Contribuciones a la Economía


"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

Japón en el año 2006 y primer trimestre del 2007  

Ernesché Rodríguez Asien  (CV)
Universidad de la Habana, Cuba
rodriguezasien@yahoo.es

La  economía japonesa en el 2007 va en ascenso a pesar de las dificultades que se pueden ir presentando en el trayecto, no obstante le queda mucho por hacer a las autoridades  nipona para seguir reactivando la economía.

Los bancos japoneses son actualmente menos vulnerables y están en mejores condiciones para apoyar la actividad económica. En esta mejoría han influido principalmente dos aspectos, el primer aspecto es la reestructuración de las empresas y la reactivación económica del país en sentido general y el segundo aspecto los esfuerzos desplegados para intensificar la supervisión bancaria, siendo esencial para sanear el sistema bancario.

En este sentido se plantea que las empresas son más sólidas pues han reducido los costos y la capacidad no utilizada, destinando sus ganancias a reducir el endeudamiento.[1]


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Rodríguez Asien, E.:  “Japón en el año 2006 y primer trimestre del 2007" en Contribuciones a la Economía, junio 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/

 

Se pueden resumir la eficiencia de las empresas en cuatro puntos fundamentales:

1-     Los balances de las empresas son más favorables: Se ha hecho un gran esfuerzo para  reducir la carga de la deuda dando buenos resultados sobre todo en las empresas medianas y grandes. La deuda nominal de las empresas ha bajado 125 billones de yenes desde 1996 y las razones deuda/ventas se sitúan nuevamente en los promedios observados antes de la burbuja en el sector de las manufacturas, registrándose fuertes disminuciones en el resto de la economía.

2-     Las utilidades han  aumentado: La reducción de la mano de obra y otros costos, el retiro de productores y proveedores ineficientes y la fuerte demanda de los últimos años, las utilidades de las empresas han ido en auge, independientemente de su tamaño.  La razón utilidades/ventas se sitúa en los niveles máximos de fines de los años ochenta, tanto en el sector de las manufacturas como en otros sectores.

3-     El exceso de capacidad se ha reducido: Desde mediado de los años noventa la reestructuración de las empresas ha incluido recortes de inversiones nuevas para reducir el exceso de capacidad. Ello permitió eliminar el exceso de capital fijo  y a partir del  2005 la utilización de la capacidad se situaba una vez más en los niveles medios de 1980-89.

4-     Los costos de la mano de obra se han ajustado: Las medidas de las empresas para deshacerse del exceso  de mano de obra también han sido fructíferas. Tras recurrir inicialmente a estrategias más convencionales, como reducir la contratación y las horas extraordinarias, las empresas han optado  por despedir trabajadores, reemplazando trabajadores a tiempo completo por supuestos a tiempo parciales y contratos de duración determinada. 

A tono con lo planteado anteriormente el paulatino crecimiento de la inversión que va desde el 2003, a favorecido la situación laboral con nuevos empleos y los aumentos salariales a partir del año 2005, pues la oferta de empleo se sitúa en niveles sin precedentes y actualmente el empleo a tiempo completo aumenta más rápidamente que el tiempo parcial.

Todas estas tendencias positivas son cada vez más palpables  para el pueblo japonés y los inversionistas internacionales. También en la bolsa de valores se reflejan estas tendencias favorables pues las cotizaciones bursátiles se han duplicado con creces comparado sobre todo con los mínimos registrados en el 2003, pues los bienes raí pan>

Hay que señalar que pese a la deflación persistente que ha existido durante estos últimos años ya a finales del 2005 la inflación de los precios al consumidor empezó a resurgir nuevamente.

La economía nipona tuvo un buen comienzo en el 2006 mostrando un crecimiento en sentido general, pues este comportamiento estuvo impulsado por fuertes inversiones de capital que aumentaron en un 13,9%  en el primer trimestre con respecto al igual período del 2005, el segundo mayor crecimiento de esta magnitud desde el año 1990; además del incremento del gasto personal en 0,5% y un crecimiento significativo de las exportaciones.

Los bancos nipones han mejorado su habilidad de controlar el riesgo del crédito evaluando el valor justo de los recursos del préstamo y estableciendo sistemas de dirección de riesgo más sofisticados; así como el uso de innovaciones tecnológicas financieras para fortalecer sus lazos con las compañías de finanzas y empresas.

