable, aunque casi siempre no saben la respuesta.

Bogotanos es lo que hay, desde grandes gerentes financieros, hasta recicladores de basura.

¿Cómo defino yo un bogotano?, Yo diría que es un gran soñador, con los pies en la tierra.

H: Es cierto, somos soñadores bastante realistas.

C: Es que uno acá es donde se da cuenta, que esa idea de la política de que el pobre no sabe que necesita, es la mentira más grande del mundo. Una familia, con cuatro hijos, con el papá desempleado, que viven todos en un cuarto de 25 metros cuadrados, sabe perfectamente que quieren y que necesitan.

H: Le propongo la siguiente dinámica: analicemos el ambiente nacional, después analicemos el ambiente de la ciudad, e intentemos determinar el modelo que actualmente existe. Después revisemos los indicadores y definamos el plan de choque y los agentes estructurantes.

C: Estoy de acuerdo. Le cedo la palabra señor economista, para que me explique el ambiente nacional.

H: se levanto como poético, y eso que es administrador.

Desde mi punto de vista, el ambiente socioeconómico de Colombia, hay que verlo desde tres puntos de vista: L aplicación del Consenso de Washigton, la Descentralización y el Proceso de paz.

Desde la óptica de consenso, vemos que Colombia sé desindustrializó, está exportando menos de lo que importa –trae más cosas que las que envía -, tiene niveles de desempleo inimaginables; lo único que nos mantiene es el petróleo y presenta un serio problema en el sector financiero, que ahora está más débil que nunca.

Si miramos el proceso de descentralización, desde 1991 hasta 2000, el gobierno central aumentó su gasto de una manera desproporcionada en relación con sus ingresos, dejando un exceso de gasto, equivalente al 6% del total de la producción nacional. Esto se debe al mal manejo del proceso de descentralización, que comenzó a pasar dinero a los municipios y departamentos, sin eliminar el viejo sistema central, duplicando asó sus gastos.

Por último, el proceso de paz. Situación que ha convertido al mercado, en un sistema muy sensible a cualquier cambio en proceso – como podemos ver en el precio del dólar -, dejando como consecuencia que los empresarios nacionales vendan sus empresas y se vayan del país, sumando a esto, la continua salida de jóvenes capacitados hacía otros países. Lo cual genera un a pérdida igual al valor de la educación de 16 años de cada uno de estas personas.

Conclusión, recesión, déficit fiscal y fuga de capitales – personas y dinero -; el panorama no es optimista.

A grandes rasgos, estamos sobados. Pero las soluciones llegarán, quien sabe cuando pero llegarán...

C: Usted y su pesimismo sobre la situación del país. Déjeme explicarle la situación de Bogotá, o se daña la conversación, porque su conclusión sería “apague y vámonos”.

A Bogotá prefiero mirarla con ojos positivos. El impacto del consenso de Washigton y del proceso de descentralización, es claro y contundente.

Bogotá es una ciudad productora de servicios, por lo tanto el problema de la desindustrialización, no le pego tan fuerte. El gran acusante del desempleo en la ciudad, es la caída del sector de la construcción, que utilizaba mano de obra no calificada – no preparada – que venía del campo. La caída de este sector se debió a dos factores fundamentales: la crisis de los Bancos y la salida de los dineros del narcotráfico.

Bogotá reportó casi todas las pérdidas del sector financiero, porque la gran mayoría de las oficinas centrales de los bancos quedan en Bogotá.

El problema de las importaciones no es tan fuerte para la ciudad, lo que pasa es que comenzamos a consumir arroz de Venezuela, en vez de consumir del Tolima. En cierta medida eso fue bueno, porque redujo en alguna manera el precio de la canasta familiar.

Donde si tenemos un impacto fuerte es el proceso de descentralización.
Esto de la descentralización tiene directas implicaciones para la ciudad. El gobierno nacional le da a la ciudad dinero para salud y educación, y para otro tipo de gastos.

El dinero que envía para salud y educación, se denominaba situado fiscal, y debe ser usado exclusivamente para salud y educación. El otro dinero que envía, son las transferencias nacionales, que pueden ser usadas según la decisión del Alcalde.

