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"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

Sesenta dólares... ¿Sorpresa?
 

Luis C. Oliveros B. (CV)
Economista
luis_cesar_13 en yahoo.com



EL PRECIO DEL PETRÓLEO rompió la barrera psicológica de los 60 dólares hace algunos días, cotización que constituye todo un récord (en términos nominales), pero esto ¿debe sorprendernos?, ¿era algo inesperado para los grandes consumidores?, ¿es culpa de la OPEP, por su política de baja producción?, ¿Estados Unidos, por ser el gran consumidor mundial, se verá muy afectado? y ¿habrá llegado a su límite la cotización del petróleo?

Es evidente que para todas estas preguntas la respuesta es la misma: un categórico y rotundo NO. Y es que a las antiguas preocupaciones del mercado petrolero internacional, debemos agregar un nuevo factor: la elección de un nuevo presidente ultraconservador en Irán, país que ostenta el 11% de las reservas petroleras mundiales, y el cual ya ha despertado toda clase de conjeturas sobre el manejo que quiere darle a la industria petrolera iraní.

LA ELEVADA DEMANDA de gasolina y otros combustibles en Estados Unidos y China (principales consumidores mundiales), coinciden con un momento delicado en las existencias de estos combustibles, en virtud de que la capacidad de refinación norteamericana y mundial está al tope y es muy insuficiente para paliar la actual demanda. A esto debemos agregar que los países de la OPEP están produciendo casi al 100% de su capacidad, y tal vez solamente Arabia Saudita e Irak sean las que puedan inyectar más crudo al mercado, pero el resto no tiene la capacidad actual para incidir en los precios, por esta razón los países miembros de la Organización apuntan a los problemas de la refinación como principal causante del incremento de los precios.

A este delicado panorama de crecimiento de la demanda mundial de energía, insuficiente capacidad de refinación y de producción de petróleo, debemos sumar los ya tradicionales problemas étnicos en Nigeria, inconvenientes que siempre se traducen en obstáculos a la producción petrolera de ese país, la situación política en Venezuela y el desastre de la ocupación norteamericana en Irak, la cual hace que la producción iraquí se coloque en menos de 2 millones de barriles diarios, teniendo una capacidad de por lo menos el doble; además de traer siempre preocupación, ante las amenazas terroristas de grupos extremistas en desacuerdo con la ocupación, hacia otros países petroleros de la región como Arabia Saudita, Qatar y Kuwait.

A PESAR DE esta cotización, al principal consumidor mundial pareciera no preocuparle mucho la situación, ya que el secretario del Tesoro Norteamericano, John Snow, comentó recientemente que los consumidores deberían de acostumbrarse a un precio de US$ 60 por barril. Y es que un crudo elevado facilita notablemente las tareas de reconstrucción de Irak, labores que en su gran mayoría están emprendiendo muy generosamente empresas norteamericanas.

¿QUE PODEMOS ESPERAR para el futuro?, pareciera sencillo el pronóstico: al mantenerse el crecimiento de la demanda, persistir los cuellos de botella en la refinación, seguir el éxito de la ocupación a Irak y la OPEP no logra inyectar más crudo al mercado, pensar en US$ 70 por barril no resultaría una locura, sino se parecería más a una realidad para el último trimestre del año, cuando la demanda estacional hace subir los precios.
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Luis C. Oliveros "Sesenta dólares... ¿Sorpresa?"  en Contribuciones a la Economía, julio 2005. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/