"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

LA RESISTIBLE EXALTACIÓN DEL TURISMO
 

Francisco Muñoz de Escalona
Ex – Científico Titular del CSIC
mescalona@iservicesmail.com

 

Introducción

El turismo es considerado por la comunidad internacional de expertos como una industria de dimensiones globales que atiende a un flujo turístico de proporciones gigantescas. También como la primera industria del mundo por su aportación al PIB global y un complejo sistema de conocimientos que está pasando de ser un conjunto de simples aunque eficaces interpretaciones y criterios de actuación empresarial y gubernamental a un corpus cada vez mejor sistematizado de carácter progresivamente científico en continuo avance y perfeccionamiento gracias, entre otros factores, al interés en aumento de profesores e investigadores universitarios cuya actividad recibe el continuo apoyo de numerosos organismos internacionales, gobiernos y negocios privados multinacionales.

 El turismo es, además, la primera industria exportadora del mundo, la industria que más empleo genera, la garantía más sólida con que cuenta la protección de los patrimonios natural y cultural del mundo y un instrumento inmejorable para que los pueblos se conozcan mejor y se alcance la ansiada meta de la paz universal.

 

El llamado desarrollo turístico no es ya la panacea que fue para conseguir el despegue económico de los países desfavorecidos, como se sostuvo no hace tanto, pero los textos sobre la materia, tachonados de elogios y loas a sus efectos beneficiosos, dejan la calculada la impresión de que sigue siendo la solución de los problemas del subdesarrollo siempre claro está que su expansión siga y se generalice sin titubeos por la superficie del globo.

 

El turismo fuera de la Tierra deje de ser una esperanza y comience a ser una realidad con  los viajes a la Estación Internacional Espacial se podrá decir que el turismo es también la primera, y durante mucho tiempo la única, industria cósmica.

 

La exaltación del turismo no es una estrategia combinada de hoy porque puede rastrearse su práctica desde hace más de un siglo pero su impulso definitivo se consiguió con el perfeccionamiento de las técnicas del marketing moderno basadas en la imbricación de las instituciones científicas de prestigio y de las instancias políticas financiadas por las grandes corporaciones industriales y financieras con intereses en las inversiones y explotación de los negocios convencionalmente incluidos en el “sector turístico”.

 

El autor de este trabajo no comulga con tan descomunal exaltación del turismo. En su opinión, esa exaltación obedece, como acaba de decirse, a una inteligente, sostenida, eficiente y costosa campaña propagandística que hunde sus raíces en el pensamiento de los primeros entendidos en la materia, allá por las primeras décadas del siglo XX, que empezó a dar sus frutos más espectaculares cuando logró ser fue alentada, financiada, dirigida e impulsada por y en beneficio de poderosos grupos inversores internacionales a través de entidades de ámbito mundial como la Organización Mundial del Turismo, entidad intergubernamental dependiente de Naciones Unidas (OMT, con sede en Madrid), The Wold Travel and Tourism Council, asociación de directivos de las empresas “turísticas” (WTTC, con sede en Bruselas) y la Association Internationale d´Experts Scientifiques du Tourisme, ente corporativo de los estudiosos del turismo con filiales en varios países (AIEST, con sede en Berna), entre otras.

 

El objeto de este trabajo es aportar razonamientos basados en la observación, la lógica y la crítica científica aplicada a textos que se distinguen como baluartes de la resistible exaltación del turismo y demostrar que dicha exaltación no se apoya en elementos objetivos sino en afirmaciones de calculada ambigüedad presentados como verdades científicas precisamente por quienes tienen el deber de comportarse de acuerdo con los criterios de independencia y distanciamiento que deben presidir la actividad científica. En definitiva, desenmascarar la exaltación programada y convencer a la sociedad de que es perfectamente resistible la manipulación que está teniendo lugar desde hace casi medio siglo con el apoyo de los científicos y de las instituciones dedicadas a actividades investigadora y docente.

 

Porque el autor está convencido de que la exaltación del turismo es perfectamente resistible y evitable. Es cierto que para desactivarla no basta con la demostración de que lo es, ni siquiera en el caso poco probable de que la comunidad científica que se ocupa de su estudio se comportara como debería comportarse, pero incluso si así lo hiciera, los demás factores que tienen que contribuir a conseguirlo puede que no colaboren en la tarea escudándose en que sus actuaciones son beneficiosas para todos. El poder del entramado empresarial – gubernamental – mediático que financia y alienta la interesada campaña de exaltación creciente del turismo es enorme y su eventual cambio de actitud poco probable.

 

Pero no por ser plenamente consciente de la utopía a la que este trabajo aspira hay que desistir de intentarla una vez más siguiendo la saga de trabajos anteriores. La comunidad de turisperitos cuenta entre sus filas con individuos, algunos de ellos cátedros ilustres, que primero piden información a los colegas sobre algún autor molesto y, en función de lo que le respondan, prestan o no atención a sus trabajos. Este singular y nada científico proceder está desgraciadamente más generalizado de lo que se cree en todos los campos, pero es en el campo del turismo en el que más se practica. Aun así, en pro del conocimiento científico bien vale arriesgarse a que la lucha caiga en suelos yermos porque también puede caer en pequeñas parcelas en las que alguna vez fructifique el mensaje.

 

El perenne deseo de conocer

 

“Desde los albores de las civilizaciones – dice Stephen Hawking – no nos hemos conformado con contemplar acontecimientos inconexos e inexplicables, sino que hemos forjado una comprensión del orden subyacente en el mundo. El profundísimo deseo de la humanidad de conocer es justificación suficiente para proseguir nuestra investigación. Y nuestro objetivo es nada menos que una descripción completa de universo en que vivimos”

 

Brevísima historia del tiempo, la última obra de divulgación del sabio inglés de la que procede la cita anterior, parte de una anécdota que ridiculiza el conocimiento popular con el que algunos ignorantes pretenciosos suelen refutar las formulaciones científicas. Actitudes como la de la vieja señora convencida de que el mundo es una placa plana que se sostiene sobre una torre de tortugas gigantes pueden hacer sonreír a muchos pero es posible que no se den cuenta de que en ciertos ámbitos del conocimiento se están sosteniendo creencias similares envueltas en el ropaje de la ciencia. Uno de esos campos es el que conocemos con el nombre genérico e impreciso de turismo.

 

Como en tantos otros, en el campo del turismo es perceptible el deseo sostenido de desentrañar sus entresijos aplicando la inteligencia interpretativa para conocer su naturaleza y formular las leyes que lo rigen, condicionan y explican. Mientras para unos las raíces del turismo son muy antiguas para otros pueden datarse en la segunda década del siglo pasado.

 

Si de acuerdo con los turisperitos turismo es ese flujo de visitantes al que las ciudades aspiran para beneficiarse de los efectos multiplicadores de sus gastos en un heterogéneo conjunto de bienes y servicios, hay que reconocer que desde las más antiguas culturas urbanas, los núcleos de población abiertos o no xenófobos aspiraron pronto a la mayor captación posible de visitantes. En esta aspiración subyace un indudable saber o conocimiento basado en la observación y la experiencia.

 

Como es sabido, entre los turisperitos los hay que están convencidos de que el turismo es tan antiguo como la humanidad (el turismo tendría según ellos dos millones y medio de años). Otros sin embargo creen que el turismo es más reciente porque están convencidos de que tiene unos 50.000 años puesto que empezó a practicarse en el seno de las culturas cazadoras y recolectoras del Paleolítico. Finalmente están los que rechazan estas posturas. Para ellos solo puede hablarse de turismo a partir de mediados del siglo XX. Y es que los primeros creen que para que exista turismo basta la existencia de seres humanos mientras que para los segundos tiene que haber los desplazamientos para llevar a cabo el trueque entre excedentes de producción y para los terceros para que haya turismo es imprescindible que los desplazamientos sean masivos.

 

Obviamente, bajo cada una de estas interpretaciones subyace una teoría más o menos elaborada, y, a su vez, cada teoría lleva aparejadas unas técnicas o estrategias de actuación, específicas y coherentes con ella.