Pero esto de la descentralización para Bogotá tiene serios problemas no financieros. A Bogotá llegan más de 200.000 personas al año, de otras regiones del país, y la ciudad debe atenderlos y asegurar sus derechos constitucionales. Fuera de esto, la ciudad tiene ahora, un sistema de salud con cuatro dueños: el sector privado, las fundaciones, el gobierno central y el Distrito, o sea la ciudad. Esto significa que si hay un problema en cualquier tipo de hospital, lo que el ciudadano dirá es que “el sistema de salud de Bogotá es un desastre”, todo por no definir quien es quien en materia de salud.

Los niveles de cobertura de servicios públicos son buenos, están cerca del 82%; del mismo modo la cobertura de los servicios sociales – salud y educación-.
En resumidas cuentas la ciudad esta en buenas condiciones, pero con algunos problemas, a los que debemos determinar prontas soluciones.

H: Veo una visión sencilla y clara de la ciudad, pero ¿Cómo expondría usted el modelo que se esta manejando en la ciudad?.

C: Según entiendo el Modelo de Desarrollo de una ciudad se mide por la interacción de la oferta y la demanda, de los “cómos” y los “con qué”, y de la relación entre ayer, hoy y mañana.

Según esta idea, de su teoría socioeconómica, queda claro que la ciudad está dedicada a formarse como urbe, como una mole de cemento, con servicios públicos, parques recreativos, con respeto por el espacio publico y con una visión de una ciudad más amable, mediante la comprensión de cada persona, como agente activo de la ciudad.

La ley existe, y en la medida que la gente la conoce, la cumple: no por virtud del que imponga la medida, sino por la calidad de la gente de la ciudad.

Su financiamiento se está definiendo como autosuficiente, solamente el 30% de los ingresos del distrito vienen del gobierno central; eso puede ser leído como una autonomía del 70%. Pero esto significa que los Bogotanos estamos pagando impuestos.

A nivel de participación política, el proceso de descentralización interna de la ciudad, no ha sido tan exitoso como se esperaba. Bogotá se dividió en 20 localidades, pero su descentralización administrativa no se ha visto aún.

Yo definiría a Bogotá, como una ciudad de todos y para todos, donde lo que la alcaldía le ofrece es una ciudad cómoda, transitable y con una calidad de vida aceptable. Pero no como una ciudad donde se pueda encontrar el progreso, porque el equilibrio entre la capacidad de ayudar al ciudadano y la cantidad de ciudadanos, se rompió.

H: Me gusta su visión, pero le agregaría que es una ciudad amplia, sin regionalismos, que acepta al negro como negro, al indígena como indígena, al campesino como campesino, pero exigiéndoles ser ciudadanos comunes y corrientes, lo cual no tiene sentido.

C: Eso es cierto, porque se intenta homogenizar a las personas, para crear políticas generales, sin tener en cuenta al individuo como persona única.
H: Es lo más cómodo. Ahora bien, analicemos por última vez, los 35 indicadores y definamos los puntos débiles, para establecer el plan de choque. Comience usted con los niveles de expresión política de los ciudadanos.

C: Creo que en esto estaremos de acuerdo. El primer indicador que queríamos mirar era el nivel de participación de los ciudadanos dentro de las decisiones de la Ciudad; la conclusión es clara, en nivel es bajo. EL proceso de descentralización que aumentaba el nivel de participación y control por parte del ciudadano común y corriente no se ha dado, y como reflejo de esto, el nivel abstención en las votaciones para la ciudad es cercano al 40%. La gente no quiere participar, porque se está casando de que no le den un espacio.

La imagen de la Actividad Política, el segundo indicador, es pésima, pero se reconoce que los últimos tres gobiernos han sido positivos, con Alcaldes medianamente buenos. El ciudadano común sigue confundiendo la política nacional, con la local, y eso debilita la imagen.

