Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE LA ECONOMÍA COMO CIENCIA

 

Maryanne Monteagudo Sánchez (*)
Liosdany Rodríguez Valle (**)
Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Cuba
rvalle@uclv.edu.cu

 

Resumen: El presente artículo es una propuesta para reflexionar sobre cuestiones de la historia de la ciencia; desde su formación y definición hasta su ramificación. Para ello es imprescindible conocer cómo se ha comportado históricamente la relación dialéctica entre el desarrollo de las fuerzas productivas, el conocimiento y el método. De igual manera se hace necesaria la definición de la ciencia y de la estrecha relación de ella con la práctica. Así como indagar en lo que se conoce como el proceso de desprendimiento o especialización de los saberes. De esta forma la ciencia queda dividida, formalmente, en dos esferas básicas: las ciencias naturales y las ciencias sociales. El proceso de división en estas últimas trajo como resultado el nacimiento de “ciencias independientes”: la filosofía, la psicología, el derecho, la sociología y la economía, entre otras. Precisamente de la economía, del momento histórico de su surgimiento, de sus primeros teóricos, del objeto de estudio y de los problemas inherentes a su método serán las reflexiones finales y más importantes de este trabajo.

Palabras claves: Economía, ciencias económicas, fuerzas productivas, conocimiento científico, método
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Monteagudo Sánchez y Rodríguez Valle: "Surgimiento y desarrollo de la Economía como ciencia" en Contribuciones a la Economía, octubre 2008 en http://www.eumed.net/ce/2008b/



El desarrollo de las fuerzas productivas y el conocimiento científico. El caso de las ciencias económicas.

-Dialéctica entre el desarrollo de las fuerzas productivas, el conocimiento y el método

Las fuerzas productivas son el aspecto rector de la producción social o lo que es lo mismo del proceso de trabajo social. Ellas expresan la interacción del hombre con la naturaleza (donde los objetos de la naturaleza son modificados por el hombre para satisfacer sus propias necesidades), así como la relación existente entre el hombre y los medios de producción, los cuales se hayan concatenados y se condicionan mutuamente, como parte del proceso de producción y reproducción de su vida material y espiritual.

Es necesario señalar de manera resumida tres momentos fundamentales: primero, los hombres son el elemento fundamental de las fuerzas productivas de la sociedad; segundo, las fuerzas productivas existen únicamente como fuerzas productivas sociales ya que la producción es siempre social y tercero, las fuerzas productivas y las relaciones de producción están unidas inseparablemente, estas últimas son las formas social-histórica de los fenómenos.

Cuando se va a realizar un análisis del desarrollo de las fuerzas productivas hay que hablar, necesaria e indispensablemente, de la estrecha unión, que existe entre estas y las relaciones de producción. Entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción se establece una correspondencia, una armonía, que cuando se rompe debido a múltiples contradicciones, se pasa a un nuevo modo de producción más desarrollado que el anterior, así lo ha demostrado la historia.

Entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el conocimiento existe una estrecha relación. El continuo progreso de las fuerzas productivas permitió al hombre pasar de la recolección de los productos creados por la naturaleza, a la economía de reproducción con el desarrollo de la agricultura, la ganadería y los objetos artesanales. Además se crearon diversos instrumentos de trabajo. Se aceleró el crecimiento de la productividad del trabajo. En esta etapa surge y comienza a desarrollarse el trabajo como un proceso, se comienzan a modificar los objetos de la naturaleza y los hombres los adaptan para satisfacer sus necesidades, al hacerlo los hombres conocen progresivamente las leyes de la naturaleza. Mientras más se desarrolle el intercambio del hombre con la naturaleza más se podrá comprender el mundo circundante y obtener un aprovechamiento cada vez mayor de sus recursos y posibilidades. Al modificar el entorno exterior, el hombre cambia también: desarrolla su capacidad de trabajo, enriquece sus conocimientos y amplía su capacidad de transformar el mundo. Dicha relación no puede ser más dependiente, puesto que el conocimiento se potencia en el trabajo. Luego podemos afirmar que con el desarrollo de las fuerzas productivas se desarrolla el conocimiento, y este favorece a su vez el desarrollo de aquellos.

La condición objetiva del tránsito de la sociedad a un nuevo modo de producción, ha sido el nuevo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas que siempre reporta un aumento sustancial de las riquezas materiales y por supuesto también las espirituales. Así sucedió con el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo y así mismo sucederá con los futuros modos de producción. El desarrollo de cada uno de ellos ha sido medido a lo largo de la historia por el grado de división social del trabajo, por el grado de desarrollo de los medios de producción, descubriéndose nuevos objetos de trabajo y desarrollando, perfeccionando y diferenciando los medios de trabajo, aumentando la experiencia de la producción, elevando la productividad del trabajo y desarrollándose el conocimiento como conocimiento científico.

Sería imposible determinar el momento exacto donde el desarrollo de las fuerzas productivas comienza a hacer posible el desarrollo del conocimiento o viceversa. Lo cierto es que sus desarrollos se complementan mutuamente y se encuentran unidos de forma inseparable, la historia y la práctica objetiva se han encargado de demostrarlo.