 

El antropólogo sirio residente en Estados Unidos, Jafar Jafari, se ha pronunciado recientemente sobre el conocimiento del turismo en un trabajo titulado The Sientification of Tourism (Ver Valene L. Smith y Maryam Brent: Hosts and Guests Revisited: Tourism Issues of the 21ts Century, Nueva York, 2201. 28 – 41. En adelante se citará por JJ 2001) Este antropólogo cultural, dedicado plenamente y desde hace años al estudio del turismo, conocido en la profesión por su influyente trabajo como editor jefe de Annasls of Tourism Research, tal vez la revista especializada más prestigiosa entre las cada vez numerosas que se publican en los principales idiomas, parece confundir la realidad del turismo con el estudio de esa realidad, confusión que le lleva a definir el turismo como su estudio. Véase si no la siguiente cita tomada de JJ 2001 (p.32):

 

Tourism may be defined as the study of man away from his/her usual habitat, of the touristic apparatus and networks, and the ordinary (home) and the nonordinary (touristic) worlds and their dialectic relationship

 

Al margen del intento de JJ de definir el estudio de la realidad y no la realidad misma es evidente que, entre tantas definiciones como se han dado, esta es especialmente enrevesada y, por si fuera poco, JJ utiliza un término como touristic inexistente en inglés ya que el adjetivo correcto en ese idioma es tourist por lo que no es necesario derivar de él un adjetivo como si fuera un sustantivo como en los idiomas romances. La definición de JJ puede ser traducida al español de esta forma:

 

El turismo puede ser definido como el estudio

·        del hombre y la mujer cuando están fuera de su hábitat usual

·        de los aparatos y de las redes turísticos

·        de los lugares ordinarios (de la nación a la que pertenecen) y de los no ordinarios (los lugares turísticos o ajenos)

·        y sus relaciones dialécticas

 

Se ha trascrito la definición de una forma esquemática y puntual para que resulte más diáfana ya que en español puede quedar aun más oscura que en inglés si se expone como frase. Teniendo en cuenta que de esta singular definición se pueden derivar consecuencias argumentales de cierto relieve se ha creído oportuno trascribir también la traducción de Enciclopedia del Turismo, la versión española del original editado por Jafar Jafari en 2000 publicada en 2002:

 

El turismo se define como el estudio del ser humano (el turista) cuando se encuentra lejos de su hábitat normal, de los equipamientos, las infraestructuras y las redes de servicios que han de satisfacer sus diversas necesidades y de los mundos “ordinario” (del que procede el turista) y “extraordinario” (al que viaja el turista) así como las relaciones dialécticas que se establecen entre ambos contextos.

 

Los términos en negrita indican que son “entradas” de la Enciclopedia.

 

La traducción al español de Víctor Manuel Pina Medina refleja la complejidad de la frase y el intento de darle claridad arriesgando el uso de más palabras que el original. No es el momento de entrar en este asunto, pero procede preguntarse si las relaciones dialécticas incluidas en el estudio del turismo son las que se establecen entre el hombre, los equipamientos, las infraestructuras, las redes de servicios, el mundo ordinario y el mundo extraordinario, o si, como parece haber interpretado V. M. Pina, esas relaciones dialécticas a las que alude el original son tan solo las que se establecen “entre ambos contextos”, es decir, entre el mundo ordinario (el de procedencia del turista) y el mundo extraordinario (el visitado por el turista). Se admitirá que de una u otra interpretación depende que el turismo sea una cosa u otra, mejor dicho, el turismo no, el estudio del turismo, a tenor de la confusión en la que, como ya se ha dicho, cae JJ, quien, al parecer, revisó la traducción española.

 

Los turisperitos llaman “realidad” del turismo a un confuso y abigarrado pero familiar (para ellos) mundo configurado por los flujos turísticos, los equipamientos, las infraestructuras, la llamada industria turística, los organismos gubernamentales e intergubernamentales y los servicios prestados a los turistas por los equipamientos, las infraestructuras, las empresas y los organismos citados, a lo que añaden el sistema de investigación y enseñanza disponible. Es esta la realidad que, según ellos, se estudia cuando se estudia el turismo. Siguiendo a Karl R. Popper, una cosa es la realidad “física” del turismo que se configura por el conjunto de elementos antes enumerado y otra muy distinta la realidad configurada  por el conjunto de ideas vertidas sobre el turismo desde hace años, que es a lo que se llama doctrina, teoría o conocimiento del turismo. Es obligado distinguir nítidamente entre ambas “realidades” ya que no hacerlo lleva con seguridad a correr serios peligros de equivocarse, como le acontece a JJ, en el trabajo citado del que se incluyen a continuación amplias citas con el fin de que sea más practicable el análisis crítico de su pensamiento.

 

JJ 2001 (pp. 29 – 32) ofrece una historia esquemática del proceso de conversión en ciencia del turismo que conviene tener en cuenta a los efectos del presente trabajo por cuanto aporta afirmaciones dignas de ser sometidas a un análisis crítico ya que a través de ellas quedan en evidencia una parte de las razones que explican la irresistible exaltación del turismo. Complementariamente, la obra citada expone la visión del autor el porvenir del (estudio del) turismo. Primero se expondrá el esquema histórico y más adelante la visión prospectiva.

 

Historia de las ideas turísticas

 

La traducción de las citas que siguen se debe al autor del presente trabajo. En ellas aparecen con frecuencia ciertos términos que han sido vertidos al castellano de modo libre: advocacy (defensa) se ha traducido por favorable, cautionary (aleccionamiento), por desfavorable, adaptancy (acomodación o refundición) por conciliadora y knowledge – based (conocimiento fundado) por ciencia. Cree que de esta forma resultan más claros los significados en el texto.

 

El crecimiento sostenido del turismo desde la Segunda Guerra Mundial, especialmente durante las últimas décadas, ha despertado un enorme interés como industria y como fenómeno. Una revisión de la literatura muestra el aumento de la popularidad del turismo. Para evidenciarla se agrupan los escritos y las ideas de las últimas décadas en cuatro grandes grupos, cada uno de los cuales constituye una postura o plataforma de pensamiento. Estos grupos o plataformas son los siguientes:

 

·     Plataforma favorable

·     Plataforma desfavorable

·     Plataforma conciliadora

·     Plataforma científica

 

Las cuatro plataformas se exponen a continuación tal y como surgieron en el tiempo. Cada una llevó a la siguiente pero ninguna reemplazó a la anterior y por eso las cuatro coexisten en la actualidad.

 

Plataforma favorable: El bien

 

La primera postura o plataforma esta formada por las empresas o instituciones – incluyendo empresas privadas, organismos públicos y asociaciones comerciales entre otras – directa o indirectamente relacionadas con la visión económica del turismo. Los citados grupos de “interés” sostienen frecuentemente que el turismo es una industria cuyas características básicas son las siguientes:

 

·     Es trabajo intensiva

·     Aporta beneficios que se difunden por toda la sociedad

·     Constituye una alternativa económicamente viable para los

    problemas de muchos países

·     Genera intercambios comerciales muy convenientes para el

      sostenimiento de la comunidad de países del mundo

·     Tiene además otros muchos efectos beneficiosos

 

Situando al turismo bajo una luz siempre positiva y aumentadora, la Plataforma Favorable aporta también estos otros argumentos. Según ella, el turismo,

 

·     preserva la naturaleza

·     mejora el medioambiente

·     recupera las tradiciones del pasado

·     fomenta la cultura

·     facilita la comunicación intercultural

·     promueve la paz del mundo

 

Este conjunto de perspectivas socioeconómicas (tabla 1), proyectadas con exageración, se consideran como el causante del crecimiento y la promoción de destinos próximos y alejados.

 

Tabla 1 Los efectos del turismo según la plataforma favorable

Beneficios económicos. Puede generar:

         Beneficios socioculturales.

         Puede:                

·  trabajo intensivo y crear empleos:

   de pleno tiempo

    estacionales

    a tiempo parcial

    sin cualificar

·  intercambios comerciales con el

   exterior

·  construcción de infraestructuras

·  generalizar el desarrollo

·  complementar producción de otras

   actividades económicas

·  multiplicar efectos

    

·        generalizar la educación

·        promover la compresión entre los

      pueblos y la paz

·        eliminar fronteras:

      lingüísticas

      raciales

      políticas

      religiosas

·        preservar las tradiciones

·        promover el desarrollo de la

      comunidad global

·        facilitar la valoración de las

      diferentes culturas

 

 

El lector no debe olvidar que JJ ofrece esta exposición en el marco de la evolución de las ideas y del pensamiento en materia de turismo. Como advertirá, se trata de un listado de los positivos efectos que los miembros de esta plataforma sostienen que el turismo tiene sobre la economía, la cultura y la sociedad de los países “con” turismo, es decir, los que logran ser visitados por los turistas gracias a que invirtieron en equipamientos, infraestructuras y empresas de servicios turísticos.

 

Pues bien, la antigüedad de esta plataforma es bastante mayor que la sugerida por JJ, quien una de dos, o no cree necesario citarlas u olvida o minimiza las aportaciones que se hicieron al estudio del turismo por sociólogos, economistas y administradores de empresas hoteleras desde los años ochenta del siglo XX hasta los años previos a la Segunda Guerra Mundial, fecha a partir de la cual él establece su aparición.