A finales del  año 2005, la cantidad de préstamos no recuperables de los principales bancos se hallaba entre 1,2% y 3,0%,  reduciéndose frente al 8% que existía a principios  del 2002 y la situación de los bancos regionales también daban ciertas muestras de mejoría. Al no tener tanta necesidad de constituir reservas para cubrir activos  en riesgo o préstamos incobrables, los bancos han recuperado su rentabilidad, aunque sigue siendo baja a escala internacional.

En el año fiscal 2005, que comprende entre el 1 de abril de 2005 y el 31 de marzo de 2006, los seis grandes grupos bancarios japoneses registraron beneficios récord  disminuyendo  notablemente su lista de créditos incobrables, finalizando el  año fiscal entre 0,9% y 2,6% de préstamos  morosos.

Los beneficios consolidados netos de los seis gigantes bancos japoneses ascendieron a 3,12 billones de yenes (27,857 millones de dólares), una cifra 4,3 veces mayor que la del pasado año fiscal. Estas ganancias se la atribuyeron a la gran subida de sus acciones en los mercados bursátiles.

Es bueno señalar que pese a la cantidad de medidas tomadas durante estos años el problema de los préstamos incobrables todavía no se ha solucionado completamente; no obstante, desde 2004 el país empezó a mostrar signos de recuperación gracias a un incremento significativo de las exportaciones y en el 2005  la economía comenzó a tener un crecimiento sostenido apoyado por un despertar de la demanda interna.   

Algunos Indicadores Positivos del año 2006:

El producto interno bruto del tercer  trimestre del 2006 superó en un 2,0% al de segundo trimestre que fue de un 1,0%.

La tasa de desempleo, en Noviembre del 2006 fue de 4,0% inferior a igual período de año anterior (4,6%) con lo que se percibe que las compañías siguen necesitando mano de obra para mantener aumentos de producción en la recuperación económica que está experimentando el país. Manteniéndose como promedio en todo el año 2006 un 4,1%.

En Noviembre  del 2006, el superávit comercial de Japón se incrementó en 56% con respecto a igual mes del año anterior, debido fundamentalmente a un mayor intercambio comercial con sus principales socios China y Estados Unidos

Las exportaciones del 2006 ascendieron de forma significativa con relación al año anterior,  gracias a la sólida demanda internacional de autos y componentes electrónicos de Japón. Las  importaciones también crecieron en debido a que los precios de importación del petróleo, aunque disminuyeron algo en el mes, siguieron inflando la cuenta de las compras externas japonesas.

En julio del 2006 el Banco de Japón elevó los tipos de interés por primera vez en seis años, sobre la base de una expansión económica firme y precios en alza, subiendo la tasa de interés  a  0,25 por ciento, desde niveles en torno al cero por ciento. El Banco de Japón ajustará los tipos de interés  en forma gradual y en incrementos pequeños dependiendo de la evolución de los precios y la economía.

Posteriormente en la reunión del 31 de octubre el Banco de Japón decidió, por unanimidad, mantener el tipo de interés  de referencia en 0,25% tal y como esperaban el mercado y muchos analistas.

En Diciembre del 2006, la moneda nipona tuvo una apreciación con relación a Noviembre de ese mismo año, pues pasó de 117,31 a 116,06 respectivamente.

Las reservas Internacionales, en Diciembre  del 2006 alcanzaron  los 895 320 millones de dólares, de los 881 273  millones que tenían en septiembre 2006.Es de señalar que las reservas niponas, después  de varios años siendo las mayores del mundo, ocupan ahora el segundo lugar a nivel global superadas por las chinas, que alcanzaron la cifra simbólica de un billón de dólares.

Primer Trimestre del 2007

La economía japonesa creció en un 2,4 por ciento en términos reales durante el primer trimestre del 2007 respecto a igual período del año anterior. El crecimiento se corresponde con un aumento del PIB del 0,6 por ciento respecto al trimestre anterior, lo que constituye el noveno mes consecutivo de ganancias trimestrales. Sin embargo este índice de crecimiento fue inferior a las expectativas de mercado que estimaban una subida del 2,7 por ciento frente al año anterior.

Los analistas sostienen que el PIB refleja la mejora continuada de la economía japonesa, a pesar de que las inversiones se han visto disminuidas en un 0,9 en los primeros tres meses del año.

Gran parte del alza  del PIB nipón se debió al aumento del consumo interno, estimulado por los bajos niveles de desempleo  en el país y al incremento de las exportaciones.

Por otro lado las exportaciones aumentaron el 3,3 por ciento y las importaciones el 0,9 por ciento.

