Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

PRÓLOGO AL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE JOSÉ BAREA

 

Leandro Cañibano
Presidente de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas
info@aeca.es

 

El texto de este artículo es el prólogo al libro "Pensamiento Económico de José Barea. El legado de un Economista de Estado", en este enlace podrán encontrar mas información sobre el libro:
http://www.aeca.es/pub/monog/pensamientoeconomico.htm

 

SÓLO las razones del cargo de Presidente de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) y la expresa petición del autor de esta obra me obligan a tomar la pluma para escribir este prólogo porque, como es bien conocido, los discípulos no prologan a los maestros. Perdónenme pues los lectores la osadía que supone encontrarse de entrada con mis palabras, cuando las que sin duda buscan son las doctas opiniones del Profesor Barea y no las mías. Por ello este prólogo no va dirigido a resaltar las bondades de la obra, que las tiene y muchas, como todos ustedes esperan, sino a glosar la aventura de AECA en la que nos embarcamos hace ya casi treinta años, con un capitán al frente, el Profesor Barea, junto al que hemos remado tenazmente hasta llegar a la presente situación 

D. José Barea Tejeiro, ha sido Presidente de la Asociación desde el momento fundacional de la misma hasta el pasado año en que, por voluntad propia, decidió pasar a la condición de socio de base de la misma. Naturalmente, los miembros de la Junta Directiva intentamos no permitírselo, pero como no resulta fácil oponerse a los designios del Sr. Barea, al tener que aceptar su deseo de renunciar a la Presidencia, en el mismo momento decidimos proponerle para la Presidencia de Honor de AECA, lo cual fue aceptado de manera unánime por la Asamblea General de la Asociación posteriormente celebrada.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Cañibano, L.: "Prólogo al Pensamiento Económico de José Barea" en Contribuciones a la Economía, enero 2008 en http://www.eumed.net/ce/2008a/


Sentado lo anterior, pasaré a evocar brevemente algunos de los momentos fundacionales de AECA ya que, lógicamente, tuvieron como protagonista principal al autor ahora prologado. Todo comenzó con motivo de un viaje a Argentina y Brasil, no fue por puro placer, asistíamos a las VIII Jornadas Hispano Luso Americanas de Estudios Tributarios durante los días 25 a 29 de septiembre de 1978 en Buenos Aires. Creo recordar que la conversación con Narciso Amorós (q.e.p.d.) tuvo lugar en el Aeropuerto de Sao Paulo, o quizá en una escala inter- media en Curitiba, lo cierto es que los tres hicimos un aparte, Amorós, Eduardo Bueno y este prologuista, para escuchar al primero sobre la conveniencia de promover una Asociación que entendiera sobre temas contables y empresariales. Amorós era persona de gran experiencia y empuje, bajo su mandato como Director General de Impuestos se gestó y aprobó el Plan General de Contabilidad de 1973 —todavía no había sido creado el Instituto de Planificación Contable— y además había sido el promotor y permanente animador de la Asociación Española de Derecho Financiero, la que nos había convocado al viaje en el que nos encontrábamos. Resumiendo, volvimos persuadidos de la conveniencia de promover la Asociación que poco más tarde sería AECA, teníamos como principal activo nuestra juventud y nuestra ilusión y como base operativa el domicilio prestado de una Asociación hermana, la de Derecho Financiero, la de Amorós 

Difundimos la buena nueva por doquier, tratando de reunir un grupo promotor de cincuenta socios fundadores para iniciar la andadura. La primera entrevista que tuvimos Eduardo y yo fue con D. José Barea, a la sazón Subsecretario de Presupuesto y Gasto Público del Ministerio de Hacienda. Conocíamos ambos a Barea por ser compañeros de Cátedra en la Universidad Autónoma de Madrid y por haber coincidido en algunos cursos de Doctorado, años atrás, en la Universidad Complutense de Madrid. Salimos de su despacho con lo más importante de la Junta Directiva de la todavía «non nata» Asociación, con su Presidente. Todavía sigo admirado de la generosidad y desprendimiento de su acción. ¿Qué podíamos ofrecer nosotros a quien ocupaba por méritos más que sobrados un puesto de primerísimo nivel profesional en la Administración del Estado? Solo posibles riesgos y demandas de auxilio. Evidentemente no fue eso lo que le dijimos pero, su fina percepción de las cosas, me hace pensar ahora, le haría detectarlo de inmediato, de ahí el mayor mérito que supone que aceptara subirse a un barco con tan escasos pertrechos. Nuestra deuda de gratitud con él es, simplemente, imperecedera 