 

Pero además, sus aportaciones no se deben exclusivamente a empresarios o funcionarios como JJ da a entender sino, sobre todo, y de modo creciente, a profesores universitarios alemanes, austriacos, italianos y suizos. El lector que desee más datos sobre este tema puede consultar Francisco Muñoz de Escalona (en adelante FME) (1991, 2003) donde encontrará con cierto detalle la historia del pensamiento sobre el turismo. Si lo hace comprobará de paso que ya entonces las interpretaciones teóricas se basaban en la observación de la realidad y en la experiencia acumulada por lo que es indudable que tenían carácter y formas inequívocamente científicos, lo que no presupone que fueran acertadas.

 

Las aportaciones al conocimiento que se hicieron en el periodo señalado tienen en común su afán por poner siempre de manifiesto los efectos positivos que el turismo tiene sobre la economía y la sociedad en general de los países visitados por los turistas. Pero también lo es que ya entonces había quienes, ante la generalizada insistencia en los efectos positivos del turismo, se propusieron demostrar que el turismo tiene también efectos negativos entre los que citaron la inflación de precios.

 

Dicho de otro modo: la plataforma desfavorable puede que tenga una antigüedad algo menor que la favorable pero es evidente que también surgió antes de lo que sugiere JJ, quien sitúa su aparición en los años sesenta y su consolidación en los setenta.

 

Plataforma desfavorable: el mal

 

Con el paso del tiempo, constataciones casuales y también investigaciones respetables pusieron sobre la mesa la existencia de ciertos efectos negativos del turismo con lo que empezaron a cuestionar a la postura defensora. Las nuevas voces, claramente audibles durante la década de los sesenta, aumentaron hasta dar lugar a la plataforma desfavorable en la década siguiente. Miembros de la comunidad de expertos, especialmente los que en el sector público y en el sector privado se ocupan de la protección de la cultura y la naturaleza contribuyeron al surgimiento de la postura desfavorable. El mensaje de esta plataforma no se limita a los beneficios económicos y sostiene que la industria

 

·     genera empleos que son en su mayor parte estacionales y no

    cualificados

·     beneficia solo a las empresas y a las grandes corporaciones

·     destruye los recursos naturales y paisajísticos

·     mercantiliza a los pueblos y a las culturas

·     distorsiona la estructura de la sociedad anfitriona

 

Hoy como ayer, la segunda postura parte del rechazo absoluto de la primera postura por medio de elaborados pronunciamientos sobre los efectos negativos del turismo.

 

Dado que los partidarios de estas plataformas siguen aun expresando sus  respectivos argumentos (aunque nunca de un modo organizado o con una voz unificada) fue inevitable que discutieran acaloradamente entre ellos, discusiones que alcanzaron su apogeo durante los años setenta. Los choques, frecuentemente cargados de tensiones, incluyen intercambios de visiones y posturas e insidiosas críticas a las posiciones del contrario. Por cada uno de los puntos propuestos por la plataforma favorable (tabla 1) la plataforma desfavorable propone un contra punto (tabla 2), una situación que no puede conducir a un diálogo fructífero.

 

Tabla 2. Consecuencias del turismo según la plataforma desfavorable

Costes económicos. Puede:

Costes socioculturales. Puede:

  • causar inflación
  • grandes pérdidas
  • traer estacionalidad y contribuir al desempleo
  • facilitar la difusión de rumores, enfermedades y fluctuaciones económicas
  • provocar un desarrollo económico desequilibrado
  • general extrañas dependencias
  • dañar los recursos y provocar intrusión visual

 

·  contribuir al desentendimiento

·  general estereotipos

·  traer xenofobia

·  producir contaminación social

·  mercantilizar la sociedad así como

   su cultura, su religión y sus

   expresiones artísticas

·  romper la estructura familiar

·  contribuir a la prostitución

·  incrementar la criminalidad

·  inducir a conflictos en la sociedad

   anfitriona

 

 

Desgraciadamente no es fácil aportar citas con las propuestas de los primeros miembros de esta plataforma, anteriores a los años que JJ cita como fecha de su aparición, pero el lector puede consultar el anexo I de F ME (1991) Se trata de la introducción a la obra de Hermann von Shullern (1911) titulada Fremdenverkehr und Volkswirtschaft traducida al español.

 

Plataforma conciliadora: El cómo

 

Dado que los debates entre los miembros des las plataformas favorable y desfavorable se refieren sobre todo a los impactos positivos o negativos de la industria turística se pudo argüir  que unas formas o tipos de turismo podrían tener menos efectos negativos que otras formas  o tipos alternativos adoptados. De aquí que se fue prestando cada vez más atención a una tercera postura en la década de los ochenta: la plataforma conciliadora.

 

Advierta el lector que JJ se refiere solo a los efectos negativos de la industria olvidando los efectos negativos provocados por los flujos turísticos. Deliberado o no, un olvido de este calibre es suficientemente expresivo del modo de pensar de todo turisperito que se precie. Para ellos los turistas no dañan nunca los países visitados. De haber algún daño achacable al turismo hay que atribuirlo tan solo a la industria. Para ampliar esta proposición, el lector puede consultar FME (2005)

 

Basándose en las posturas anteriores, la tercera postura favorece desde su aparición las formas de turismo especialmente respetuosas con las comunidades anfitrionas, su cultura y su medioambiente al mismo tiempo que al turista por medio de oportunidades y experiencias positivas. Las estrategias que propone esta plataforma son las que se conocen como agroturismo, turismo apropiado, turismo basado en la comunidad, turismo controlado, turismo de cabaña, turismo cultural o étnico, ecoturismo, turismo de granja, turismo verde, turismo indígena, turismo atento a la vida, turismo natural, paraturismo, turismo responsable, turismo rural, turismo sensible, turismo blando y turismo sostenible; la lista incluye al “no turismo”, que puede ser considerado como una verdadera alternativa.

 

En general, la plataforma conciliadora sostiene que todas estas formas de turismo se basan en el respeto a la comunidad anfitriona, emplean los recursos locales, son relativamente fáciles de gestionar, no son destructivas, benefician  tanto a los anfitriones como a los huéspedes y mejoran la comunicabilidad entre ellos.

 

El turismo así “conciliado”, al margen de su naturaleza o de su envergadura, es presentado como un conjunto selecto de opciones alternativas a las convencionales, masificadas, mercantilizadas, descontroladas y duras, que son las que se practican hoy por doquier.

 

Una de las alternativas más recientes, la conocida como ecoturismo, es la que más atrae la atención de operadores, gobiernos, investigadores y profesores y por eso es la priotariamente recomendada por sus indudables ventajas.

 

Habría sido de esperar que JJ hiciera alguna referencia, aunque fuera mínima, a la difundida creencia, mantenida sobre todo por los geógrafos dedicados al “estudio y planificación del turismo”, en que todas estas formas “buenas” de turismo son en realidad alternativas al turismo “malo” que han de ser “definidas” teóricamente. Si lo creen así es porque están convencidos de que las unas son sustancialmente diferentes de las otras cuando lo cierto es que, a tenor de lo que muchos sostienen, cualquiera de ellas ha de contar con un flujo significativo de demandantes (turistas) o no garantizarán la cifra de ventas a partir de la cual tiene sentido invertir en negocios “turísticos”. En la cita que sigue algo de esto reconoce JJ pero de forma velada. Aun así es evidente que JJ descalifica las propuestas de esta plataforma, tal vez la que más segadores tiene en todos los países.

 

Sin embargo, a pesar de que son muy numerosos sus miembros, hay que tener en cuenta que sus propuestas cubren un abanico muy amplio, tanto que unos, los más moderados, quedan muy cerca de la plataforma favorable y otros, los más radicales, aun no han abandonado la plataforma desfavorable. En cualquier caso todos ellos están convencidos de que muchos parajes naturales verán asegurada su conservación gracias al turismo. Por esta razón insisten tanto en conseguir la declaración de parques naturales o nacionales o de reservas de la biosfera para lugares de interés medioambiental, a pesar de que ya no se le oculta a nadie que tales declaraciones solo sirven para aumentar el flujo de visitantes y, con él, la aparición de daños más o menos irreversibles que sin los visitantes no se habrían producido.

 

La superficialidad propia de muchas de las aportaciones de esta plataforma, más voluntaristas que certeras, se pone de manifiesto por medio de las “definiciones” con las que las presentan. Las citas que siguen se ha tomado de Enciclopedia del turismo:

 

Ecoturismo: Es el turismo que consiste en viajar a espacios naturales o silvestres relativamente vírgenes o inexplorados con el objetivo específico de estudiar, admirar y disfrutar el escenario natural, su flora y su fauna, así como cualquier manifestación cultural (tanto pasada como presente) que se pueda encontrar en esta zona. Geoffrey Wall afirma con razón que el término tiene poca significación, que es concepto del marketing o una idea a la que aspiran los turistas, los operadores y las zonas de destino, nunca “una noción clara de un producto turístico”

 

Turismo de granja: Se distingue por el medio en el que se desarrolla. También se conoce como agroturismo. Los turistas residen en granjas y ranchos, y a veces participan en las actividades y rabajos que allí se realizan. Los turistas buscan el turismo de granjas por la posibilidad de estar en plena naturaleza, y lo utilizan como marco en el que pueden realizar actividades al aire libre.

