CIENTÍFICO - TEÓRICO - ESTADÍSTICO - COMERCIAL JURÍDICO - SOCIOLÓGICO
 
RECOPILADO POR EL PROFESOR MANUEL SERRA MORET

 

P

 

PRECARIO

Se dice de todo aquello que se posee o se disfruta sin titulo legítimo o por simple accidente y puede ser reclamado en cualquier momento por su dueño o titular.

 

PRECIOS

El problema central de los estudios económicos ha sido siempre el descubrir la "razón" de los precios. Se entiende por precio la cuantía de unidades de cuenta por las que se cambia una mercancía o un bien. Costos, salarios, descuentos, intereses, renta, comisiones, etc, no son más que grupos particulares de precios. El profesor Amonn, en su Objekt und Grundbegriffe, al relacionar lo que él considera Grundprobleme de la ciencia económica, establece en primera categoría el del precio, considerando a los demás como "sus aplicaciones". Entre los teóricos de la economía existe una coincidencia casi unánime en considerar que el objeto de conocimiento gira alrededor de los precios y que las actividades y valoraciones sólo sirven para explicar la razón de aquéllos.

Entre los teóricos de la escuela clásica existe acuerdo en que un régimen de perfecta competencia da fijeza o uniformidad a los precios entre uno y otro período a causa de cambios en laS condiciones de producción o en las tendencias del consumo, pero, en un mismo mercado y a un mismo tiempo, no puede existir más que una sola relación de precio entre una y otra mercancía ofrecida en cambio en tanto la competencia prevalezca. Lo que se llama la ley de Say establece la identidad del precio de oferta entre los presuntos vendedores de una misma mercancía y la identidad de precio de demanda de los presuntos compradores. El estudio de las desviaciones y de las limitaciones, más constantes que ocasionales, en esa ley de uniformidad ha constituido la preocupación de los economistas del pasado siglo y del presente.

Superado el mercado esporádico e irregular de la antigüedad, donde el precio era un hecho casual, muchas veces fruto de la habilidad del vendedor o del comprador, de la astucia o del regateo, al extenderse el área del comercio y al especializarse y mecanizarse la producción, es lógico que la competencia entrase en la lid con todas sus consecuencias y que éstas sin ten tizas en el punto de coincidencia de los intereses encontrados de vendedor y comprador en la justa relación de precios entre una y otra mercancía. El comercio, como la producción, se despersonaliza, y el reajuste del mercado se produce automáticamente. Las pequeñas alteraciones a la ley general producidas por el comercio al detalle para atraer clientela, apenas si cuentan. Los inventos, los progresos de la técnica, la derrota de la máquina o del proceso anticuado, en un régimen de competencia perfecta, si conmueven el mecanismo de los precios lo hacen en confirmación de la misma ley por cuanto colocan -en línea de competencia el abaratamiento de los costos de la producción.

Quizás lo que mejor confirme la validez de las teorías de la libre competencia como reguladora y estabilizadora de los precios es la infinidad de objeciones y enmiendas de orden práctico o empírico que se le han hecho en el curso de los últimos cien años. El reconocimiento de que constantemente se está conspirando contra el juego de la competencia lo hizo el propio Adam Smith al decir que "raramente se reunirán los miembros de un gremio, aunque sea para solazarse o divertirse, que no deliberen inmediatamente sobre la manera de conspirar contra el público y de elevar los precios de sus mercaderías". y es que los precios, además de ser el signo regulador del intercambio de bienes, constituyen un aparato para limitar la utilización de los recursos y el consumo, y establecer una preferencia en la satisfacción de las necesidades. Los precios son, en realidad, un medio de contención del consumo y de la producción. En sí mismos, no son más que los valores monetarios atribuidos a bienes o servicios, y como, por mucho que se obstinen los teóricos en hacer abstracción de los elementos psicológicos y sociales que constituyen la raíz de todos los conceptos económicos, éstos y no las teorías son los que prevalecen en la realidad, la razón, el equilibrio y la estabilidad de los precios no pasan de ser una conclusión correctamente lógica del libre desarrollo de un sistema de competencia perfecta que jamás se ha dado ni se puede dar en la práctica.

Sin embargo, los principios conculcados son tan fijos y permanentes como los vicios que contra ellos atentan. Los precios pueden ser determinados por la relación entre la oferta y la demanda, por la costumbre, por una autoridad arbitraria, o por uno o varios monopolios como es lo más corriente, monopolios de venta o de compra; pero ellos sirven a la razón fundamental de la división del trabajo y de la propiedad, y al intercambio de bienes y servicios. En una sociedad dineraria, donde las mercancías. son producidas con costos monetarios para su venta, donde los mercados funcionan en términos monetarios y los consumidores utilizan medios monetarios para sus adquisiciones, medios prestados, o rentas y beneficios percibidos, los precios, por encima o por debajo de monopolios, astucia, arbitrariedades y estafas, conservan una tendencia al equilibrio y a presentarse en términos de razón en relación con las concepciones humanas o sociales predominantes del valor y de la estimación: en un periodo dado.