Debo recordar que, en ese momento fundacional, estuvieron también algunos otros relevantes compañeros, algunos de los cuales ya no se encuentran entre nosotros; no puedo por menos que recordar a algunos de los que más empeño pusieron en los temas de la Asociación: Carlos Cubillo Valverde y Enrique Fernández Peña, cuyos nombres AECA ha querido honrar con la creación de una Cátedra y un Premio de investigación que llevan sus respectivos nombres 

En abril de 1979 ya teníamos resueltos todos los temas relativos a la gestación de la Asociación, los cincuenta socios fundadores, los Estatutos aprobados por el Ministerio de la Gobernación, la primera Junta Directiva, solo nos faltaba presentarnos en sociedad y echar a andar. Esto tuvo lugar el 22 de mayo siguiente en el Hotel Ritz de Madrid, con sendas intervenciones de nuestro Presidente Barea y del Secretario General Eduardo Bueno, quién dio lectura al Programa fundacional de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas. Entre los asistentes recuerdo al entonces Presidente del Banco Español de Crédito, D. José María Aguirre Gonzalo (q.e.p.d.), quién se interrogaba sobre las personas que iban a realizar el trabajo que nuestro programa fundacional preveía. Ciertamente el asociacionismo no era muy habitual en la España de entonces o las asociaciones no se planteaban hacer cosas, solo reclamar presuntos derechos o solicitar alguna que otra prebenda. Éramos un cuerpo extraño, pretendíamos atraer hacia nosotros a personas que estuvieran dispuestas a trabajar por el desarrollo profesional desinteresadamente, sin otro reconocimiento que el orgullo íntimo del deber cumplido. Ni siquiera cabía pensar entonces en la satisfacción de ver el propio nombre en un medio impreso que se difunde entre los colegas, recibiendo el beneficio de saberse creador de opinión o de doctrina, porque sencillamente to- do estaba por hacer, AECA sería lo que sus promotores y sus primeros asociados fueran capaces de crear, todo estaba en sus manos. Quizá esa fue la virtud, porque al finalizar el año 1979 ya éramos 164 socios ordinarios y 21 socios protectores. No era mal saldo para tan escaso tiempo, siete meses verano incluido 

Para reforzar nuestra inicial presentación del Ritz, solicitamos varias audiencias a las más altas autoridades de la Nación, recibiendo una excelente acogida, gracias a los buenos oficios de nuestro Presidente Barea. Fuimos inmediatamente recibidos por el Ministro de Justicia, D. Iñigo Cavero y por el Ministro de Hacienda, D. Jaime García Añoveros. Pero, al tiempo, había que hacer cosas, porque para eso ha bíamos promovido la Asociación. Con la creación de las Comisiones de Estudio de «Principios y Normas de Contabilidad» y de «Valoración de Empresas», pusimos las dos primeras piedras, convocando a la tarea a lo más granado de la profesión 

Tras estos pasos iniciales vinieron otros que, anticipo, no voy a intentar resumir ahora, porque la intensa labor de los 28 años ya cumplidos por AECA, necesitaría bastante más papel impreso del que lógicamente puedo y debo hacer uso en este prólogo. Cuatro mil socios, diez Comisiones de Estudio, diversos Comités y Grupos de Trabajo, un importante fondo editorial que incluye cinco revistas periódicas, más de un centenar de documentos, otras tantas monografías y estudios, veinticinco entre Congresos y Encuentros, numerosas Jornadas y reuniones profesionales y científicas, Premios, Becas, Ayudas, Cátedra, una AECA virtual que prueba la profunda inmersión de nuestra Asociación en la sociedad y la economía de la información y la comunicación, y un largo etcétera que por ser bien conocido por los potenciales lectores de esta obra no hace falta que siga insistiendo más en ello 