En cuanto a la tasa de interés, el Banco de Japón la subió a 0,50 por ciento  en febrero del 2007, al considerar que la economía se mantendría encaminada para crecer a un ritmo estable y que los precios al consumidor estaban en una tendencia alcista. La política es subirla de forma gradual de acuerdo con la evolución de la economía y los precios.

Las reservas internacionales en marzo alcanzaron un nivel récord al situarse en 908 958 millones de dólares. Según el Ministerio de Finanzas de Japón este crecimiento se debió al aumento de los intereses de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos y otros valores extranjeros así como a la apreciación del euro que provocó un incremento del valor en dólares de las reservas niponas denominadas en euros.

Según la ministra nipona de economía Hiroko Ota, consideró que todavía es “ demasiado pronto para afirmar que la tendencia ha cambiado” o sea que todavía no se puede cantar victoria definitiva con este crecimiento.

Un ejemplo de ello es que la economía japonesa volvió a sufrir el fenómeno de deflación el pasado mes de febrero en que los precios al consumo retrocedieron el 0,1% a causa de la baja del petróleo, único factor que los mantenía hasta ahora, según el gobierno nipón.

La baja de los precios en febrero es la primera en diez meses en Japón, cuya economía había registrado entre el verano de 1998 y finales de 2005 un largo período de deflación, fenómeno negativo que desanima la inversión y retrasa el consumo doméstico.

Varios economistas consideran que los dos grandes factores que impiden despegar a los precios en Japón son la competencia feroz, sobre todo en la electrónica y las telecomunicaciones y la debilidad del consumo debido a la ausencia de incrementos salariales. Entre los productos que han bajado sus precios están los lectores de DVD, televisores y reproductores de música.

El nuevo  Primer ministro Shinzo Abe

El 26 de septiembre del 2006, fue elegido como Primer ministro de Japón  Shinzo Abe  de   52 años de edad, llegando al poder  como presidente del Partido Liberal Demócrata.

Es el primer jefe del gobierno nacido después de la segunda guerra mundial, y el más joven de todo el período posbélico. Este cambio de gobierno se efectúa en una coyuntura económica favorable que continúa en fase de recuperación gracias a la fortaleza de las exportaciones y la demanda interna, siendo el mejor contexto económico en más de quince años en Japón.

Abe, representa una generación ajena a las vivencias directas de la guerra y por otro la maduración de un proceso de derechización del sistema político nipón y de tendencias nacionalistas.

Recibió el apoyo  de su predecesor Junichiro Koizumi para reemplazarlo y se ha declarado continuador de la agenda de reforma estructural iniciada por este, existen elementos que los diferencian que distinguirán el curso y destino del nuevo jefe de gobierno.

Aunque se propone dar continuidad a las líneas principales de la reforma económica estructural defendidas por Koizumi, buscará corregir las consecuencias sociales de esta como las crecientes diferencias entre ricos y pobres. Un ejemplo de ello es su muy publicitado proyecto de establecer un sistema que canalice la concesión de una “segunda oportunidad” a los que han fracasado en un empleo determinado o al frente de una empresa.

En su discurso inaural en el Parlamento el 29 de septiembre,  Abe explicitó las prioridades fundamentales en las que su gobierno se concentraría:

A solo unos meses de iniciado su mandato el gobierno de Abe ha visto una apreciable disminución de su popularidad inicial pues los escándalos en los que se han visto involucrados miembros de su gobierno han contribuido de manera directa al descenso del apoyo popular del gobierno.

Además las diferencias sociales siguen igual y a pesar de los intentos recientes del gobierno por mostrar una mayor conciencia sobre estos problemas no resulta un secreto para nadie que en la escala de prioridades del Primer ministro los temas de la reforma constitucional y educacional, así como los asuntos de seguridad tienen una mayor relevancia.

Todo esto contrasta con su discurso inicial de que iba  a resolver problemas sociales generados por la reformas, pues teme más perjudicar sus nexos con las grandes corporaciones. 

Pronóstico de Japón en el año Fiscal 2007-2008

Tras  asumir el poder, el nuevo primer ministro japonés Shinzo Abe, se enfrenta a muchos temas difíciles por resolver que quedaban de su antecesor  Junichiro Koizumi.

En la actualidad el mercado de valores y  el sector inmobiliario experimentan un crecimiento estable, se han introducido mejoras en la administración de activos, se ha acabado casi la deflación, se ha incrementado la rentabilidad de las empresas y se ha reducido el desempleo.