Existen a menudo incidencias muy imperfectamente explicadas en el curso de las fluctuaciones de los precios. Por ejemplo, todavía. no se ha descubierto la razón del alza general de precios a finales del siglo xv. Los que la atribuyen al influjo del oro y metales preciosos llevados a España. desde 1\.mérica, olvidan que el fenómeno es muy anterior al descubrimiento del Nue;vo"MUndo y que el alza. de precios se produjo, antes que en otra parte, en Francia e Inglaterra. Tampoco hay .una, explicación satisfactoria para la gran baja de precios expedmentada después de las guerras napoleónicas, cuando todo el mundo esperaba un ascenso general, Entre 1814 y 1896 el nivel de precios al mayor descendió en 60 por ciento. Desde esta .última fecha hasta 1914 se registró una alza general- concretada en los siguientes términos.:

Hasta 1920 los precios mantuvieron su curva ascendente, seguramente a causa de la primera guerra mundial, aumentada, en relación con los de 1913, en la siguiente forma:

 

Sacamos estos informes de los estudios realizados por la Sociedad de las Naciones por los que se demuestra la variedad cómo el fenómeno de las fluctuaciones de precios afecta a los distintos países. Conocidas o supuestas las razones intrínsecas que las motívan, es evidente que hay zonas afectadas muy directamente y zonas que sólo sufren lós efectos reflejos. Esos aumentos. fue;. ron .seguidos por disminuciones que distan mucho de guardar proporción con el alza, de forma que, en menos de cincuenta años, los precios se han estabilizado a un niveÍ superior en mas de tres veces al de 1896. Véanse las fluctuaciones posteriores sobre el índice de precios de 1926: 

 El nivel general de precios en la República Argentina tomando como índice promedio el año 1929 ha sufrido las siguientes fluctuaciones

Aunque, según los datos oficiales, el nivel de los precios agropecuarios se mantenía en 1943 a 83,0 en relación con el año 1929, y los no agropecuarios habían alcanzado a 247.7 sobre aquel nivel, lo cierto es que el costo de la vida ha aumentado considerablemente en los últimos años y el nivel de precios, por lo que respecta al consumo, ha aumentado en proporción análoga a los demás países desde 1896. La segunda guerra mundial no ha producido los mismos efectos que la primera gracias a las rigurosas medidas de previsión adoptadas por los gobiernos de los países beligerantes que han impedido los aumentos desconsiderados de precios, demostrándose que la autoridad puede substituir al mecanismo de la competencia, si cuenta con una organización completa y con los medios de coacción e imposición necesarios. Por otra parte, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas venía demostrando desde 1924, que ese sutil mecanismo de los precios no es un misterio que se esconce en las esferas de lo abstracto, sino un resultado del distinto funcionamiento de los engranajes en cada organización social. Una autocracia económica pudo haber cumplido la misma transformación del primitivismo indiferenciado al modernismo especializado y coordinado dentro de un sistema de planificación. Pero el proceso de valoración habría sido menos abstracto e impersonal, y los precios no habrían constituído, como ahora, un resorte para canalizar el progreso en una dirección utilitarista dentro de una evolución que permite una cierta libertad de movimientos y una amplia concurrencia de juicios y voluntades.

Los adeptos a la teoría cuantitativa creyeron haber descubierto una secuencia causal entre los cambios de volumen del medio circulante y las fluctuaciones del nivel de precios. (V. CUANTITATIVA, TEORÍA). Otros buscaron una explicación en las íntimas relaciones que existen entre el nivel de precios Y las tasas de descuento e interés que, al fin y al cabo, son precios también. Si el tipo de descuento es afectado por el desequilibrio entre la masa de ahorro y las inversiones en capitales de producción y, consiguientemente, los precios se alteran, como ya lo demostrara Henry Thornton en 1797, y T. Tooke y W. Newmark en su A History of Prices (4 vols. Londres, 1838-48) y, más recientemente, Knut Wicksell en Geldzins und Güterpreise (Jena, 1898), los ciclos económicos que tanto han preocupado a los economistas tendrían. una explicación relativamente sencilla. (V. CICLOS ECONóMICOS).

Todas estas teorías se combinan perfectamente para explicar el porqué, con ser tan lógica, no resulta válida la teoría de Ricardo de que el precio es la suma de trabajo contenido en un producto, ni las adiciones de Marx del valor en uso y del valor en cambio, ni tampoco la teoría de la utilidad marginal. Dice Keynes en sU A Traitise on Money (2 vols. Londres, 1930) que el estado de equilibrio en el nivel de precios ocurre cuando los ahorros y las inversiones se mantienen iguales. (V. ESTABILIZACIóN). La alotrapía de los precios y su constante tendencia al alza es hoy generalmente atribuí da al mecanismo financista que se obstina en sacar utilidades de un organismo agotado y exhausto. Los controles gubernamentales impuestos por la guerra mundial han demostrado que los precios son un instrumento dócil y que carecen de personalidad intrínseca. Es posible que el gran problema metafísico ¡>e convierta algún día en una simple operación contable.


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