Los partidos políticos. Según hemos analizado, Bogotá hasta hace pocos años era netamente liberal, y votaba liberal, y los Bogotanos se sentían orgullosos de ser liberales. Ahora existe una tendencia a decir que se es “apolítico”, porque no encuentran un partido que los represente, entonces Bogotá se convirtió en un voto independiente, en un voto libre. El ciudadano vota según lo que él crea que es mejor, hasta el punto de votar por algún candidato, para que no suba otro.

El bogotano promedio sigue estancado en el sistema de Presidente, Congreso, Alcalde, Consejo, y no se ha dado cuenta de su capacidad de participación y su derecho de ejercer control político sobre el gobierno Distrital. Y ni les pregunte que es un Edil, una Junta Administradora Local, porque no lo saben, el nivel es bajo.

Curiosamente, su visión de futuro es optimista. La gran mayoría creen que esto va a mejorar, pero lo único que hacen es esperar las soluciones. Una cicatriz de sus paquetes meméticos.

En Conclusión, el nivel de expresión política de un ciudadano, es bastante regular; pero fácil de solucionar, porque el problema radica en la falta de información.

H: Espero que podamos meterle mano a eso. Voy a exponer el nivel de expresión artística, para alternarnos en la exposición de conclusiones. ¿Conclusiones que nos han llevado cuantos meses de trabajo?

C: Fácilmente, medio año...

H: Claro, entonces las vacaciones están bien merecidas.

Bogotá es quizá la ciudad colombiana con mayor cantidad de organizaciones de promoción y difusión cultural, muy cerca de los niveles de París o Londres. El problema radica en la falta de instituciones que las organicen, por ejemplo, hace falta un sistema de galerías o de teatros, por el contrario cada uno trabajo por su lado. Yo diría que el nivel es bueno.

La cantidad de expresiones artísticas es impresionante. Existen expresiones artistas tradicionales, autóctonas e innovadoras, algo así como, Opera, Música Andina y Rap “bogotanizado”. El nivel es excelente, su calidad es relativa.

Dentro del esquema de la industria cultural, se calcula que para el país, la industria cultural aporta en 3% de la producción nacional, y de ese 3%, más o menos el 70% se hace en Bogotá. Es decir que Bogotá aporta por medio de la industria cultural, el 2% del PIB. Pero la industria tiene dos problemas muy grandes: la especialización cerrada y la piratería. Lo que estamos produciendo son libros y discos compactos, otro tipo de artículos se han desechado. El problema de la piratería radica en valor de los libros y los discos en el mercado, que casi todos los que son copiados son importados, y por ser importados su precio es alto. Y no debemos olvidar, la costumbre – contra la cual siempre lucharé – de los profesores de dejar fotocopias para leer: es cierto que comprar un libro es costos, pero es una inversión sin comparación.

La promoción y difusión esta sectorizada por los dueños de la industria cultural, que utilizan los medios de comunicación para posicionar sus productos. Pero, debo resaltar el esfuerzo de la Alcaldía con la “Cultura al Parque”, que es el mejor ejemplo de masificación cultural. El nivel no es bueno, pero no es malo.

Por último el interés de la comunidad en la expresión artística. Esto después de la información que recibimos, nos tocó analizarlo desde tres puntos de vista: el ciudadano como artista, el efecto imitación y la capacidad de aprendizaje. Definitivamente a los Bogotanos les gusta la expresión artística, y no solamente ir a ver teatro o entrar a una galería, ellos mismos quieren ser artistas, bien sea pintando en las paredes, o subiéndose al transporte urbano a declamar o a cantar. Otra cosa que se encontró es el efecto de diferencias sociales: la persona de bajos ingresos, que por naturaleza quiere ser como los de altos ingresos, asiste de manera masiva a eventos culturales para aprender a comportarse y a disfrutar el arte. El nivel es bueno.

En conclusión, Bogotá tiene una ventaja comparativa y competitiva en el sector artístico que no se ha sabido explotar.

C: se dio gusto usted con esa investigación, ya lo veré usando toda esa información para sus estudios.

Ahora redondearé los niveles de expresión social. Este tema que parece tan simple, resulto siendo el más difícil de todo el estudio, por la ausencia de la información, como usted lo sabe, y por la actitud de la gente hacía los políticos. Cada vez que preguntaba algo, me respondían que todos éramos unos ladrones, y casi todos, terminaban pidiendomé algún favor.

