Los ciclos económicos

en la teoría económica de la Escuela Austriaca


Muerte y vida (1916) de Gustav Klimt. En una colección privada de Viena. Pulsar en la imagen para verla ampliada.

Es posible que los empresarios inviertan recursos creados artificialmente, sin que hayan sido ahorrados por nadie y forzar el descenso de los tipos de interés. Eso se consigue cuando los estados emiten dinero sin respaldo o cuando los bancos privados mantienen un coeficiente fraccionario de caja y conceden préstamos de dinero que no tienen contrapartida en ahorros.

El efecto inicial de este aumento de la cantidad de dinero en circulación es expansivo y euforizante. Los empresarios obtendrán muy fácilmente crédito de los bancos por lo que se iniciarán muchos  proyectos empresariales. La disminución de los tipos de interés hará que se consideren potencialmente rentables inversiones en bienes de capital de orden muy alto, es decir, muy alejados en el proceso productivo de la etapa de consumo final.

Pero la euforia expansiva lleva en su seno el germen de la depresión. El aumento artificial de la demanda de bienes de capital sin que se haya producido ahorro, es decir, disminución de la demanda de bienes de consumo, provocará inevitablemente la subida de precios en los mercados de factores y materias primas.

Obsérvese el carácter diferencial que tiene la explicación austriaca del ciclo económico con respecto a otras teorías: Es un modelo endógeno, que puede ser explicado completamente por razones económicas sin necesidad de acudir a factores externos como shocks tecnológicos o políticos. Además, hace hincapié en los planes empresariales y destaca que la política expansiva de los gobiernos trastoca la información económica existente introduciendo ineficiencia en el sistema.

El encarecimiento consecuente de los bienes de consumo impide el aumento en la demanda de éstos lo que, unido al encarecimiento de los factores, hace que los proyectos de inversión iniciados dejen de ser rentables. Algunos empresarios dejan en suspenso sus nuevos planes de inversión y ya no piden nuevos créditos. Algunas empresas fracasan y se muestran incapaces de atender la carga de su deuda.


El círculo vicioso depresivo profundiza en su espiral. Los bancos se ven obligados a reducir sus préstamos y la expansión monetaria se detiene. Finalmente, la desconfianza en el sistema produce retirada de fondos, quiebras generalizadas y desempleo.

Los efectos redistributivos de la expansión crediticia son dignos de considerar aparte. Los primeros en recibir el nuevo dinero creado artificialmente son los empresarios. Cuando el nuevo dinero se difunde por la sociedad y llega a las manos de los consumidores, ya está depreciado por efecto de la inflación. Por tanto la expansión artificial es muy regresiva.