 

Turismo de naturaleza: El objetivo de vivir la experiencia de encontrarse rodeado de la flora y la fauna silvestres en su entorno natural se identifica con los conceptos (sic) de “turismo de naturaleza” o “turismo centrado en la  naturaleza”, conceptos ambos que a menudo se utilizan como sinónimos de otro término, ecoturismo.

 

Turismo rural:El turismo rural utiliza el campo como un recurso. Más que relacionarse específicamente con la naturaleza, el turismo rural se asocia con la búsqueda, por parte de personas que viven en zonas urbanas, de tranquilidad y espacio para dedicarse a las actividades de recreo al aire libre.

 

Turismo verde: El turismo verde, una forma de turismo alternativo se suele relacionar con el turismo rural. La expresión denota un turismo de naturaleza que se considera compatible con el entorno y que apenas produce, si es que produce alguno, impactos ecológicos de la zona de destino.

 

Turismo alternativo: El turismo alternativo (un término que es a la vez ambicioso y vago) se distingue (sic) por las formas de acogida más originales, haciéndose eco de los principios que lo definen (sic) y el estilo escogido para el desarrollo turístico. El aspecto que hace único (sic) al turismo alternativo es el tipo y la calidad de la relación que este tipo de turismo mantiene con el medio ambiente local.

 

Se han trascrito las definiciones de seis “formas” de las muchas que cita JJ entre las propuestas por la plataforma conciliadora. Son estas definiciones las que se manejan en los textos que estudian los alumnos en los centros de enseñanza y que los inversores interesados encuentran en las publicaciones y en la legislación en vigor en numerosos países. No hacen falta comentarios sobre la precisión de las pretendidas definiciones. Tan solo apuntar que cuentan con la aprobación del editor de la Enciclopedia, el antropólogo Jafar Jafari, el mismo que se permite aceptar la evaluación del artículo enviado por el autor al que más adelante se hace referencia aludiendo falta de calidad.

 

Sigue la cita de JJ sobre las aportaciones de la plataforma conciliadora:

 

Es evidente que esta y otras formas “alternativas” de turismo, aplicadas o por aplicar, tienen el carácter de ser remedios parciales, pero también lo es que las estrategias que propone esta plataforma son inadecuadas para dar satisfacción a las necesidades de alojamiento del imparable crecimiento del flujo de turistas en el mundo.  Es cierto que las formas y las prácticas turísticas pueden ser conciliadas para evitar daños perniciosos pero es evidente que el flujo de turistas no debe ser obstaculizado.

 

Queda claro, pues, que las tres plataformas hasta ahora analizadas por JJ destacan los efectos del turismo. La primera, solo los favorables, por lo que es sin duda la más frontalmente propagandística. La segunda, solo los desfavorables, es cierto, pero, como la primera, se centra en  los efectos del turismo porque también para ella es un fenómeno. También la tercera plataforma se queda en los efectos, aunque en este caso distinguiendo entre formas de turismo con efectos negativos y formas de turismo con efectos positivos. Por esta razón se ha calificado la tercera plataforma con el término “conciliadora” mejor que con los más literales de acomodadora, refundidora o ajustadora, porque, como se puede comprobar, propone una simbiosis de las plataforma favorable y desfavorable, atribuyendo los efectos no al turismo en sí mismo sino a formas concretas de turismo y decantarse por las que tienen efectos positivos.

 

Las tres plataformas analizadas coinciden entre sí más de lo que JJ deja traslucir, sobre todo si se añade que cabe sospechar que la tercera plataforma pueda comportarse más como una máscara de la plataforma favorable para encubrir sus versiones más propagandísticas, con el fin de conseguir los objetivos exaltadores de modo menos frontal y más pasable por los críticos de la plataforma desfavorable.

 

Hay que advertir que JJ no destaca que la segunda y la tercera plataformas tienen menor relieve que la primera, la cual ha sido es y seguirá siendo hegemónica, en tanto que la segunda no pasa de ser meramente testimonial y la tercera más voluntarista que operativa.

 

La mayor parte de los apoyos, por no decir todos, los recibe la plataforma favorable. La plataforma desfavorable solo recibe raquíticos apoyos si es que recibe alguno. La plataforma conciliadora, por su parte, solo recibe los magros apoyos de los grupos ecologistas y alternativistas. Los grupos de “interés” de los que habla JJ no tienen el menor interés en prestar su apoyo ni a la plataforma desfavorable ni a la conciliadora aunque no se privan de elogiarla habida cuenta de su reconocida buena prensa. Como JJ no hace referencia a estos extremos, necesitados de urgente investigación, permite que se pueda pensar que también él colabora, y de un modo sustancial, a la resistible exaltación del turismo. Su crítica de la plataforma conciliadora se basa en que las estrategias propuestas por ella le parecen incapaces de atender a la demanda de alojamiento de los crecientes flujos turísticos. Trata de evitar que su generalización pueda ser la causa de que se pongan trabas y obstáculos que reduzcan el crecimiento de los flujos turísticos. La mera sombra de esta posibilidad basta para que JJ descalifique sus propuestas, a las que considera como “conocimiento no fundado”, es decir, no científico.

 

A continuación se cita el texto de JJ sobre la cuarta plataforma, la que ofrece un conocimiento del turismo fundado o de carácter científico.

 

Plataforma científica: El por qué

 

Las posturas sostenidas por las plataformas favorable, desfavorable y conciliadora están entre las principales condiciones y factores que han influido en el desarrollo del pensamiento sobre el turismo. Primero, se reconoce que, en general, independientemente de lo que digan estas posturas, el turismo es una industria global de grandes dimensiones que atiende diariamente a millones de turistas y que, tanto el turismo como la industria, existen hoy y seguirán existiendo en el futuro. Segundo, cualquier desarrollo, incluido el turismo, genera efectos deseables y consecuencias indeseables, pero lo que  verdaderamente interesa es la relación entre costes y beneficios. Tercero, tanto los criterios de las plataformas favorable y desfavorable sobre los impactos como los planteamientos de la plataforma conciliadora sobre las formas de desarrollo constituyen visiones parciales o limitadas. Cuarto, si el turismo se plantea como algo completo o integrado, es decir, como un sistema para la adecuada comprensión de sus estructuras básicas y de sus funciones se configura un corpus de conocimiento sobre la materia y, al mismo tiempo, van surgiendo valiosos desarrollos de constructos teóricos sobre el fenómeno del que se ocupa una institución global y se transforma en un negocio que ya es una mega – industria.

 

Como consecuencia de las ideas, interrelaciones, procesos y asimilaciones expuestos, durante la última década del siglo XX aparece una cuarta postura, la llamada plataforma científica.

 

Esta última plataforma, formada sobre todo profesores y por investigadores universitarios, es en sí misma una verdadera aportación de naturaleza científica pocas relaciones o semejanzas con las tres plataformas anteriores. Gracias a un enfoque equilibrado consigue un corpus de conocimiento objetivamente configurado con puentes de conexión, que no ataduras, con otros enfoques. Es así como esta plataforma

 

·     estructura de un modo sistemático el estudio del turismo

·     le anexiona varios campos de investigación o disciplinas

·     determina su lugar en el amplio contexto multidisciplinario

    que lo genera y acomoda

·     examina sus funciones a nivel personal, sectorial, empresarial,

    gubernamental y sistémico

·     identifica los factores que lo influencian y que son

    influenciados por él

 

Todo lo cual quiere decir que la plataforma contribuye a un tratamiento holístico del turismo y no solo al estudio de sus impactos o formas. Su principal objetivo es la formación de un corpus de conocimiento científico del turismo.

 

Con un desarrollo como el expuesto, que sin duda pone de manifiesto que se trata de un proceso general y simultáneo, las primeras definiciones del turismo, generalmente basadas en la distancia, los motivos del viaje y el dinero gastado (que son los criterios manejados por la plataforma favorable), experimentan una continua transformación. La transformación que está teniendo lugar es la que lleva hacia definiciones  del turismo de naturaleza holística que incluyen, entre otras cosas, sistemas emisores y receptores de turistas y su interdependencia en el texto y el contexto total que los pone en funcionamiento.