Las inversiones fiscales y la demanda extranjera, que constituían la fuerza motriz que impulsaba la recuperación económica, han sido sustituidas de forma paulatina por las inversiones de equipamientos empresariales y la demanda interior. Aunque Abe expresó que seguirá la línea de reforma de Koizumi, desde un punto de vista general.

No obstante las perspectivas económicas  a corto plazo son muy favorables y según el FMI, la tasa de crecimiento del PIB real podría alcanzar un 3% en 2006 y más de 2% en el 2007.

Sin embargo el FMI se excedió en su pronóstico pues el gobierno Japonés  bajó su previsión de crecimiento para el año fiscal 2006-2007 del 2,1% al 1,9%  debido a la contracción del consumo individual en los últimos meses del 2006. En el año fiscal 2006, finalizado el 31 de marzo del 2007 el PIB nipón aumentó por quinto año consecutivo en 1.9 por ciento. Para el año fiscal 2007-2008 el gobierno prevé un crecimiento de un 2,0%.

Hay que destacar que se ha fomentado la eficiencia de la asignación de los recursos ya que actualmente los gerentes tienen mayor capacidad para basar sus decisiones en consideraciones de precio y calidad. De todas formas persisten rigideces estructurales que frenan el crecimiento.

Gracias a la recuperación de la demanda doméstica impulsada por el fortalecimiento del mercado de trabajo, la expansión de los empleos a tiempo completo por primera vez en 7 años y al positivo incremento de los salarios, se estima que el año fiscal 2007- 2008 tendrá un cierre muy favorable y crecerá su economía con seguridad. Sin embargo el déficit fiscal y la deuda pública  se mantendrán a un nivel elevado.

Los bancos japoneses son actualmente menos vulnerables y están en mejores condiciones para apoyar la actividad económica. En esta mejoría han influido principalmente dos aspectos, el primer aspecto es la reestructuración de las empresas y la reactivación económica del país en sentido general y el segundo aspecto los esfuerzos desplegados para intensificar la supervisión bancaria, siendo esencial para sanear el sistema bancario.

En este sentido se plantea que las empresas son más sólidas pues han reducido los costos y la capacidad no utilizada, destinando sus ganancias a reducir el endeudamiento.[2]

Obstáculos que vencer para el año 2007:

Pese a la tendencia positiva de los principales índices de la economía japonesa, no se ha registrado ningún avance esencial en la reforma fiscal. Hasta finales de 2005, las deudas a largo plazo del Gobierno central y de los gobiernos regionales locales ascendían a 774 billones de yenes (unos 6,19 billones de dólares USA), un 150 por ciento más que el PIB, mientras que el déficit fiscal se cifró en un 6,4 por ciento del PIB, ambos indicadores muy superiores a la línea de alarma reconocida internacionalmente.

La causa principal de las dificultades fiscales es que los ingresos son insuficientes para financiar los gastos. Así por ejemplo, los ingresos fiscales correspondientes al ejercicio 2005 fueron de 44 billones de yenes  y los gastos fueron de 82 billones de yenes.

La pesada carga de las deudas fiscales será trasladada a la ciudadanía, cada vez mas preocupada por una subida en los impuestos que afectaría directamente al consumo y limitaría por consiguiente el desarrollo macroeconómico.

A largo plazo, sin embargo el aumento de los impuestos sobre el consumo constituye una importante medida para solucionar el déficit tributario, a pesar de que la media despertará sin duda el malestar entre los electores.[3]

Otro aspecto de dificultad es la diferencia entre regiones y la riqueza cada vez mas polarizada. Desde mediados de la década de los 70 hasta las postrimerías de los 90, la proporción de ingresos entre Tokio (los mas elevados) y Okinawa ( los mas bajos ) se hizo ver de forma apreciable.

El coeficiente de Gini, índice que mide las desigualdades entre ricos y pobres y en el que el cero significa completa igualdad, se había mantenido por debajo del 0,21 en Japón, lo que demuestra que el país asiático figuraba entre las naciones del mundo que la distribución de la riqueza es mas igualitaria.

Sin embargo, en los últimos años como consecuencia de la larga depresión y de la reforma, la diferencia entre las regiones desarrolladas y las subdesarrolladas comenzó a gravarse en términos de crecimiento económico e ingresos.

En este sentido, se ha registrado incluso un visible aumento en el número de indigentes. Según una encuesta realizada en las ciudades de Tokio y Osaka, las personas con ingresos reducidos ya representan el 52 por ciento del total de la población, mientras que los altos ingresos corresponden tan solo a un 14 por ciento, cifras que constituyen un fuerte contraste frente a las registradas durante los años 70 y 80 del siglo pasado.

