Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL Una opción de cambio impostergable

Rodeloy Castellanos Cruz (CV)
Grupo Empresarial GMG, Cuba.
castellanos@gmg.co.cu


RESUMEN
En este trabajo de responde a un conjunto de cuestiones asociadas a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) que constituyen en sí puntos comunes de encuentro y desencuentro de criterios.

¿Cuál es el rol del Estado a la hora de crear un ambiente propicio a la RSE? ¿Hasta dónde están las empresas obligadas a actuar en beneficio de la sociedad? ¿Tiene el sector privado un compromiso real, o forma parte de su estrategia para crearse imagen?

A esta, entre otras preguntas, es interés hacer frente dejando claro que la Responsabilidad Social Empresarial o corporativa constituye una de las claves para explicar el necesario devenir del sector empresarial, el nuevo escenario en que se desempeñan las organizaciones sociales y la tendencia hacia donde hemos de orientar nuestros pasos.
Palabras clave: Responsabilidad Social Empresarial, Empresas, Estado, Voluntariedad


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Castellanos Cruz, R.: “Responsabilidad Social Empresarial: Una opción de cambio impostergable" en Contribuciones a la Economía, noviembre 2007. Texto completo en
 http://www.eumed.net/ce/2007b/rcc-0711.htm



I. ¿Cuál es el rol del Estado a la hora de crear un ambiente propicio para la RSE?

Ciertamente el Estado puede y debe hacer mucho por propiciar la RSE. Lo primero, alinearse con su filosofía asentada en el compromiso y la democracia, para no imponer sino orientar, sensibilizar y premiar consistentemente el desempeño de las organizaciones en esta dirección.

Por supuesto, se requiere continuar perfeccionando las herramientas legales que regulan aspectos clave como la protección medioambiental, la seguridad en el trabajo, políticas laborales y salariales, etc. Este es un mínimo reglamentario imprescindible y de interés estratégico.

También el Estado tendrá que continuar apoyando e invitando a la aplicación de normas y modelos de excelencia en la gestión empresarial, todos favorecen en mayor o menor grado la responsabilidad social de las empresas.

Por otro lado, el estimular formas organizativas centradas en la asociación cooperativa, un antecedente histórico importante de la RSE, a la vez que se une a un esquema de autogobierno regional, ha sido la opción estratégica de algunos países donde podrían esperarse buenos resultados. En verdad se puede ser muy creativo si tenemos los principios claros.

Convocar a la “Nueva Cultura de Empresa” debiera ser es definitiva el ingrediente más autentico e insistente del discurso público, y el distintivo del carácter visionario de la gestión gubernamental que privilegia la RSE.

II. ¿Es necesario que el Estado regule la actividad de las empresas en materia de RSE? ¿Dónde quedaría la voluntariedad?

Esta pregunta se conecta a la anterior y la complementa.

“Voluntariedad”, aquí un tema central cuando queremos pensar en la RSE. Ser responsable en principio es un acto de madurez, un acto de amor, de comprensión y entrega; nunca será la respuesta que demos a exigencias externas. Eso lo hemos visto mucho y al instante se desvirtúa la intención original.

Quizás convenga referirnos a esa lectura que marca un hito en el campo de la RSE, el Libro Verde de la Comisión de la Comunidad Europea (2001) donde se manifiesta claramente que RSE es "La integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con todos sus interlocutores".

Es imposible prescindir del carácter voluntario de la RSE, es un rasgo intrínseco a ella, supone el más alto nivel de compromiso y el Estado debiera trabajar por fomentarlo recordando el viejo proverbio: “Podemos llevar el caballo al río, pero no hacerle beber”.

III. Dentro de las prácticas de RSE, ¿tiene el sector privado un compromiso real con el medio ambiente y la sociedad, o forma parte de su estrategia para crearse una imagen?

Opino que no está en el tipo de propiedad (estatal o privada) el quid de esta cuestión, aunque podría influir si analizamos la pregunta desde una perspectiva básicamente teórica. Sin embargo es un hecho que en ambos casos puede estar ausente el compromiso real. Todos lo habremos visto, tiene más que ver con el liderazgo que se practica, los valores y cultura organizacional que definen a la empresa.