 

Es aquí donde JJ incluye la definición más arriba transcrita. Y continúa:

 

Esta definición, e incluso otras más recientes, proceden de las nociones más antiguas, las que se proponen medir el flujo turístico o sus magnitudes económicas, y está formulada desde el punto de vista del sistema completo, incluyendo la economía solo como una de las dimensiones significativas que lo configuran. Esta orientación sistémica será la que sin duda se cultivará durante el siglo XXI, apoyada en otras definiciones revisadas y en el tratamiento holístico del turismo como objeto de investigación. En la actualidad, esta postura se encuentra en fase de consolidación lo que el trabajo de la plataforma científica conseguirá progresivamente.

 

Si antes JJ obvió las aportaciones al conocimiento del turismo que aparecieron hasta fines de los años treinta, ahora obvia las que tuvieron lugar entre los años cuarenta y los años setenta ya que, en su opinión, solo el desarrollo de la visión dinámica del turismo es digna de ser tenida en cuenta como verdadera aproximación científica al conocimiento del turismo. Las demás no cuentan. De un plumazo quedan silenciados los trabajos de los suizos Hunziker y Krapf y los de los italianos Troisi y Mariotti. La plataforma científica habría comenzado según JJ con las pioneras aportaciones del italiano Alberto Sessa entre otros en los años setenta y que fueron años más tarde imitadas en casi todas las universidades del mundo. Las aportaciones hechas desde la economía, la sociología, la geografía, la antropología y el marketing no serían más que meras aportaciones parciales y limitadas que solo combinadas en la visión holística de la dinámica de sistemas tendrían todo su sentido científico y muy poco o ninguno aisladamente consideradas.

 

A continuación se sigue exponiendo el pensamiento de JJ con el fin de evidenciar la exaltación programada del turismo que lleva a cabo en el trabajo de 2001 que se está analizando aquí. Las citas que siguen continúan desarrollando el contenido de la plataforma científica considerada como el estadio avanzado del proceso de cientificación del  turismo:

 

Las plataformas favorable, desfavorable y conciliadora consideradas en conjunto permiten darse cuenta del proceso de formación y evolución del pensamiento en materia de turismo. Pero, tras este esquema general, se encuentran los factores específicos (los catalizadores y los agentes de cambio) que han contribuido a esta evolución y al desarrollo del conocimiento del turismo. El estudio de este proceso de cientificación muestra que el turismo cuenta ya con casi todas las características y herramientas típicamente asociadas a las disciplinas científicas consolidadas.

 

Entre los catalizadores y los agentes de cambio JJ cita el turismo como disciplina universitaria, las revistas especializadas, las publicaciones de libros y monografías, los grupos de investigación académica, las instituciones mundiales y las asociaciones públicas y privadas como la OMT “que tanto aportan a la cientificación del turismo”, los seminarios y congresos y el vasto y creciente sistema de formación y educación, animado por la demanda de una verdadera multitud de estudiantes en todos lo países del mundo. No se incluyen citas de JJ sobre cada uno de estos aspectos pero sí su visión sobre la convencional multidisciplinariedad del conocimiento del turismo (tabla 3) ya que pone su reconocida autoridad al servicio de la consolidación de uno de los mitos mejor blindados en la materia, el cual se intensifica e intensifica con/a el oro mito igualmente blindado, la insistente visión convencional del turismo como industria multisectorial a la que más adelante se hará referencia.

Tabla 3. La multidisciplinariedad del estudio del turismo

 

Curso de turismo

Disciplina o Departamento Universitario

Gestión hotelera

Leyes turísticas

Gestión de centros de recreación

Marketing del Turismo

Un mundo sin fronteras

Motivaciones turísticas

Peregrinaciones y turismo

Sociología del turismo

Operación de empresas aéreas

Desarrollo y planificación del turismo

Turismo rural

Relaciones entre anfitriones y huéspedes

Gestión de inversiones hoteleras

Diseños en la Naturaleza

Economía del turismo

Turismo y educación

Geografía del turismo

Historia del turismo

Hospitalidad

Derecho

Ocio y recreación

Marketing

Ciencias políticas

Psicología

Religión

Sociología

Transporte

Planificación Urbana y Regional

Agronomía

Antropología

Ciencias empresariales

Ecología

Ciencias económicas

Ciencias de la educación

Geografía

Historia

 

Con la tabla 3 se intenta traducir un gráfico del texto original de forma circular simulando una gran margarita de dieciocho pétalos dobles con un botón central y dieciocho radios o pétalos con el nombre de los cursos impartidos en los centros de enseñanza (cerca del centro, en la tabla la columna de la izquierda)) y los nombres correspondientes de las disciplinas científicas en las que se sustenta el curso de referencia (en la tabla la columna de la derecha). El gráfico de JJ recuerda el utilizado por W. Hunziker y K. Krapf en 1942, de forma pentagonal, con el que los suizos ilustraron sesenta años antes lo mismo que JJ ofrece ahora como si se tratara de una aportación original, la inserción del turismo (como desplazamiento) en el sistema formado por la economía, la política, la sanidad, la técnica, la cultura y las cuestiones sociales y sus relaciones con dichos elementos. Como puede comprobarse, entre 1942 y 2001 el tiempo ha hecho fructificar “la importancia” del turismo, importancia que se puede medir: se ha pasado de seis referentes a dieciocho. Es decir, que lo que antes de mediados del siglo XX era ya una materia extremadamente compleja a principios del siglo XXI muestra una complejidad triplicada. No cabe duda de que el tiempo pasado no parece haber contribuido a resolver la complejidad del conocimiento del turismo sino que, al contrario, la ha aumentado a una tasa media del cinco por ciento anual. Sorprendentemente el crecimiento de la complejidad del conocimiento del turismo lleva tiempo siendo cuidadosamente silenciada, pero al ser desvelada ahora y aquí no sería de extrañar que, de ser debatida la afirmación, lo que está por ver, fuera considerada por los turisperitos como una consecuencia ineludible de la creciente complejidad del fenómeno. Nada hay que no sea útil para reforzar la resistible exaltación del turismo.

 

En todo caso, hay que reconocer que JJ lleva razón al afirmar que de lo que se trata no es de hablar de presumibles efectos positivos o negativos del turismo, como quieren las plataformas favorable u desfavorable, ni siquiera de formas de turismo, como plantean los miembros de la plataforma conciliadora. Lo que realmente importa dice JJ es hacer un estudio de rentabilidad comparando costes con beneficios. Magnífica propuesta, en efecto. Es el momento de recordar que el FME publicó en 1994 Turismo Rural Integrado, una fórmula innovadora basada en un desarrollo científico en el nº 121 de la revista española Estudios Turísticos, un trabajo que, como era de esperar, paso bastante inadvertido para los cátedros en la materia.

 

Pero aun hay más, y esta vez está directamente involucrado JJ, como editor en jefe de la revista Annals of Tourism Researcha. Los párrafos que siguen los he tomado de FME 1994). Ese mismo añode 1994, FME envió a dicha revista un artículo titulado Towards a Constructive Criticismo of the Economic Theory of Tourism. En marzo de 1995, el editor envío una carta al autor en la que le comunicaba que el coordinador de la evaluación, el francés experto en revistas turísticas René Baretje, le había remitido el informe de los tres evaluadores, (probablemente procedentes de las tres ciencias hegemónicas en el turismo: el marketing, la geografía y la sociología) los cuales habían tomado la decisión de no recomendar su publicación por su debilidad o flojeza en base a los siguientes criterios:

 

·     No tiene en cuenta las publicaciones de los años ochenta y noventa

·     El título no responde al contenido

·     No aclara que la teoría económica del turismo es, por definición,   orientada a la oferta y a la demanda

·     El método de investigación es irrealista

·     La mayor parte es de carácter histórico y se basa en aspectos anecdóticos

 

En consecuencia, el editor termina en su carta recomendando la revisión del trabajo o, en su caso, su reducción a cuatro páginas “para su posible publicación en la revista”, ya que esta publica no solo artículos largos (previa evaluación externa) sino, también, notas e informes sobre investigación, comentarios y reseñas de libros (no necesitados de evaluación externa)

 

El autor respondió agradeciendo al editor su amabilidad y haciendo los siguientes comentarios:

1) la investigación iniciada en 1988 aun no había terminado;

2) la adecuación del título al contenido es de escasa consideración;

3) no queda claro el sentido de la frase según la cual la economía del turismo está orientada, por definición, a la oferta y a la demanda. Si lo que quiere decir es que tiene doble orientación, invitaba a un debate para demostrar que el enfoque utilizado es de demanda siendo el de oferta aparente o derivado del primero;

4) los evaluadores no se percataron de que la investigación no se refiere al mundo de los hechos sino al mundo de las ideas;

5) la decisión de los evaluadores confirma una vez más la fuerza del paradigma establecido y su actitud dogmática.