Bogotá es una ciudad llena de subculturas – espero que eso este bien dicho -, de segmentos de población que deben ser determinados con mucho cuidado, pero se pueden agrupar en 3 grandes paquetes: Familias con un solo jefe de familia, Familias de núcleo tradicional y personas que viven solas. El caso de las familias tradicionales es bueno, pero el resto de los casos donde se consideran las madres solteras cabeza de familia y los indigentes, es absolutamente preocupante.

Para establecer las necesidades de la población, usted defendió la idea de una encuesta directa a la población, mientras otros hablaban de hablar con expertos en el tema, y como usted ya lo sabe, llegamos a la conclusión de comparar ambos casos. Establecimos que las necesidades de la gente en Bogotá, son situaciones del hoy y no del mañana, y quedaron ordenadas de la siguiente manera: Seguridad, Empleo, Salud, Educación y vivienda, como las más representativas. Esto nos llevó a la conclusión que el tercer indicador iba a ser negativo.

La presencia del estado como facilitador, se mostró casi nula, porque no se están prestando los servicios sociales, y así no existen oportunidades.

Dentro de Bogotá se pueden establecer grupos líderes dentro de la siguiente clasificación: Comunidades religiosas, grupos de acción comunal y parches barriales.
En otras palabras, Religión, comunidad organizada y potencial crimen organizado.

La sustitución del estado, no fue tan fácil de determinar pero es claro en el caso de la educación, donde cerca del 40% de los cupos escolares son privados, dejando a la situación económica de las familias llevar sus hijos a un colegio Distrital o a un colegio privado. Esto en la recesión que estamos viviendo puede ser un problema.

En resumen, las expresiones sociales son muy altas, pero muy negativas, y son consecuencia de la falta de relación entre el estado y la comunidad.

H: Habló el político. Ahora me toca el problema del nivel folclórico. Aquí tuvimos una discusión entre la generalización y la individualización, entre la homogeneidad y la diferencia.

El problema radicó en determinar si mediamos todas las expresiones folclóricas o solamente las que se consideran como de Bogotá. Llegamos a la conclusión de considerarlas todas.

C: Ganarle a usted esa pelea era imposible, ya no me acuerdo de quién fue la idea de pensar que se podría generalizar, pero le salió caro...

H: No volvamos al tema. Bogotá presenta una diversidad multiétinica, solamente comparable a Los Angeles o Nueva York, aquí hay negros, indígenas, personas de todas las regiones, europeos, asiáticos, judíos, mahometanos, y cuantas etnias queramos definir.

Establecer el cronograma de actividades folclóricas nos llevó a una conclusión: No hay días libres de festividades.

La comida típica parece ser el Ajíaco, una sopa de papas de fácil cocción. Pero lo que más se consume es un plato con carne de res, arroz blanco, plátano frito y ensalada – conocido como almuerzo ejecutivo o corriente -, que curiosamente requiere una cocina más elaborada.

En cuanto al tiempo libre de los bogotanos, se ve limitado por dos cosas: la cantidad de tiempo que quita el trabajo y transportarse a él, y el clima de la ciudad. Pero por lo general se reparte entre ocio, deporte y visita a expresiones artísticas, sobre todo lugares de entretenimiento los fines de semana por la noche.
Bogotá no tiene una vocación deportiva definida. Pero tiene escenarios para todas las actividades, al punto de utilizar las calles de la ciudad todos los domingos para la ciclovía.

En conclusión, yo diría que el nivel es bueno.

C: La vocación folclórica del bogotano es parrandear y pasarla bueno con los amigos, más si consideramos cuando un cachaco se pone a hablar...

H: Espero no sea ninguna indirecta.

C: Sería incapaz. Pero para cerrar el diagnóstico, pasemos a las expresiones económicas.

La concentración del ingreso en Bogotá es preocupante, los estudios afirman que el 4% de la población tiene el 70% del ingreso. Esto es una situación peligrosa y difícil de manejar.