El conocimiento puede ser definido en tres niveles básicos:

1. Saber o conocer.

2. Conocimiento.

3. Conocimiento científico.

Con el surgimiento del proceso de trabajo surge la capacidad del hombre de conocer, al desarrollarse el cerebro conocido como la forma más altamente organizada de la materia. En el proceso de la actividad laboral se acumulan experiencias, conocimientos elementales sobre la sociedad y la naturaleza, se desarrollan las propiedades psíquicas del hombre, su conciencia, las normas de conducta y está presente el lenguaje de relación; todo esto se puede resumir en la facultad que tiene el hombre para conocer. Así los hombres comienzan a establecer relaciones entre todos los fenómenos condicionados por la unidad material del mundo. Con el conocimiento los individuos descubren que las cosas no existen al margen de la relación, sino que este siempre es una relación de cosas, objetos y fenómenos. Las relaciones son tan diversas como diversos son los fenómenos y sus propiedades. Poseen un carácter especial las relaciones sociales para el conocimiento del ser humano ya que entran en relación con las cosas creadas por él, con el mundo objetivo y con los demás seres humanos. Cuando las personas comienzan a sistematizar, a explicar, a interpretar, a asimilar y a descifrar las relaciones causales, se pasa del conocimiento al conocimiento científico.

El conocimiento científico es un complejo proceso dialéctico que se inicia con las percepciones sensoriales que rodean al ser humano. Su máxima manifestación es el pensamiento que se expresa en forma de conceptos, juicios razonamientos y teorías. El fin del conocimiento es alcanzar la verdad objetiva, dominar los principios y leyes de un campo del saber determinado. Se encuentra indisolublemente ligado a la actividad práctica y está mediado por la ideología y los intereses de la clase a la cual se pertenece. El conocimiento en cualesquiera de sus dimensiones es relativo e histórico y no puede suponerse jamás, acabado e invariable.

No hay conocimiento sin método, es una condición necesaria para poder hacer ciencia. El método es un procedimiento racional o una estrategia particular del cual se vale el conocimiento científico para interpretar el universo de una manera objetiva, para que de esta forma el ser humano pueda actuar y sobrevivir en el mundo natural y social en que se desarrolla. El método permite una interpretación real de determinadas situaciones lo cual es uno de los principales objetivos de la ciencia: el conocimiento objetivo de la realidad. En la medida que el conocimiento científico incorpora a su dominio nuevos saberes, conceptos, teorías, categorías, principios y leyes de diferentes campos del saber, el método logrará un conveniente y racional empleo de los medios adecuados para descubrir con seguridad la verdad y para enunciarla con lucidez y claridad. El conocimiento científico necesita del método para proceder, ordenada y rectamente en la investigación y enumeración de la realidad, así como el método urge del conocimiento científico para poder formularse nuevas interrogantes, para agilizar y perfeccionar la recopilación de datos con su ordenamiento y posterior análisis. El conocimiento científico y el método de investigación científico se perfeccionan a partir de su creación y desarrollo mutuo.

La ciencia como formalización y sistematización del conocimiento

-Definición de la ciencia

“En la ciencia no hay calzadas reales, y quien aspire a remontar sus luminosas cumbres tiene que estar dispuesto a escalar la montaña por senderos escabrosos”(1). La ciencia es una forma de la conciencia social. No es una entidad autónoma determinada por sí misma. Es una dimensión del mundo real marcada por la sociedad en que se inserta, por su fines, por su modo de organización y funcionamiento, por sus resultados y usos, por los valores que refleja y comunica, así como por los conflictos y contradicciones que porta. Por todas estas razones es un fenómeno sociocultural complejo, ella posee sus especificidades, su autonomía relativa, su eficacia propia y su capacidad de influencia sobre las restantes actividades e instituciones sociales.

La ciencia es un sistema históricamente formado de conocimientos ordenados cuya veracidad se comprueba y puntualiza sistemáticamente en el curso de la práctica social. Este sistema de conocimientos modifica nuestra visión del mundo real y enriquece lo aprendido sobre el cosmos, nuestra cultura e imaginación.

Cada ciencia tiene su objeto específico de estudio, referido a las cosas generales y necesarias y no a las singulares y contingentes. Encargada por tanto de investigar la estructuración de la concepción del mundo real, la adquisición de conocimientos, la búsqueda de la verdad o de la teoría científica verdadera con objetividad y rigor, su finalidad es eminentemente práctica: se trata de la dominación de los procesos reales en beneficio del hombre.

Es un fenómeno complejo cuyas expresiones históricas han variado considerablemente, hoy el término de ciencia abarca cuatro aspectos de la realidad contemporánea:

1) Las instituciones cuyo quehacer consiste en realizar actividades vinculadas con las ciencias sobre todo las universidades y centros de investigación públicos y privados.

2) El método científico que es un procedimiento o una estrategia particular para interpretar el universo de una manera objetiva.

3) Las teorías y conocimientos científicos elaborados a lo largo de los últimos 2500 años de la historia humana y, sobre todo, desde la génesis de la ciencia moderna en el siglo XVI.

4) El sujeto cognoscente o investigador, el científico.

La concepción dialéctica materialista de la ciencia supone el estudio sistémico de todas las relaciones internas y externas de las condiciones y factores que caracterizan el fenómeno. También supone un estudio histórico concreto de las contradicciones inherentes a una etapa definida del fenómeno y las vías para superarlos.

El hombre necesita de las ciencias para dar continuidad a la existencia y el desarrollo de la humanidad; como dijera Fidel “El futuro de nuestro país tendrá que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento” (2).

La formación de la ciencia como conocimiento profundo y sistematizado fue un proceso en el tiempo, condicionado por factores muy complejos de la vida objetiva y subjetiva de la humanidad. En sus orígenes existía solamente la filosofía como ciencia aglutinadora de los cocimientos de los prematuros saberes que más tarde despuntarían como ciencias independientes.