 

La carta de respuesta terminaba con esta osada propuesta: ¿por qué someterse a la camisa de fuerza de los criterios de los evaluadores si estamos ante un trabajo que, aunque lleno de imperfecciones, lleva una fuerte carga de revulsivo que no vendría mal a las estancadas aguas en las que se mueve la comunidad de expertos (llamados) científicos en turismo?

 

Una copia de la carta fue enviada también al coordinador francés. Ninguna de las cartas tuvo respuesta. El artículo no fue obviamente publicado en Annals. El editor en jefe prefirió atenerse a un escrupuloso respeto a los criterios establecidos a costa de sacrificar los declarados objetivos de la revista: fomentar la investigación y la búsqueda de nuevas formas de conceptualización del turismo. Una vez más, de acuerdo con Ortega y Gasset, conviene distinguir entre ideas y creencias, también en el campo del turismo.

 

Aquí termina la cita de FME (1994). Como es sabido, las revistas especializadas, esos “factores” que según JJ tanto están colaborando en la “cientifización” del turismo, solo admiten los trabajos evaluados y aceptados por el llamado método “triple ciego”. Lo que tal vez se sepa menos es que hay aportaciones tan corrosivas de los planteamientos convencionales de la comunidad de turisperitos que a la que pertenecen los evaluadores que nunca serán aceptados. La caza y captura de los créditos que los turisperitos necesitan para seguir medrando en el escalafón de los centros de enseñanza y en el mercado internacional de expertos constituye un cerrojo de seguridad que cierra el camino a la crítica del paradigma apoyado por la ortodoxia cuyos cancerberos más ilustres son la OMT y la AIEST.

 

Resulta absolutamente entendible su decisión, pero no por ello es menos sorprendente que JJ, tal vez uno de los guardianes más celosos de la ortodoxia en materia de doctrina turística, se someta de un modo tan completo a las normas establecidas por la comunidad de expertos que él pastorea y que, al mismo tiempo, pueda pontificar tan engoladamente sobre el proceso de cientificación del turismo. El honesto cultivo de la ciencia, sea básica o aplicada, está radicalmente reñida con defensas blindadas como la suya de la ortodoxia. De nada sirven declaraciones triunfalistas como las que hace en JJ (2001, pp. 38 - 41) y se citan a continuación:

 

El futuro previsible

La exposición realizada sobre las cuatro plataformas, sus fuerzas transformadoras y catalizadoras, el texto y el contexto de esfuerzos y enfoques que están estructurando y configurando la formación y la educación son factores que facilita realizar visones retrospectivas del turismo tanto en la esfera de los conceptos como en el campo de la actividad, una visón que también puede ser combinada con una visión prospectiva gracias a los sólidos niveles que ha alcanzado el conocimiento y la actividad hacia nuevos horizontes tanto en la ciencia como en el desarrollo.

 

El turismo como disciplina académica

El proceso acumulativo de la construcción de un corpus científico del turismo – ladrillo a ladrillo, bloque a bloque – continuará en el futuro. Como en el pasado, las ciencias sociales contribuirán sustancialmente a su formación y consolidación. Otros campos relacionados con el estudio del turismo definirán y redefinirán las áreas comunes con el turismo. Teniendo en cuenta que estos campos se relacionan con diferentes fenómenos y que su estudio utiliza teorías y métodos de otras tantas disciplinas, el turismo asumirá una condición indudablemente multidisciplinaria en el mundo de la enseñanza. Por ello, las teorías y los métodos propios que aparezcan serán utilizados también por aquellas disciplinas que contribuyeron generosamente en el pasado al desarrollo del corpus científico del turismo. En el futuro la ciencia del turismo se aplicará cada vez más en las publicaciones y en las revistas especializadas en otras disciplinas para ilustrar teorías nacidas en sus propios dominios. Esto será así porque el turismo tiene una característica especial y única por ser un fenómeno que permite que la gente se ponga en contacto mutuo de un modo inmediato (gracias al mejor conocimiento que hoy se tiene sobre el lugar que ocupa en la sociedad y en la economía).

Por otra parte, los alumnos seguirán realizando numerosos trabajos sobre los antiguos y los nuevos elementos del turismo, pero no solo en los centros que lo ya tienen programado estos estudios sino también en otros que lo estudian de modo puntual, no programado.

 

En la actualidad, algunas asociaciones profesionales han creado grupos interesados en el turismo que cuentan con una estructura orgánica formal. Con el aumento de la importancia del turismo surgirán nuevas asociaciones profesionales que tenderán puentes hacia él y surgirán de nuevos grupos de interés turísticos relacionados con la antropología, la ecología, la economía, la historia, el ocio, el marketing, la gestión empresarial, las ciencias políticas, la psicología y otras ciencias (de nuevo las que ya se encuentran en esa línea). Con los nuevos grupos profesionales interesados en el turismo aumentará también el patrocinazgo de más seminarios y congresos. Es evidente que con tan gran afluencia de medios el conocimiento del turismo avanzará y con él su carácter multidisciplinario.

 

Con esta y otras  conquistas por venir y con el sostenido crecimiento de la oferta de empleo en el turismo, las universidades seguirán aumentando la oferta de títulos medios y superiores en este campo. La implantación del grado de doctor en turismo atraerá la atención incluso de las más prestigiosas universidades hacia esta disciplina. Muchas de ellas ofrecerán sus programas de estudio de turismo en los actuales departamentos o escuelas y en los departamentos dedicados a ocio y recreación, los cuales prestarán al turismo una atención creciente en aras de la eventual integración. Otros departamentos universitarios, como los dedicados a las ciencias sociales, que fueron los primeros que impartieron cursos de turismo, ofrecieron al principio cursos elementales y posteriormente también cursos de grado medio y superior, lo que pudo deberse, por un lado, a una cierta incapacidad para atraer un número suficiente de estudiantes para los cursos superiores, y, por otro, a la falta de conexión e interés de los centros con y por el turismo.

 

Nuevas universidades abrirán en el futuro escuelas o centros de turismo autónomos. Sus mallas curriculares incluirán titulaciones básicas de turismo con opciones en especialidades como gestión hotelera, marketing,  planificación y desarrollo, administración pública, turismo en países en vías de desarrollo y turismo internacional, por solo citar algunas de ellas.

 

El desarrollo vertical y horizontal del tratamiento científico impondrá a las facultades de turismo la necesidad de utilizar regularmente el corpus de conocimientos existente para contribuir productivamente a su crecimiento. Esta perspectiva es ya una realidad en todas las disciplinas consolidadas y el turismo no será una excepción. De hecho, este criterio poco publicitado u olvidado en el turismo adquirirá una posición más prominente entre las facultades universitarias lo que redundará en la conservación, en la promoción y en la adopción de decisiones.

 

Algunas universidades han incluido ya el turismo en sus cátedras de hospitalidad.  Los avances científicos y los futuros desarrollos de la industria aumentarán las posibilidades de creación de nuevas cátedras de turismo  en muchos países, desarrollados o no. Como en el pasado, algunas de las nuevas cátedras se crearán  sobre todo con la ayuda de diferentes sectores de la industria.

 

Además, como los campos científicos aumentan y como el turismo será aun más reconocido como fenómeno socioeconómico, las instituciones patrocinadoras considerarán favorablemente las propuestas que se harán en el sentido de que presten más apoyos en favor del estudio del turismo, lo que supondrá un cambio notable con respecto a la situación actual. Este cambio se dará tanto con respecto a la demanda de fondos para ponencias y conferencias y para proyectos de investigación independientes. Tan favorable desarrollo seguir a creciendo gracias al establecimiento de prestigiosos premios para reconocer los resultados de la investigación universitaria en este campo. Estas mejoras llevarán al estudio del turismo a alcanzar una nueva cumbre siguiendo así el camino emprendido hace tiempo por los campos científicos consolidados.

 

En estas citas se comprueba con claridad como JJ sigue manteniendo el canto a las excelencias del turismo visto como un cuerpo de conocimiento incuestionadamente multidisciplinar que, partiendo de un conjunto de modestas formulaciones hechas por empresarios y basadas en la experiencia en los negocios y en observaciones puntuales y accidentales sobre el comportamiento de la clientela (los turistas) y los resultados de las inversiones ha ido conquistando un nivel científico de un modo lineal ascendente y sin tropiezos. Recuérdese la campaña que no hace mucho emprendieron los turisperitos españoles basada en que la inclusión de los estudios del turismo en la Universidad era obligada en reconocimiento oficial y social de su importancia creciente importancia y que de ello dependía que siguiera mejorando el conocimiento del complejo fenómeno.