La vocación industrial de Bogotá es los servicios, pero tiene serías fortalezas en otros sectores que pueden ser explotados, como la industria cultural y la producción automotriz.

El ciudadano promedio solo se gasta lo que se gana, es muy raro que busquen mecanismos de financiamiento dentro de los bancos. Por el contrario, se ha formado un sistema de préstamo familiar, que como es obvio, es de difícil cobro.

Al bogotano lo que le gusta consumir, es lo que este de moda. No tiene tendencias definidas, compra lo que la sociedad diga que se debe comprar, y somos fuertes consumidores de bebidas alcohólicas y cigarrillos. Por ser una población parrandera, en los momentos del pago de la quincena, la gente se gasta la plata en diversión, y en muchos casos comprometen el dinero para sostenerse durante los siguientes 15 días.

Por último, el único ciclo de consumo anual se ve en las compras navideñas, y dentro de las semanas, que los restaurantes y bares, venden más las finas de semana.

Conclusión, el bogotano vive para el diario, su visión de ahorro es limitada y su mejoría de calidad de vida, sin ahorro, no es muy probable.

H: Todo esto nos deja una conclusión final, si me permite...

C: Exponga su idea.

H: Las expresiones del bogotano se pueden definir desde su ingreso y el espacio que el estado les otorgue.

C: No estoy deacuerdo. Yo diría que las expresiones del bogotano están limitadas por la ausencia del estado. Usted no está considerando que del dinero que cada bogotano tiene, debe gastar por lo menos la tercera parte en salud y educación, situación que por Constitución no debería ser así.

La expresión del ciudadano esta limitada por un gobierno local que no permite la expresión. Mire que los casos positivos son los artísticos y los folclóricos, porque son individuales, y no están apoyados por el Alcalde.

Pero el gobierno no permite la expresión, por no poder ayudar, el problema no es de silenciar la expresión, sino de falta de recursos e instituciones que ayuden al ciudadano.

Entonces, las expresiones del bogotano son aquellas que ejerce maneja individual, ante la imposibilidad de actuar de manera grupal.

H: Me quito el Sombrero.

C: Pero solamente hemos visto el lado del ciudadano y sus derechos. Veamos ahora el papel del Estado local.

Usted decía que solamente existen dos expresiones, la política y la económica, y sobre esto trabaje los indicadores dándome cuenta de curiosas expresiones del sistema.

Primero le voy a exponer lo que se encontró en el tema político y después en el económico, intervenga cuando crea que sea necesario...

Las representaciones políticas del estado, según su teoría, son el calendario electoral, composición del estado, la representatividad, el poder del mandatario y los mecanismos de control.

Para la ciudad el calendario electoral es de dos vías: para elegir Alcalde, Concejales y Ediles, y para elegir Representantes a la Cámara, es decir, al Congreso. Este ha demostrado una alta variación de Alcaldes, pero serias continuidades en el Concejo de Bogotá; adicionando, que los Representantes en la Cámara, no defienden a Bogotá en los proyectos de Ley. Lo único que queda, es el Alcalde para solucionar esto.

H: No considera usted a los Ediles en el proceso. Estos tienen una importancia, que se visto recortada, pero debemos reactivar esa elección local. Hasta el punto de elegir Alcaldes locales por votación popular...

C: Eso es cierto, pero el poder de los ediles es mínimo, aún con sus funciones actuales, eso debería volver a pensarse, y establecer funciones que permitan al Edil tomar acciones. Lo de las elecciones de Alcaldes, ese es mi ideal, pero no para 20 localidades, se debería dividir a Bogotá en cuatro grandes áreas.

Volvamos a los indicadores. La composición real del estado. El actual estado esta compuesto por personas elegidas por voto popular, dentro de la idea de una democracia representativa. Yo voto por el que represente mis ideas, le entrego el poder de representarme a cierta persona. Situación que va en contra del sistema que nos plantea la Constitución Política, donde la democracia debe ser participativa, y participar no significa votar y escuchar excusas. La democracia representativa significa, que por medio de mesas de trabajo con las comunidades – algo parecido a lo que hemos venido haciendo – se defina que quiere la comunidad, y de allí se elija a la persona más capaz para hacerlo. Por ahí, estamos mal.