La evolución de la ciencia vino acompañada de la evolución de las doctrinas filosóficas en lo que se podría llamar una estrecha trabazón. Los orígenes de esta ciencia a la cual nos referimos se debe buscar en la filosofía abarcadora de las civilizaciones chinas, egipcias, mesopotámicas, india y más tarde, la tradición científica griega recogida por Roma y Occidente. Además de otras civilizaciones que nos han dejado testimonios fehacientes de conocimientos científicos mucho más antiguos y otros no tan antiguos pero igualmente importantes que jamás se podrían ignorar.

El desarrollo del pensamiento científico es una manifestación evidente de las civilizaciones. Este desarrollo, lamentablemente, no ha sido homogéneo en todas las sociedades, unas han tenido un desarrollo mucho más rápido y completo que otras, debido a diferencias que vienen dadas por condiciones sociales e históricas muy polémicas.

La mejor forma de ilustrar el surgimiento y posterior desarrollo de las ciencias, es mediante la ejemplificación de algunos de los aportes de las culturas más sobresalientes de la historia universal. De las antiguas civilizaciones orientales se destacan Egipto y Mesopotamia. La primera logró la medición de las crecidas del Nilo, la construcción de las grandes pirámides, el invento de un sistema de escrituras (jeroglíficos), la industria de los papiros, el cálculo aritmético, la geometría y la astronomía saber que alcanzó mayor perfección; y la segunda alcanzó una numeración duodecimal, división del círculo en 360 y del día en 24 horas, perfeccionaron su calendario lunar y la predicción de los eclipses.

Luego tenemos el período greco-romano que duró aproximadamente diez siglos. En esta larga etapa se destacaron varias personalidades que brindaron con su tenacidad aportes valiosísimos al mejoramiento humano. Tenemos, por ejemplo, a Tales de Mileto quien produjo el teorema de geometría al que su nombre ha quedado unido, a Pitágoras quien demostró el teorema que también lleva su nombre, a Demócrito el cual intuyó que todos los cuerpos están compuestos de átomos agregados de diferentes maneras. Arquímedes creador de la mecánica estática y aportador de los primeros principios de la hidrostática. Hiparco de Alejandría hizo un primer catálogo de estrellas e inventó la trigonometría y Diofanto a quien se debe el desarrollo del cálculo algebraico.

En relación con el período de la Edad Media y el Renacimiento (400-1600), el conocimiento comienza a alcanzar verdadero rango de ciencia. La primera época que en un principio se vio frenada por las invasiones de los bárbaros, provocando un escaso desarrollo del pensamiento científico. Solo los monjes y los clérigos sabían leer y escribir. En estos tiempos la teología sobresalió sobre todos las demás saberes. Cuando las tensiones de las agresiones se calmaron aparecieron grandes progresos en la astronomía, en las matemáticas, en la medicina, en la creación de productos químicos y farmacéuticos hasta llegar a la aparición del alcohol. También se descubrió la imprenta en 1450 y se emprendieron los grades viajes de circunnavegación. Las ideas de N. Copérnico revolucionaron la astronomía. Se conoce como uno de los que mejor representa esta renovación, Francis Bacon, sabio renacentista quien introdujo la lógica experimental inductiva como método.

El período moderno comprendido entre 1600 y 1880 con Galileo a la cabeza, introdujo nuevas nociones de la inercia, el campo constante de la fuerza de gravedad y la aceleración. A Newton se debe la hipótesis de la gravitación universal. Descartes utilizó como herramienta de trabajo la geometría analítica mientras que Newton y Leibniz lo hicieron con el cálculo diferencial e integral. Se inventó un nuevo instrumento de trabajo: el microscopio. La fisiología, la citología, y la histología comenzaron a despuntar y más tarde nació la embriología. Como grandes figuras tenemos a L. Pasetur, Réaumund, Claude Barnard, Lamarck y C. Darwin que dominaron esta etapa.

La época contemporánea es la última que veremos, ya que abarca aproximadamente desde 1800 hasta nuestros días. Aquí encontramos el descubrimiento del electrón que data de 1895, la radioactividad en 1904 y la desintegración de los átomos en 1912, pero fue la teoría cuántica de Plarck (1900) la que marcó el paso a una nueva concepción de la energía. La aplicación de la relatividad desarrollada por A. Eisten desembocó en la expansión del universo. El esplendor de la biología, la embriología y la genética no fue menos notable con el descubrimiento de los cromosomas y los genes. Hacia 1880 la historia, la psicología y la sociología pasaron a formar parte de las ciencias positivas. Los procedimientos del psicoanálisis de Freud marcan uno de los más conocidos e importantes aportes. También están las conquistas de la astrofísica, la radioastronomía y los ingenios espaciales: los cohetes y los satélites.

Sin duda alguna han sido muchos los logros que han quedado sin mencionar, pero, como decíamos al inicio, sería interminable abordarlos todos. Sin embargo hay algo que sorprende y es la escasa alusión a los avances científicos de las ciencias sociales, cuando se habla del desarrollo de las ciencias en el curso de la humanidad.