Tales disparidades en los ingresos podría conducir fácilmente a la erupción de problemas sociales y he aquí el principal dilema: la continuación de las reformas agradaría la brecha, mientras que su solución sería contraria a la política de reforma y podría dar muestras de involución.

Con miras al futuro falta mucho por hacer y hay que reforzar las medidas en los siguientes puntos:

1-     Mejorar la utilización de la mano de obra.

2-     Incrementar la competencia de los mercados de productos

3-     Liberalizar el sector agropecuario

4-     Fomentar la inversión extranjera directa

5-     Reducir la elevada deuda pública y déficit fiscal.

6-     Resolver el problema del envejecimiento poblacional.

A corto plazo las perspectivas económicas son favorables  pero el principal reto es cómo mantener un fuerte crecimiento auto sostenido ante la presión demográfica, pues la población japonesa está envejeciendo rápidamente y la tasa de natalidad es muy inferior  a la reposición. La población en edad de trabajar viene reduciéndose  desde el año 2000 y la tasa  de dependencia de ancianos (la proporción de la población activa de al menos 65 años) es la más alta de los países industriales.

Por una parte una población en contracción puede mantener su nivel de vida con una tasa de crecimiento global más baja, pero por la otra se requiere una sólida tasa de crecimiento del ingreso per cápita para financiar el aumento de los gastos de jubilación y de atención de la salud atribuible al envejecimiento demográfico.

Dada la contracción de la fuerza laboral, el crecimiento per cápita dependerá de la medida en que pueda incrementarse la productividad aprovechando mejor los recursos y los avances tecnológicos.

Otro aspecto de gran importancia en la recuperación económica es que la situación financiera se está normalizando gradualmente, pues a la vez que la deflación se está reduciendo la política monetaria irá reajustándose a las condiciones cambiantes del mercado. En la primera etapa, el sistema bancario mantendrá las tasas de interés en cero pero mas adelante con la evolución prevista de los precios, es muy probable que la tasa de interés suba gradualmente.

También durante muchos años el gran déficit  fiscal que ha sufrido Japón ha obligado a tomar medidas de saneamiento fiscal para frenar el aumento de la deuda pública y crear margen para sufragar los gastos del envejecimiento de la población. Ya que la deuda neta del sector público asciende a casi un 100% del PIB, es muy posible que la precaria situación fiscal frene la recuperación prevista.

Hasta el momento las medidas que se han tomado se han centrado en recortar gastos especialmente en infraestructura innecesaria, pero en los próximas años habrá que centrar la atención en el ingreso y en la posibilidad de elevar el impuesto sobre el consumo, pues la tasa de Japón es la más baja con respecto a otros países industriales que también gravan el consumo.

Según algunos analistas, otras de las medidas que se tendrán que aplicar están las de incrementar las primas para hacer frente al fuerte aumento proyectado del gasto en seguridad social y atención de la salud  que suponiendo que se mantengan las tendencias actuales y pese a las recientes reformas de pensiones, el gasto en seguridad social alcanzará un 20% del PIB en el año 2025, frente a 16% del PIB en el año 2005. También durante ese periodo el gasto en atención de la salud se duplicará.[4]

En cuanto al sector bancario, los principales bancos han generado utilidades considerables en los últimos años. Un aumento de la rentabilidad permitirá a los bancos rembolsar las inyecciones de capital público y fortalecer su base de capital. A corto plazo, aunque el aumento de las tasas de interés debería elevar las utilidades al incrementar los márgenes de tasa de interés, la clave para proteger la solidez del sector financiero y evitar problemas es dejar de conceder créditos exigiendo garantías excesivas. En febrero del 2006 tras ocho años de disminución ininterrumpida, la tasa de crecimiento del crédito se volvió finalmente positiva.

Por último un factor importante en la recuperación de Japón y para su futuro es el desenvolvimiento del sector empresarial en la reducción de sus deudas y ampliando sus operaciones en la integración mundial trasladando parte de la producción a China y Asia sudoriental.

Consideraciones finales


Bibliografía

 


[1] Daniel Citrin y Alexander Wolfson, “ Vuelve Japón”, Finazas & Desarrollo, junio 2006

[2] Daniel Citrin y Alexander Wolfson, “ Vuelve Japón”, Finazas & Desarrollo, junio 2006

[3] http://www.argenpress.info

[4] Daniel Citrin y Alexander Wolfson, “ Vuelve Japón”, Finazas & Desarrollo, junio 2006


 

 

 

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