Voy a pasar a los mecanismos de control. El control ciudadano es casi nulo, y no por la falta de espacios, porque legalmente sobran, sino por la falta de confianza en el sistema, miedo a ser señalados y “ajusticiados” como ha pasado en otras ocasiones. Peor es el caso de la Contraloría Distrital. A la contraloría se le deben entregar en febrero, los balances “sociales y fiscales” del año anterior, de todas las instituciones del Distrito Capital. Entonces si estamos en el año 2000, la
Contraloría esta evaluando el año 1999. Así no se puede controlar. Por ese lado, mal.

Dejé de último el poder del Alcalde porque es quizá el más importante. La única arma que tiene el Alcalde es su imagen ante la sociedad, y eso se logra por medio de acciones que beneficien a la sociedad. El Alcalde debe ser una persona admirada por la mayoría, y no por una minoría. Cuando ha logrado esto, puede entrar a ejecutar políticas en pos del desarrollo, que casi siempre son poco populares. Moraleja, primero se gana el respeto y después trabaja con la comunidad.

Como ve, Bogotá aún en un poco anticuada en cuanto a política se refiere, es más aún algunos Concejales pide puestos para sus amigos.

A nivel económico las expresiones son muy limitadas, porque el Distrito no tiene herramientas macroeconómicas, debe trabajar con la imaginación.

Los ingresos del Distrito provienen de tres fuentes principales: Impuestos, Gobierno Nacional y Empresas del Distrito. Sabemos de antemano que las transferencias del Gobierno Nacional van a desaparecer, entonces nos quedan los impuestos y las Empresas del Distrito, y las estamos privatizando.

Los Activos de la Ciudad, que tenemos y que no tenemos. Aún tenemos la Empresa de Teléfonos y la de Acueducto, el resto ya se privatizó. La ciudad cuenta con algunos recursos hídricos, pero estos pueden desaparecer si no se cuidan.

La capacidad financiera del Distrito es Buena, hay que reconocerlo. El nivel de deuda que tenemos es manejable, y en el mercado internacional podemos solicitar crédito.

Ahora el tema complicado, los gastos. Según hablábamos hace algunos meses clasificábamos los gastos en funcionamiento, sostenimiento e inversión. Afirmando que los gastos de funcionamiento y sostenimiento, eran gastos continuos, es decir, gastos recurrentes. Aquí tenemos que tocar un tema que al Dr. Herrera se le había pasado.

H: ¿Cuál tema?

C: El famoso Plan de Ordenamiento Territorial - POT -. Este plan ordena la formación urbana de la ciudad y define como agente estructuraste al transporte. Quede como quede el famoso POT, toca llevarlo a cabo y eso genera gastos tan grandes como la mitad del presupuesto de la Nación, y por ende unos gastos recurrentes mayores. Ahí comienza el problema. Hoy según veo en los informes de la Secretaría de Hacienda, los gastos recurrentes, crecen más que los ingresos recurrentes, sin considerar el problema POT, que nos dejará nuevos activos para la ciudad, pero también romperá el equilibrio fiscal que se ha mantenido desde la Alcaldía de Jaime Castro.

Que fuente de financiación nos queda: los impuestos. Y esto no puede ser así. Entonces debemos definir políticas para Industrializar a Bogotá, que Bogotá tenga más empresas, y que estas empresas generen valor agregado y empleos. De este aumento de la producción podemos aumentar el recaudo de impuestos, porque ya no le estaríamos cobrando a 1000 empresas, sino a 2000.

De aquí la importancia con los empresarios. Soy un convencido que en Bogotá debemos generar riqueza, y rápidamente – dentro de los términos legales, por supuesto -.

El futuro de ciudad depende de los empresarios, no del Alcalde.

H: Veo claramente su visión y posición sobre como debe ser Bogotá, con esto podemos crear el modelo, solamente debemos definir las prioridades y la visión de futuro que queremos de la ciudad.