-Ramificación de la Ciencia

La Filosofía surgió como ya hemos mencionado, en la sociedad esclavista, como ciencia que unía todos los conocimientos que el hombre poseía acerca del mundo objetivo y acerca de sí mismo; cosa perfectamente natural dado el bajo nivel relativo de desarrollo del saber en las etapas primeras de la historia humana. Con el desarrollo de la práctica en el ámbito de la producción social, y a medida que se acumularon conocimientos científicos, ocurrió un proceso de desprendimiento o especialización de los saberes. De esta forma el saber humano quedó compuesto por dos esferas básicas: las ciencias naturales y las ciencias sociales, también llamadas por algunos como ciencias duras, exactas o aplicadas las primeras y como ciencias blandas o inexactas las segundas.

Las ciencias naturales pueden dividirse en empíricas o teóricas según su análisis y por el carácter de su objeto en inorgánicas u orgánicas. Las inorgánicas tienen por objeto las formas del movimiento que actúan en la naturaleza inanimada. En un principio fueron fundamentalmente la física, las matemáticas, la astronomía, la química y la mecánica. Las orgánicas tienen por objeto los fenómenos de la vida, las formas biológicas del movimiento expresadas en la biología. Cada una de esas ramas incluyeron en su campo de estudio nuevas partes. En la física: la física nuclear, la atómica, la de las partículas elementales. En las matemáticas: la lógica matemática, los métodos matemáticos. En la biología: la zoología, la botánica, la fisiología, la embriología, la paleontología. En la astronomía: la astronomía estelar, la radioastronomía, la astrofísica, la cosmogonía y la cosmología.

Estas ramas no quedan separadas sino que están relacionadas unas con otras ejerciendo una mutua influencia entre sí. Ha sido, precisamente, con estos puntos de contacto descubiertos por el desarrollo de las ciencias naturales que existen en la contemporaneidad nuevas ramas como: la cibernética, la informática, las ciencias farmacéuticas, la biotecnología, la microbiología, la biofísica, la bioquímica, la física nuclear, etc.

Las primeras ramas de las nacientes ciencias sociales surgieron en la remota Antigüedad, y durante mucho tiempo se desarrollaron en el seno de la filosofía como ya señalamos. La problemática específica de las ciencias filosóficas fue diferenciando, en la propia filosofía, distintas facetas en calidad de partes más o menos independientes, a veces con diferencias señaladísimas. Estas partes fueron: la ontología, la gnoseología, la lógica, la ética, la estética, la psicología, la sociología, la historia de la filosofía, el derecho y la economía. A su vez cada una de estas ciencias continuó delimitando con mayor exactitud su campo de estudio pese a la estrechísima relación que siempre ha existido entre ellas. Al igual que las ciencias naturales, estas también ampliaron el campo de sus conocimientos con nuevas ramas cada vez más particulares, ejemplificadas a continuación. La psicología: la psicología general, la infantil, la pedagógica, la del trabajo, la del arte, etc. La sociología: la sociología industrial, la rural, la familiar, de las enfermedades anémicas, de los grupos pequeños, etc. El derecho: el derecho financiero, de familia, civil, penal, etc. La economía: la economía política, la financiera, la micro y macroeconomía, etc. En la modernidad y posmodernidad han surgido nuevas ramas de las ciencias sociales, ellas son: el periodismo, la bibliotecología, la historia que se ha ramificado considerablemente, la filología, la epistemología y muchísimas otras.

De esta forma quedan resumidas las ciencias fundamentales.

Surgimiento y evolución de las Ciencias Económicas hasta finales del siglo XIX

-Definición de la Economía

“…en el sentido más amplio de esta palabra, es la ciencia de las leyes que rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de vida en la sociedad humana”(3). La economía es una ciencia social, o sea que se ocupa de una materia que depende de los niveles y formas de vida en la sociedad humana, está interesada en las acciones de los individuos en relación a los recursos escasos, que sirven para satisfacer sus necesidades. Estas acciones dependen de las sociales pero son distintas de ellas, algunos las denominan acciones económicas, las cuales a su vez pueden influir y aun crear acciones y relaciones sociales. La economía tiene como objeto el estudio de las formas de administrar los recursos escasos. Conocer e investigar los principios, leyes y regularidades del mundo económico real. Crear y desarrollar un método de pensamiento acerca de la realidad, fundamentado en lo racional y la lógica de las relaciones económicas. El estudio de los hechos, procesos y relaciones económicas que ocurren permanentemente en la vida social.

No pueden dejar de destacarse las estrechas relaciones entre la Economía y otras ciencias sociales, así como la dimensión política que tiene esta ciencia. La Economía ejerce su influencia en la política, es base teórica en el diseño de políticas económicas para los estados. Sin embargo, con voluntad política el destino de la economía de un país puede cambiar; “…no hay economía sin política, ni política sin economía” (4).

Como cualquier otra ciencia, no se satisface con un mero conocimiento descriptivo, trata de encontrar modelos generales para estudiar el sistema de relaciones que establecen los hombres para producir, distribuir, intercambiar y consumir bienes y servicios creados mediante el trabajo, que son siempre escasos ante necesidades infinitas.

La Economía al igual que las demás ciencias, tiene la necesidad de estructurar una concepción del mundo real, en este caso: el económico. Para ello investiga principios y leyes objetivas sin el cual no es posible desplegar una actividad práctica consciente orientada hacia un determinado objeto.

Uno de los aspectos considerados de mayor importancia en la contemporaneidad, a la hora de definir una rama como ciencia, es el método científico que se utiliza. La aplicación del método dialéctico-materialista en la teoría económica marxista también conocido como dialéctico-estructuralista, permite a la Economía cumplir con este aspecto.

