La prueba

Es imprescindible realizar pruebas con usuarios reales para detectar los fallos, errores e imprevisiones que sin duda alguna se habrán deslizado. El mejor artista o artesano no es el que sabe hacer obras perfectas, sino el que sabe corregir las imperfecciones a tiempo.

No es necesario realizar encuestas masivas de prueba. Entre tres y cinco usuarios-cobaya diferentes pero dispuestos a colaborar serán suficientes para detectar el 99% de los fallos. No se trata de hacer muchas pruebas, sino de hacerlas bien, de forma que nos proporcionen la información que necesitamos.

Esos pocos cobayas deben ser sociológicamente diversos y corresponderse lo más posible con los diversos segmentos de usuarios que van a visitar nuestras páginas; correspondientes en edad, nivel cultural y, sobre todo, experiencia en Internet.

En las pruebas les pediremos que vayan transmitiéndonos en voz alta todas sus reacciones y opiniones, pero nos abstendremos de guiarles o de dialogar con ellos sobre las posibilidades que ofrece el sitio web. Se trata, por tanto de prever, ver con antelación, las dificultades que van a tener los usuarios reales, incluyendo a los usuarios torpes, inexpertos, mal informados y que no tienen más guía o ayuda que la proporcionada por las páginas que estamos diseñando.