 

Desde hace algunos años es ya una realidad plena la asunción del turismo por las universidades españolas como ya o era desde hace muchos más en muchos países del mundo. Nada ha cambiado en el panorama de la enseñanza y de la investigación con el cambio. Todo sigue igual, desde el enfoque empleado hasta el modelo convencional desde el que se conceptualiza el llamado fenómeno, desde los planes de estudio al profesorado y los libros de texto. Se habla de la necesidad de nuevos enfoques y tratamientos pero al mismo tiempo se obstaculiza el que se difundan negándoles tanto el apoyo de los llamados grupos de interés (OMT, WTTC, AIEST, EXCELTUR, etc.) como el merecimiento del imprescindible debate para hacer realidad lo que se pregona.

 

Visto el panorama que se viene describiendo aquí, ninguna propuesta que no reconozca la multidisciplinariedad del conocimiento del turismo tiene posibilidades de medrar. Es lo que viene aconteciendo con la propuesta del autor de este trabajo, consistente como es sabido en una visión del turismo como una actividad productiva específica e identificada objetivamente al margen de quienes sean los consumidores de sus ouputs, ni más ni menos que como se hace en todas las actividades productivas. La propuesta no prosperará mientras que se siga creyendo que el turismo necesita beneficiarse de una especie de tratamiento tuitivo en todos los órdenes, desde el fiscal al laboral, desde el científico al formativo. Romper las múltiples capas de blindaje que la resistible exaltación del turismo ha venido creando durante un siglo no será tarea fácil pero no hay que darla por imposible.

 

La perenne necesidad de criticar

Junto a la perenne necesidad de conocer y saber se encuentra otra necesidad tan perenne como ella y de la que no es posible desgajarla, la necesidad de criticar. El avance del conocimiento depende del ejercicio de la crítica perenne y sin desmayo. Siempre que ha habido algún obstáculo al ejercicio de la crítica constructiva se ha producido un estancamiento en el conocimiento. El recuerdo de la elevación a dogma secular de la física aristotélica paralizó el conocimiento del Universo durante muchos siglos. Copérnico propuso un nuevo enfoque para el estudio del cosmos pero los poderes establecidos impidieron su debate durante cerca de dos siglos. Tuvo que venir Isaac Newton ya a fines del siglo XVIII para que las nuevas circunstancias se comportaran como caldo de cultivo favorable a la superación de la física de Aristóteles, algo que pudo acontecer en el siglo III con la física de Aristarco de Samos. Se habrían evitado más de veinte siglos de estancamiento.

El segundo gran avance de la física se produjo en poco más de un siglo ya que Einstein la revolución hace ahora un siglo. Y poco después volvió a ser revolucionada con las aportaciones de Bohr. La humanidad ha ido aceptando la imagen cambiante del Universo gracias a la crítica inmisericorde a la que los físicos someten las teorías de sus predecesores. En los demás campos sucede lo mismo: en economía, en biología, en matemáticas. En todos los campos menos en el del turismo. El férreo sistema encargado de su exaltación sigue en vigor, y lo seguirá estando hasta que los mismos científicos que lo estudian decidan desprenderse del tutelaje que le prestan los llamados grupos de interés, lo que quiere decir eso, que tienen interés en la protección de sus intereses de grupo. Mientras que no se imponga una investigación independiente de estos grupos interesados en la ambigüedad, que los mismos científicos han colaborado a asentar en el estudio del turismo, el proceso de exaltación seguirá su camino.

 

El camino que insiste en la dificultad de que alguna vez se consiga conocer lo que es turismo en su integridad y la totalidad de las leyes que lo explican porque se trata de una realidad fenoménica de una complejidad excepcional que lo impide. De ahí la creencia de que nunca será suficiente recurrir a una sola ciencia porque hay que llegar a un conocimiento de tipo holístico (JJ dixit) que solo podrá alcanzarse con el concurso de todas las ciencias sociales y, por si fuera poco, también de las biológicas, introducidas al socaire de los criterios de sostenibilidad a tener en cuenta como consecuencia de las propuestas de la que JJ llama plataforma conciliadora.

 

JJ (2000, 2001) no alude en absoluto ni en estos ni en otros trabajos suyos a la abrumadora cantidad de estudios de turismo de ínfima calidad que se producen en todos los países y entonos los idiomas. Parece que le basta que sean de turismo para aceptarlos como aportaciones y como demostración de la importancia creciente del turismo. Lo mismo puede decirse de los planes de estudio de los cursos de turismo que se imparten en la mayor parte de las universidades que los imparten. Se comprende que cada vez más directivos de las llamadas empresas turísticas se quejen de la formación con la que les llegan los egresados cuyos servicios contratan. Suelen saber mucha geografía, algo de historia del arte, varios idiomas, bastante marketing, y más bien poco de economía, contabilidad, derecho mercantil y dirección de empresas.

 

A continuación se incluyen algunas citas que pueden servir para insistir en la idea de la falta de calidad que a veces se advierte en las publicaciones sobre turismo. Para empezar, se citan frases de la introducción editorial al número monográfico de la revista Papeles de Economía Española dedicado al turismo considerado como un sector estratégico de la economía española y del mundo. Como el editor del número es el catedrático de la Universidad de Valencia Ezequiel Uriel, los textos citados son presumiblemente de su autoría. Pasen, vean y comprueben como se practica la exaltación del turismo.

 

Las sociedades avanzadas han situado al turismo en un lugar preferente entre las opciones desplegadas por los ciudadanos para pasar su tiempo libre. Las motivaciones que inducen estas prácticas son el ocio, el descanso, la cultura, la religión y las prácticas deportivas, a lo que hay que añadir los viajes asociados a negocios y las visitas a familiares entre otras numerosas razones. El la última década, la cifra de desplazamientos asociados al turismo en sentido amplio, se ha expandido de forma espectacular, llegando la Organización Mundial del Turismo a estimar un total de setecientos millones de llegadas internacionales en 2003. Las previsiones señalan que se podrían llegar a duplicar estos registros dentro de quince años.

 

El espectro de las posibilidades turísticas se viene ampliando progresivamente. Junto a los destinos tradicionales y plenamente consolidados s vienen abriendo paso nuevas opciones de disfrute vacacional e localizaciones menos conocidas, pero que ganan terreno a gran velocidad gracias a una competencia basada en precios competitivos (sic)

 

El editorialista sigue insistiendo en la idea de la paulatina generalización de las vacaciones, si percatarse de que situó al lector en el turismo como viajes de todo tipo al turismo como viajes de vacaciones. Y sigue diciendo:

 

El turismo es un sector transversal, donde conviven  (sic) un nutrido y diferenciado conjunto de servicios y negocios de muy diversa índole y con estrategias dispares. Junto a los servicios de hotelería y agencias de viajes, que vendrían a representar el núcleo clásico de especialización (sic) turística, se encuentra una miscelánea de empresas que, con divergente nivel de participación obtienen parte de su cifra de negocios por el desarrollo de actividades demandadas por los turistas. Tal es el caso de la restauración, el transporte, los servicios relacionados con el ocio, las empresas deportivas, e incluso el sector comercial y la construcción.

 

La relevancia asociada a los servicios turísticos, su complejidad intersectorial y su fuerte implicación con el territorio son razones para estimular la realización de estudios e investigaciones (…) en las que se trata de profundizar en la economía del turismo.

 

Algo debe decirse aquí sobre la tan traída y llevada transversalidad del turismo. El autor creyó en su día que con este término se aludía a un corte horizontal, en línea recta, practicado en el sistema productivo, ya que este tipo de corte tiene sentido económicamente hablando por contraste con un corte también en línea recta pero en sentido vertical. Pero no, estaba equivocado. El uso del término transversal obedece a una nueva ambigüedad calculada entre tantas como se pueden econtrar. Transversal parece la traducción del inglés “cross-section”, pero en español, un corte trasversal alude a una sección en línea oblicua. Según el DRAE transversal significa “que se desvía de la dirección principal o recta” porque viene de transverso y, a su vez, transverso de través, “inclinación o torcimiento de una cosa hacia un lado” según el DRAE.

 

Se comprende, por tanto, que los turisperitos no admitan la propuesta que viene el autor desde 1988 en el sentido de que el turismo viene siendo conceptuado desde el lado de la demanda, y que esta es una visión que conduce inexorablemente a considerar que el turismo como actividad económica es la suma de todos las actividades productivas del sistema económico. Este diagnóstico no será nunca admitido por quienes participan en la exaltación del turismo puesto que implica eliminarlo como tal actividad identificada desde el  momento en que turismo sería un conjunto cualitativamente idéntico a noturismo.

 

Luego, si la verticalidad queda excluida de la concepción del turismo porque llevaría a verlo como una “única” actividad productiva tan objetivamente identificada como las demás, y también se excluye la horizontalidad, solo queda una alternativa, establecer que la visión canónica es la transversal, es decir, la que configura un conjunto de sectores por medio de una línea de corte oblicua, la que sigue no una línea recta sino quebrada, con cambios de dirección convencionalmente dirigidos de forma que pase obligatoriamente por las actividades productivas previamente consensuadas.