La Economía como toda ciencia tiene un objeto de estudio necesario y universal y no singular y contingente explicado claramente en el párrafo dos del subepígrafe anterior (3.1). La finalidad de la ciencia es eminentemente práctica. El fin práctico de las ciencias económicas no es otro que plantear correctamente las políticas económicas, lo cual ayudará a que menos gente sufran las consecuencias de su incorrecta aplicación, consecuencias que pueden ser dramáticas para la vida real del mundo. A través de las políticas económicas se administran los recursos de una nación en la búsqueda del desarrollo y el bienestar.

Existen instituciones y organizaciones en todo el mundo que realizan actividades científicas con el objetivo de investigar sobre el pasado, presente y futuro del comportamiento de la economía y que muchas de ellas elaboran, cuerpos teóricos con propuestas de solución para múltiples problemas económicos que padecen los países. Entre algunas de ellas se pueden mencionar a la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD), las Instituciones Financieras de Desarrollo (IFD), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entre otras. Como representantes de América Latina están la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la Asociación Latinoamericana de Instalaciones Financieras de Desarrollo (ALIDE), el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericano (CEMLA) y el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) entre otros. Y en el caso particular de nuestro país están el Centro de Investigación de la Economía Mundial (CIEM), la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), así como también cada una de nuestras universidades, entre otras.

La Economía como ciencia, tiene necesariamente que relacionar los hechos económicos con los sistemas sociales, pues aquellos son parte consustancial de estos. Los hechos y procesos económicos deben ser vinculados con los demás hechos y procesos sin trocar los objetos concretos de cada ciencia social particular, pero sí considerando el sistema social y cultural en su conjunto como totalidad y siempre bajo el presupuesto de que existe la Economía porque existe el hombre. Lo más importante es la necesidad de conocer el carácter eminentemente social de las ciencias económicas, su papel en la búsqueda de las causas de los desajustes, desequilibrios e inequidades de los conflictos y contradicciones de la vida económica actual pero, sobre todo, de las posibles y reales soluciones.

-Nacimiento y evolución de la Economía como ciencia

Como todo proceso que forma parte de la historia, el momento a partir del cual la Economía fue reconocida como ciencia, estuvo precedido por una serie de condiciones subjetivas y objetivas, estudios y escritos que ya se venían realizando, así como de la doctrina mercantilista surgida en el capitalismo del siglo XV y desarrollada hasta el siglo XVIII aproximadamente. Podemos entonces afirmar que durante el siglo XVIII y XIX comienza a desarrollarse la Economía como ciencia. Hay que destacar y más que destacar aclarar que la Economía a la que nos referimos en este epígrafe es la llamada en ese momento Economía Política. La que enfoca la Economía como un todo y parte en su estudio de la oferta (la producción). Su centro es el proceso de producción, se estudia en función de las políticas del Estado y tiene un objeto de estudio eminentemente social; como acertadamente llama Marx: “…la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política”(5).

Posiblemente haya sido Antoine de Montchrétien quien utilizara por vez primera el concepto de Economía Política en su libro de 1615 “Taicté de I’ Economie Politique”, para referirse a la “Economía del Estado” en el sentido de la administración pública, dedicada al Rey Luis XIII y dividida en cuatro libros. En sus obras hace notar las ventajas de la división del trabajo y de la especialización, así como la distinción que hace entre el valor de uso y el valor de cambio. El surgimiento de la Economía Política burguesa o clásica como Economía científica, marcó una etapa nueva y decisiva en el conocimiento de la economía. Sus fundadores fueron los ingleses William Petty, Adam Smith, David Ricardo y en Francia los fisiócratas con su exponente principal Francois Quesnay.

William Petty conocido como el padre de la Economía Política escribió varias obras: Political Arithmetic, The Political Anatomic of Irelan, The Maneys etc. Carlos Marx en su Historia crítica de la teoría de la plusvalía empieza con el estudio de las ideas de Petty y dice: “William Petty, es el fundador de la economía política moderna. Su genio y su originalidad son incontestables” (6). En la segunda mitad del siglo XVIII aparece Francois Quesnay quien también escribió varias obras: Farmier y Grains, Maximes Genérales du gouverrement économique y Tableau économique, esta última la más importante, donde desarrolla el sentido moderno del término “Económico” en la mitad del siglo XVIII. Resulta sin embargo curioso que un economista como Adam Smith no utilizara la expresión de Economía Política en su obra de 1776 (7), no obstante por su contenido, la obra del gran economista inglés está referida al objeto de la economía en el mismo sentido que escribieron y publicaron obras económicas los demás economistas en aquella época (economía política). A principios del siglo XIX comienzan a ver la luz las siguientes obras del famoso economista inglés David Ricardo: Principios de economía política y tributación (su gran obra publicada en 1817), Notas a los principios de Economía Política de Malthus, y Plan para crear un banco nacional.

Los clásicos, quienes confiaban en la libre operatoria del mercado, plantean como objeto central de estudio la generación de las riquezas y su definición y distribución. Fueron los fundadores, los padres de las ciencias económicas burguesas y por razones históricas, filosóficas e ideológicas, los que de forma más coherente desarrollaron y sentaron los principios del liberalismo económico y por tanto el lugar y papel del “hombre económico” y del carácter natural de sus “opciones individuales” en el funcionamiento “racional“ del sistema. Oponiéndose, por esas razones y de manera decisiva a la intervención del Estado en la Economía. Estos hombres sentaron principios y descubrieron algunas de las leyes que han favorecido el continuo desarrollo de la Economía.