Me gustaría traer a colación, aunque existen ejemplos contemporáneos paradigmáticos, un caso que se cita como memoria histórica importante de la RSE. Me refiero a la comunidad industrial que R. Owen creó por el año 1820 en New Lanark. Allí, en plena Revolución Industrial, la cooperación y el apoyo mutuo eran las normas. Este líder empresarial introdujo múltiples medidas de bienestar, sanidad pública, educación, erradicó el trabajo infantil. Estaba convencido que el ser humano es un resultado de las influencias que recibe en el seno social y se esforzó por suprimir vicios y modificar la conducta de su gente. Aquella comunidad industrial ha sido declarada con derecho Patrimonio de la Humanidad y es un monumento a la RSE.

Pero podremos encontrar, paradójicamente, empresas estatales que intentan apenas “quedar bien” con sus “compromisos sociales” y exhiben un formalismo escalofriante, además de resentirse. Tengo la certeza que cuando se impone la RSE se exacerba en el empresariado el afán de lucro y el sentido meramente especulativo del negocio.

Por otra parte, no parece necesario establecer una dicotomía entre RSE y “marketing con causa”. La RSE integra medio ambiente, condiciones de trabajo, calidad… y también por qué no competitividad.
RSE supone el “buen gobierno organizacional”, la extinción de jerarquías piramidales y rígidas, la autocracia y burocracia empresarial, en favor de la Democracia Corporativa. Implica un espíritu de cooperación con clientes, proveedores, competidores, gobiernos; un concepto de Ciudadanía Corporativa en tanto compromiso de la empresa con la comunidad a la que pertenece. Todas estas son nítidas variables de competitividad dentro del mundo empresarial moderno. Además de agilizar la gestión, viabilizar el cambio y el aprendizaje organizacional, responden y aprovechan las expectativas que genera la RSC para obtener ventajas competitivas.
“¿Parecer o ser?” definitivamente no es una pregunta válida cuando hablamos de genuina RSE.

IV. ¿Hasta qué punto están las empresas obligadas a actuar en beneficio de la sociedad?

Una empresa debe actuar en beneficio de la sociedad a un 110 %. No deseo imaginarme la situación de querer ser cooperativo e involucrarme “sólo un poco, con prudencia”. Las consecuencias serían fatales y la hipocresía enorme.

Las empresas han nacido con vocación de servicio. No sólo están llamadas a generar bienes y servicios con un valor social de uso, son comunidades de personas orientadas a un fin, educan valores y esto es sumamente importante considerarlo. En una empresa podemos enajenarnos hasta la enfermedad o despertar con una acción de formación y desarrollo, una tutoría y retroalimentación que nos lleve a cambiar más allá del ámbito organizacional mismo haciéndonos mejores personas. En una empresa podemos encontrar una calidad de vida, compensaciones y un apoyo ausente muchas veces en otros espacios sociales.

Pero la RSE es una necesidad de mayores magnitudes. Observemos que la facturación de muchas multinacionales supera el PIB de varios países en vías de desarrollo. Esperamos de las empresas, no importa su tamaño, el inicio de acciones serias para resolver tantos problemas de desigualdad y sustentabilidad social, que pongan en práctica medidas para conseguir la salvación medioambiental del planeta. Es grave el deterioro medioambiental del planeta, con algunos de los países más desarrollados a la cabeza de la contaminación, mientras los más pobres degradan los recursos naturales que les quedan. Este es un tema cada vez más en la mira de la opinión pública global y la solución está como nunca en manos de un nuevo tipo de empresario, un hombre nuevo.

V. ¿Quienes están realizando mayores esfuerzos en lo relacionado con la RSE?

Atendiendo a que la comprensión moderna de la RSE tiene su origen en Europa y los estados Unidos, es lógico que miremos en esa dirección, pero personalmente me entusiasma más lo que acontece en Latinoamérica donde entre crisis y tradiciones la RSE va forjando un ámbito que se consolida. Aquí existe una diversidad de comprensiones sobre el alcance del tema, pero la responsabilidad de la empresa frente a la sociedad aparece con frecuencia en el lenguaje de los empresarios y en la agenda de la sociedad.

Este desarrollo al que apunto se pone de manifiesto en objetivos de trabajo que coinciden en temas como: la ética empresarial, la calidad de vida (al interior de las empresas), la vinculación y compromiso con la comunidad y su desarrollo, el cuidado y preservación del medio ambiente, y la intención de formar un nuevo empresariado más conciente y proactivo al respecto.
 

 


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