Que duda cabe que para desarrollar todo este cúmulo de actividades AECA ha tenido que contar con la colaboración de muchas personas, con la disponibilidad y entrega de significados líderes de la profesión, pero los lectores convendrán conmigo en que sin el Profesor Barea al frente, las cosas no hubieran sido lo mismo. Todos saben que durante el tiempo al que vengo refiriéndome, nuestro Presidente ha tenido un protagonismo muy principal en los ámbitos de la Economía Española: Secretario de Estado de la Seguridad Social, Consejero Delegado de Iberia, Presidente del Banco de Crédito Agrícola, Secretario de Estado/Director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno. Todo esto junto con su Cátedra universitaria en la Universidad Autónoma de Madrid, a la que sigue vinculado de por vida por su nombramiento como Profesor Emérito de la misma. Pues bien, a pesar de sus muchas e importantes ocupaciones profesionales, AECA siempre estaba presente en sus ilusiones y sus desvelos: su disposición para presidir reuniones de Comisiones, Juntas y Asambleas; para hacer importantes gestiones en nombre de AECA de cara sus Congresos y eventos —desde buscar financiación a comprometer a figuras relevantes para que estuvieran presentes en ellos; para supervisar las cuentas y el presupuesto de la Asociación— por cierto siempre equilibrado como no podía ser menos 

D. José Barea ha sido un Presidente de AECA de excepción, su ejemplo para los que hemos tenido la fortuna de convivir con él durante es tos pasados años ha sido el de un auténtico maestro, al que por supuesto intentaremos emular, aun siendo conscientes de que quedaremos muy lejos del nivel que él ha conseguido alcanzar, de que la Asociación seguirá discurriendo por la estela dejada por su inmensa tarea 

Dada su gran labor y no menos alto magisterio, y como homenaje a su figura, concebimos la idea de poner a disposición de nuestros socios y otros lectores interesados una selección de sus obras, principal- mente de los discursos pronunciados en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas a la que pertenece como Académico numerario, junto con el texto de la Conferencia inaugural del XIV Congreso AECA (Valencia 2007) por él pronunciada, dado que será con ocasión de dicho Congreso cuando esta obra vea la luz 

Sus contribuciones versan sobre los temas propios de su especialidad, la contabilidad y las finanzas públicas, refiriéndose en particular a la política presupuestaria: disciplina, control, estabilidad, déficit, integración europea, crisis; a los sistemas de pensiones: viabilidad, envejecimiento; y a otros importantes aspectos de política económica, como la financiación del déficit exterior, la financiación autonómica o la competencia en el ámbito del sector Público. Todos ellos tratados con la maestría, la profundidad y el conocimiento propios de quien ha dedicado toda su vida al estudio de estas materias y, además, ha sido uno de los principales protagonistas en la llevanza de los asuntos económicos públicos durante muchos años 

Antes de concluir, no puedo por menos que dejar constancia del agradecimiento de nuestra Asociación a la Consellería de Economía de la Generalitat Valenciana, cuyo apoyo al mencionado Congreso nos ha permitido llevar adelante la publicación de esta obra y cuyo autor además cuenta en su haber con el prestigioso Premio Rey Jaime I a la Economía,soportado por la Generalidad Valenciana; también debo mencionar las facilidades recibidas de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, a través de su Presidente en funciones, el Profesor Velarde, para hacer uso de los discursos incluidos en este volumen, por ello deseo expresarle el reconocimiento de nuestra Asociación 

Como ya quedó puesto de manifiesto con motivo del homenaje que se tributó al Profesor Barea con ocasión de su nombramiento como Presidente de Honor de AECA, la Asociación espera y desea seguir contando con su colaboración, siendo buena muestra de ello la publicación de esta obra, que simboliza la gratitud, reconocimiento y afecto de todos los compañeros y amigos de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas hacia quien siempre será considerado nuestro querido y entrañable Presidente: el Profesor D. José Barea Tejeiro 

Madrid, septiembre de 2007 LEANDRO CAÑIBANO Presidente de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas  


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