También a principios del siglo XIX aparecen dos figuras representantes de la llamada Economía Política burguesa vulgar; ellos son T. Robert Malthus y Jean Baptiste Say. Esta corriente no trascendió como científica, debido a que por razones ideológicas, no hurgó en las relaciones causales de los fenómenos y procesos económicos que abordó.

Marx a diferencia de los autores precedentes, no solamente analiza el desarrollo progresivo de las fuerzas productivas, sino también el cambio de las relaciones de producción y del resto de las relaciones vinculadas con ellas a través de la historia(materialismo-histórico) e incluso el cambio de las formas sociales de producción al interior del propio modo de producción capitalista(desarrollo económico). Este autor le ofrece un papel clave a la estructura técnica, a las relaciones de producción y a las fuerzas productivas dentro del modo de producción.

Ya finalizando el siglo XIX y dando un giro bastante brusco a los principios planteados hasta entonces, surge la corriente subjetivista o enfoque microeconómico burgués representada por: la Escuela Austriaca, la Escuela Matemática, y la Escuela Anglonorteamericana fundamentalmente. Aquí se comienza a moldear lo que más tarde sería componente importante de las llamadas ciencias económicas modernas. Sus principales exponentes fueron: L. Walras, V. Pareto, C. Menger, E. Pigou, A. Marshall también conocidos como los padres de la microeconomía. A partir de entonces los fenómenos económicos dependen de cierta propensión psicológica del ser humano y no de la producción como hasta entonces.

En el año 1879, el economista inglés Alfred Marshall y su esposa Mary Paley Marshall publicaron Economics of Industry en la que plantean la conveniencia(según ellos) de abandonar la expresión ”Economía Política” porque la palabra “política” parecía ser inadecuada, puesto que la misma refleja intereses políticos de grupos sociales en una nación y por lo tanto la ciencia perdía su carácter como tal. Esta idea, Marshall la remata en su obra de 1890 Principles of Economics, la que ha sido considerada por muchos autores como el primer tratado moderno de Economía. A partir de este momento histórico comienza a desterrarse el término de Economía Política de las Ciencias Económicas y a utilizarse el de Económicas, Economía, o simplemente y cada vez con más fuerza el de Teoría Económica. Con la única excepción tal vez de la mayoría de los economistas marxistas que siguieron siendo fieles a sus maestros Marx, Engels y Lenin.

-Problemas esenciales del método en la Economía Política hasta finales del siglo XIX

La mayor parte de los economistas que desarrollaron sus ideas en esta etapa utilizaron una combinación de varios métodos en sus análisis. A pesar de ello en todos prevaleció un modo principal de estudio. Los métodos como las corrientes de pensamiento han ido cambiando, con Petty hubo un avance hacia una mayor capacidad de abstracción y generalización, pero no llegó a constituir un definido método deductivo ya que su análisis es basado por excelencia en la inducción de datos cuantitativos. Para él toda argumentación de carácter cualitativo debe ser sustituida por aquellas basadas en número, peso y medida. Quesnay sin embargo combinó la inducción con la deducción, logró abstraerse y al unirla con la síntesis creó su instrumento principal de investigación. En Smith no se encuentra de forma explícita una exposición sobre sus consideraciones metodológicas; sin embargo Marx valora la metodología de este autor como dual-contradictoria al utilizar de manera indistinta y en ocasiones de manera yuxtapuesta, el método esotérico y el exotérico.

Tanto la tradición positiva, abstracta y deductiva de la teoría económica británica posterior ,como la ética realista e inductiva, representada por la escuela histórica alemana, intentan encontrar en Smith el soporte de su autoridad. Su análisis incorporaba desde las altas abstracciones hasta las complejas realidades del mundo económico en el cual vivimos. Su filosofía refleja la fe en el orden newtoniano de la naturaleza, su creencia a considerar el mundo como un mecanismo armoniosamente ordenado, adoptando así su fe increbantable en el orden natural intrínseco y superior a todo orden artificialmente creado por la humanidad. Favoreció su obra conjugando elementos filosóficos, económicos, sociológicos e históricos. No obstante, participa de un análisis descriptivo y catalogador de los fenómenos, impidiendo emplear la perspectiva histórica. Además no rechaza el planteamiento empirista sino que lucha por justificar su utilización lógica.

Smith quizás sea uno de los economistas, que más controversia ha provocado en la metodología de la investigación científica de la Economía, por lo polémico y la dualidad de su obra metodológica, dualidad dada por la mezcla ecléctica de los métodos analítico y descriptivo. Su método se definió como dual-contradictorio. Sin duda con Ricardo el análisis económico avanzó hacia un mayor grado de abstracción en detrimento de su carácter histórico. Despliega un método deductivo a partir de principios abstractos. Con él la economía política se aleja de su proyección empírica, a la manera que Smith la desarrolló y se vuelve más abstracta. No asignarle un carácter histórico a sus estudios fue un fallo que lo llevó a limitaciones lamentables para la economía política. Un ejemplo de ello es no haber considerado el surgimiento y desarrollo de las relaciones capitalistas como transitorias.

En el período crítico de comienzos de la descomposición de la economía política clásica, caracterizado por la intensa discusión acerca de los temas, emergieron, de manera inusualmente explícitas, determinadas clarificaciones metodológicas, que intentaron establecer los principios básicos de los métodos de investigación de la futura economía convencional. El metodólogo británico John Stuart Mill descolló como gran favorecedor de esta tendencia metodológica.