 

No debe extrañar por tanto que el editorialista de Turismo, los retos de un sectorestratégico  se vea obligado a reconocer que

 

la delimitación de lo turístico contiene, en sí mismo, parte de la dificultad analítica de esta actividad. Pues, más allá de las posiciones minimalistas, que reducen el turismo a los estrictamente por empresas  inequívocamente turísticas (hoteles, campings, touroperadores o agencias de viajes), se encuentran las maximalistas, que catalogan como totalmente turísticas a actividades que en puridad tan solo lo son parcialmente, como los restaurantes, con lo que es fácil comprender cómo se amplían de forma sustancial los límites de la economía turística.

 

Basta esta cita para lanzar una enmienda a la totalidad del corpus de pensamiento convencionalmente cultivado por los turisperitos, incluso por los más prestigiosos. Se impone una serie de preguntas: ¿Cómo es posible que se reconozca que existen dificultades analíticas y no se intente subsanarlas? ¿Son inevitables esas dificultades? ¿Conoce alguna propuesta con cerca de veinte años de antigüedad que podría resolverla? ¿Cuáles son las actividades que se consideraron turísticas cuando se hicieron las estimaciones que hacen del turismo la primera industria de países como España y hasta del mundo? ¿Qué criterios se han tenido en cuenta para hacer la estimación? ¿Cómo se han valorado los diferentes sumandos de la cuenta? Sí, es cierto, ahí está la enésima fórmula de contabilización arbitrada, la llamada Cuenta Satélite del Turismo, pero ¿no se le podría aplicar a la “inventio” el dicho de Flores de Lemus de que no tiene sentido pesar leña con balanza de precisión? La serie de preguntas va dirigida a los miembros de la AIEST, a los funcionarios de la OMT, a los turisperitos aquí citados, JJ y Uriel, y a los que se sientan aludidos. Pero lo más probable es que no contestará ninguno, sencilla y llanamente porque están indudablemente involucrados en la programada, financiada y mundialmente apoyada exaltación del turismo. Una exaltación que, como la ascensión de Arturo Ui (peronaje de ficción que es el trasunto del nazismo para Bertold Brecha, el autor de la obra de teatro “La resistible ascensión de Arturo UI”) es perfectamente resistible. Contra ella deben los investigadores honestos poner todas sus energías para vencerla cuanto antes aunque solo sea por estas dos razones básicas:

·        por un verdadero amor a la ciencia y a sus métodos de rigor

·        y por respeto a la correcta y racional asignación de los recursos escasos

Todo economista que se sienta como tal, es decir, científico y defensor del principio de economicidad, está deontológicamente obligado a evitar que se siga practicando la exaltación del turismo que se viene practicando desde hace un siglo utilizando torticeramente el prestigio de la ciencia.

Un patronato de turismo ha propuesto un decálogo propagandístico que debe ser citado por cuanto recoge perfectamente una de las numerosas formas de exaltación del turismo. Se ve que es marketing en estado puro pero no sería extraño ver sus expresiones en los libros sobre turismo.

 

1.     El turismo es la fuente principal de riqueza de XXX. Es labor de todos preservarlo, cuidarlo y promoverlo. En éxito de XXX es la suma de todos y cada uno de nostros.

2.     XXX es hospitalario. Tratemos bien al turista, démosle lo mejor de nosotros mismos.

3.     XXX es único, su paisaje es excepcional. El cuidado del paisaje y de nuestro entorno es fundamental para mantener el atractivo de XXX. Todos debemos implicarnos en el cuidado de nuestras playas, campos, entornos urbanos y rústicos, de nuestros jardines y fachadas, para nuestro bienestar y el de nuestros visitantes.

4.     Cada rincón de XXX forma parte de un gran parque temático. Trabajemos para que nuestros visitantes la conozcan, la descubran… Así participaremos todos del turismo.

5.     Nuestra identidad nos hace únicos, nos distingue y nos da personalidad como pueblo y como destino turístico. La incorporación de nuestra identidad a nuestro quehacer y a los servicios que prestamos nos hace diferentes y atractivos.

6.     Apostemos por la formación. La profesionalidad nos ayuda a adaptarnos a las exigencias del mercado turístico. La formación es la única manera de hacer de los habitantes de XXX los mejores profesionales del turismo.

7.     Los empresarios de XXX deben ofrecer un producto turístico diferente y de calidad, como única vía para satisfacer y fidelizar a nuestra demanda. La satisfacción del cliente debe ser el objetivo.

8.     XXX es nuestra única marca turística. Todos los agentes turísticos, tanto públicos como privados, deben unir sus acciones de promoción exterior y hacer los esfuerzos necesarios para fomentar la difusión y el conocimiento de nuestro país de manera conjunta.

9.     Los servicios e inafraestructuras públicas son una parte esencial de nuestro producto turístico. Por ello, las Administraciones priorizarán sus actuaciones para garantizar que sean eficientes y excelentes.

10. El cuidado del turismo es una garantía para el futuro de XXX

 

XXX, TURISMO SÍ

 

Muchos textos de turismo tiene al autor leídos y a muchos congresos y seminarios ha asistido pero tiene que confesar que nunca encontró un resumen más completo de ese conocimiento del turismo que, al decir de JJ viene experimentando un claro proceso de cientificación y que en el futuro continuará sin desfallecer hasta convertirse en la ciencia de mayor prestigio de la Academia Universal.

 

Para terminar parece que viene a la medida una cita del premio Nobel de economía Joseph E. Stiglitz, extraída del artículo publicado el 22 de abril de 2005 en el diario El País, en la que ironiza sobre la, a su juicio, escasa creencia del presidente Busch en la democracia rectamente entendida. No creo que el lector necesite que haya que parafrasearla para que se entienda que se puede aplicar literalmente a quienes participan de la oportunista y anticientífica exaltación del turismo en beneficio de unos intereses que son sin duda legítimos, sí,  pero también que deben quedar subordinados a los intereses de la ciencia y de la sociedad.

 

El gobierno de Busch ha convertido la expansión de la democracia en el centro de su política exterior. La cuestión si es eso realmente lo que Busch quiere, y si verdaderamente sabe lo que significa la democracia.

Hay, en un sentido más básico un asomo de hipocresía.

Aparte de las elecciones, los ciudadanos solo pueden controlar de manera efectiva al gobierno si están bien informados. Por eso es tan importante que conozcan las leyes.

Mi investigación se ha concentrado en las consecuencias que las asimetrías de la información tienen sobre el funcionamiento de la economía. Pero una falta de información precisa tiene consecuencias igualmente grandes (Joseph E. Stiglitz: La democracia empieza por el país de uno. El País, 23/04/05)

 

Con estas sugerencias quiere despedirse de sus lectores este viejo y desconocido estudioso de la economía del turismo que, entre julio de 2005 y junio de 2005, ha cubierto un año de publicaciones en esta Web, al servicio de su visión del turismo desde la microeconomía, una visión que  está necesitada de ser debatida en profundidad. La visión microeconómica puede quedar enriquecida con el concurso de todas las demás ciencias, pero siempre que ello no comporte desviarse de la economía, una ciencia que tantos denuestos y desprecios inmerecidos recibe por parte de los turisperitos de turno y que, sin embargo tanto tiene que decir en beneficio del conocimiento del turismo y de su gestión al servicio de los anfitriones y de los huéspedes

 

Como tantas veces ha dejado dicho en sus conferencias, mucho es lo que este investigador ha aprendido de sus oyentes durante los coloquios seguidos al terminar sus exposiciones. Por tantas enseñanzas recibidas les expresa su más sincero agradecimiento, extensivo por supuesto a sus lectores. A todos los emplaza para que pongan todo su empeño en acabar con la resistible exaltación del turismo, no para condenarlo, todo lo contrario, sino para cultivarlo con modestia, dedicación y honestidad al servicio de la sociedad a la que se deben.


Bibliografía citada

Francisco Muñoz de Escalona:

·        1991: Crítica de la economía turística, enfoque de oferta versus enfoque de demanda. (www.eumed.net: Tesis doctorales)

·        1994: Turismo Rural Integrad, una fórmula económica basada en un desarrollo científico. Estudios Turísticos, nº 121

·        2003: El turismo explicado con claridad. (www.librosenred.com)

·        2004: El turismo como objeto de conocimiento (www.eumed.net/ce noviembre)

·        2005: Teoría y práctica de la sostenibilidad en el turismo (www.eumed.net/ce abril


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Francisco Muñoz de Escalona "La resistible exaltación del turismo”. Análisis de un caso paradigmático"  en Contribuciones a la Economía, mayo 2005. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/