El método desarrollado por Mill es caracterizado por él como un método a priori. Desarrolla un análisis deductivo sobre supuestos psicológicos abstractos. De hecho para Mill la economía política solo podría ser estudiada científicamente mediante el método deductivo. Después de Mill, el trabajo principal en el campo de la metodología económica la realizo John Elliot Cairnes. Este hombre continúa la tradición deductivista que niega la refutación mediante la comparación de las implicaciones teóricas con los hechos, así la economía política sería una ciencia hipotética y deductiva. Cairnes siempre fue considerado un deductivista extremo, renuente a aceptar la utilización de cualquier evidencia o material observacional.

Posteriormente Leonel Robbins dará continuidad a estas posiciones. Para Robbins el análisis económico parte de una serie de deducciones de acuerdo con determinados postulados obvios basados en hechos universales de la experiencia, presentes en la actividad económica. Robbins al igual que los representantes de la escuela austriaca, desarrolla metodológicamente el individualismo y la subjetividad. Enfatizando en las peculiaridades de la acción humana como objeto de la investigación científica. Lo cierto es que, a pesar de que establece ciertas diferencias positivistas entre lo analítico y lo sintético, utilizó poco los estudios empíricos y econométricos.

A continuación reflexionaremos sobre los puntos de vista metodológicos de la corriente subjetivista burguesa de finales del siglo XIX.

Comenzaremos por la Escuela Austriaca cuyo método más utilizado fue el de las abstracciones metafísicas, ahistóricas y anticientíficas y por otra la aplicación de tesis generales a fenómenos concretos. Sin embargo, sus tesis generales carecen de fundamentos científicos, las deducían de la psicología del hombre. Con ayuda del método abstracto-deductivo los economistas de la escuela austriaca tergiversaban las relaciones económicas reales.

Cada uno de estos modos de investigación, por separado, constituyen una forma limitada de análisis. Sin embargo, la unión de la inducción, la deducción y la abstracción, brindan una forma eficiente de estudio y es precisamente lo que hizo Marx al apoyarse en el materialismo-dialéctico. La complejidad de las relaciones, procesos y estructuras sociales, particularmente las relaciones económicas, de la sociedad capitalista, no podían desentrañarse con la mera deducción lógico-analítica, menos aún con la inducción experimentalista.

El método lógico-experimental, cuyo fiel defensor fue V. Pareto(representante de la Escuela Matemática), no solo fue aplicado a la Economía sino a todas las ciencias sociales en general. Como dijera Marx, “…en el análisis de las formas económicas de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos. El único medio de que disponemos, en este terreno es la capacidad de abstracción” (8). Por tanto podemos decir lo deficiente de su aplicación en estas ramas con el simple hecho de mencionar que pertenece a las ciencias naturales. Demostrando que el carácter científico de los conocimientos es a través del experimento, y que no tiene ningún sentido para las ciencias sociales aunque sí tiene validez el criterio de objetividad histórica en el campo de las prácticas sociales.

La escuela matemática, como su nombre lo indica, utilizó como método de investigación el lógico-formal. Antes, los economistas recurrían a las matemáticas elementales, con esta escuela se introdujeron las matemáticas superiores. Entonces ¿es totalmente desechable el método matemático?. Creemos que no. Puede utilizarse pero, como lo hace la economía política marxista-leninista, para caracterizar las relaciones funcionales y para ilustrar las conclusiones teóricas.

Seguidamente se nos muestra la escuela anglonorteamericana, con su figura principal Alfred Marshall. Quisieron seguir los pasos de Smith y Ricardo incorporando también a su metodología de investigación, los métodos definidos por sus antecesores, la escuela histórica alemana, la escuela austriaca, la matemática, las teorías de Say, Malthus, su lucha contra el marxismo, etc. Muchos consideran que la metodología que caracterizó a esta escuela fue el eclecticismo.

Predominó el empirismo-racionalismo desarrollado hasta la primera mitad del siglo XIX y el formalismo-neoempirismo que, a pesar de extenderse hasta el siglo XX abarcó desde la segunda mitad del siglo XIX y se extendió hasta el siglo XX. Ambos métodos consideran la experiencia como única fuente del saber, se sobrevalora metafísicamente el papel de la misma y subestima el de las abstracciones y teorías científicas.

Hace más de un siglo Engels criticó la estrechez de lo que llamó el método metafísico y que luego se le dio el nombre de reduccionismo consistente en presentar las cosas de una manera aislada perdiendo de vista el todo, contrapuesto totalmente a la dialéctica.

“…no debiera, indudablemente, desoírse la voz de un hombre cuya teoría es toda ella fruto de una vida entera de estudio de la historia y situación económica”(9). Sería imperdonable no dedicar una parte de este trabajo a la obra metodológica de Carlos Marx, cuyo mayor exponente se encuentra en el transcurso de su obra cumbre El Capital. El materialismo-dialéctico y al que hoy muchos llaman dialéctico-estructuralista, fue el arma que Marx empuñó para realizar sus investigaciones científicas. Este método parte de lo concreto real(ontológico) para llegar a lo concreto pensado (lo gnoseológico). Donde desarrolla: conceptos, categorías, teorías, modelos. Esta estrategia particular reúne las ventajas y elimina las limitaciones de los métodos que le antecedieron así como realiza importantes aportes al procedimiento racional de hacer ciencia.

Una de las ideas más novedosas fue separar lo ontológico de lo gnoseológico y vincular la teoría con la práctica. Defiende la capacidad de abstracción como instrumento básico para poder llegar a lo concreto pensado, realizando un estudio sistémico de la realidad sobre la base de un enfoque estructural. Concibe el conocimiento formando una unidad con la práctica, ascendiendo de lo abstracto a lo concreto, estando presente la interconexión de lo relativo y lo absoluto con un enfoque a largo plazo. Existe la unidad de lo histórico y lo lógico por lo que es elaborado el problema concerniente a la lógica objetiva del movimiento del conocimiento y tiene presente el carácter histórico de los conceptos humanos. Una de sus características más distintivas y reconocidas fue aplicar consecuentemente la concepción dialéctico-materialista del mundo en su conjunto, no solo a la naturaleza sino también a la sociedad y el pensamiento.

El cerebro ciertamente no tiene una función de manera lineal, ni la Economía con su ciclo caótico de estampidas y depresiones. Cuántos errores, callejones ciegos, crisis en las ciencias se podrían haber evitado los científicos si se hubieran equipado con una metodología que genuinamente reflejara la realidad dinámica de la naturaleza en lugar de chocar con ella a cada instante; pero para ello es necesario aprender la dialéctica del mundo económico real.

Bibliografía consultada

Libros

 Besada Ramos, Benito: (1985). Historia del Pensamiento Económico. Selección de textos. Tomo I y II. Editorial. Ciencias Sociales. La Habana.

 Castaño Solas, Héctor: (2002). ENTENDER LA ECONOMIA. Una perspectiva epistemológica y metodológica. Editorial. Pueblo y Educación. La Habana.

 CHALMERS, Alan F: (1988). ¿QUÉ ES ESA COSA LLAMADA CIENCIA? Editorial. Siglo XXI Editores, Argentina.

 Engels, Federico: (1978). AntiDüring. Editorial. Pueblo y Educación. La Habana.

 Karataev, Ryndina, Steparov y otros: (1979). Historia de las Doctrinas Económicas. Tomo I y II. Editorial. Pueblo y Educación. La Habana.

 Marx, Carlos: ( ). Contribución a la Crítica de la Economía Política. Editorial.

 Marx, Carlos: ( ). Historia critica de la teoría de la plusvalía. Editorial.

 Marx, Carlos: (1973). El Capital. Tomo I. Editorial. Ciencias Sociales. La Habana.

Artículos

 Boiero de De Ángelo, Maria Cristina: “CLÁSICOS DE LA LITERATURA EN EL ESTUDIO DE LA ECONOMÍA COMO CIENCIA PRÁCTICA”. http://www.fices.unsl.edu.ar/kairos/k5-02.htm

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 Guadarrama González, Pablo: “¿Por qué y para qué filosofar en América Latina?”. www.filosofia.cu/contemp/guadarrama/hum001.htm

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 Sandoval Ramírez, Luis: “Dimitrievich Kondratiev, Nicolai”. www.datacomm.ch/dbesomi/Links/links-16.htm

 Vacant, J. M. T: “Positivismo en el Diccionario apologético de la fe católica, ...” . http://www.filosofia.org/enc/dac/positivi.htm.

 ww.accionhumana.com.ar/metoecon.htm

NOTAS

1. Ver: Carlos Marx. El Capital. TomoI. Editorial. Ciencias Sociales. La Habana, p. XXIII.

2. Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Rúz, el 15 de enero de 1960, durante la celebración del vigésimo aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba.

3. Ver: Federico Engels. AntiDüring. Editorial. Pueblo y Educación. La Habana. 1978, p. 179.

4. Ver: Tabloide Especial. NO.1. (2003). Contiene el discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en la clausura del V Encuentro sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, en el Palacio de las Convecciones, el 14 de febrero del 2003, p. 1.

5. Ver: Carlos Marx. Contribución a la crítica dela Economía Política. Editorial, p. 11-12

6. Ver: Carlos Marx. Historia crítica de la teoría de la plusvalía.. Editorial.Ciencias Sciales, p. 15.

7. Ver: Indagación acerca de la naturaleza y las causas de las riquezas de las naciones.

8. Ver: El Capital. Tomo I. Prólogo de Marx a la Primera Edición. Editorial. Ciencias Sociales. La Habana, 1973, p. IX.

9. Ver: El Capital. Tomo I. Prólogo de Engels a la edición inglesa. Editorial. Ediciones Venceremos. La Habana. 1962, p. XLI.

10. Maryanne Monteagudo Sánchez (Cuba 1980). Licenciada en Economía por la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV-2003), centro de estudios donde labora desde su graduación. Fue profesora de Economía Política en la facultad de Ciencias Económicas y actualmente es profesora de Historia de Cuba e Historia Universal en la facultad de Ciencias Sociales. Ha impartido docencia en pregrado desde su graduación. Ha cursado varios cursos de postgrados. Integra un grupo de investigación sobre “El ideal social de la Revolución cubana en los años 60” dirigido por el Dr. C. Rafael Plá León. Se encuentra en fase de culminación de su tesis de maestría en Historia Contemporánea en la Universidad de la Habana.

11. Liosdany Rodríguez Valle (Cuba 1980). Licenciado en Derecho por la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), centro de estudios donde labora desde su graduación. Profesor de Teoría Política de la facultad de Ciencias Sociales. Ha impartido además, Derecho Constitucional, Teoría del Estado y el Derecho y Derecho Internacional Público. Ha cursado varios cursos de posgrado. Se encuentra culminando su tesis de maestría en Relaciones Políticas Internacionales en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”.


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