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"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

Trayectorias Tecnológicas y Organizacionales en el viejo y en el nuevo Paradigma Tecno–Productivo
 

Dr. Fernando Julio Piñero *
ferpiner@fch.unicen.edu.ar


Msc. Sergio Gustavo Gutierrez **

 

Resumen:

En el presente trabajo se propone la idea de “Revolución informacional” para designar a un conjunto de cambios que acontecieron durante las dos últimas décadas del siglo XX, vinculados a la aplicación de los conocimientos y la información en la búsqueda de generar nuevos conocimientos y dispositivos de procesamiento/ comunicación de la información.

Una de las características centrales de nuestra época se ha dado en la transición del modo de desarrollo industrial, a otro al que se denomina informacional. Se lo llama así, ya que son las tecnologías de la información las que simbolizan mejor que otras tecnologías el contexto tecno-productivo, organizacional y cultural de nuestro tiempo. Quizás los cambios más recientes y que más claramente expresan el pasaje de un modo a otro puedan ser representados a partir de la crisis del patrón de acumulación fordista-Keynesiano.

 

Palabras Claves: 

Revolucion informacional/Modo de desarrollo/Trayectorias tecnológicas y organizacionales

 

Technological and Organizational trajectories in the old and in the new techno-productive paradigm.

Abstract

The present work analyze the idea of  the “Informational Revolution”. This concept will be used to identified a couple of changes which took place in the last decades of the twentieth century. These changes are conected with the knowledge and information in the aim of generating a new wisdom and devices of processing/ comunication of the information.

Nowadays, one of the central features is the transition from a particular way of development, the industrial development, to another way of development: the informational. The latter is related with the fact that in the present the informatics technologies represented the techno-productive, organizational and cultural context. Maybe, the change most related with the transition from one model to the other is the crisis of the Fordist-keynesian model.

 

Keywords:

Informational Revolution/Development model/Technological and organizational trajectories

 

Introducción.

Este artículo parte del reconocimiento que, desde mediados de la década del setenta, el capitalismo se encuentra atravesando una fase de transición hacia un nuevo modo de desarrollo: el informacional. En ese sentido, nos proponemos analizar algunos rasgos característicos de ese nuevo estadio, focalizando en las características centrales del nuevo modelo de organización de la producción.

También son presentadas, en forma estilizada, varios de los rasgos centrales del nuevo paradigma tecno-productivo y su significado en cuanto al fortalecimiento del capitalismo global. Finalmente, se presentan algunos de los desafíos relacionados con la competitividad y productividad de los países.

En este artículo proponemos el concepto de "Revolución informacional" para designar un conjunto de cambios, ocurridos en las dos últimas décadas del siglo XX, vinculados a la aplicación de los conocimientos y la información para la generación de nuevos conocimientos y dispositivos de procesamiento/ comunicación de la información.

Por qué informacional? Por que son las tecnologías de la información las que simbolizan mejor que otras tecnologías el contexto tecno-productivo, organizacional y cultural de nuestro tiempo. Las tecnologías de la información dejan de ser un grupo de máquinas y se transforman en un modo de vivir la realidad de la misma manera que la máquina a vapor no sólo surgió de un determinado contexto social, sino que además contribuyó a configurar ese contexto (Castells, 1999).

En ese sentido sostenemos que una de las características centrales de nuestra época se da en la transición del modo de desarrollo industrial, a otro al que denominaremos informacional.

El modo industrial de desarrollo, caracterizado por la hegemonía de la gran industria no ha desaparecido, continuará existiendo por mucho tiempo, pero coexistiendo, a la vez que penetrado por las tecnologías de la información[1].

Los contenidos sociales y culturales del modo de desarrollo industrial tampoco estuvieron previstos de antemano. Tal modo de desarrollo ha funcionado historicamente en el marco de relaciones democráticas, fascistas y stalinistas. También dentro del denominado Estado de bienestar. Quizás los cambios más recientes y que más claramente expresan la transición del modo de desarrollo industrial para el informacional puedan ser expresados a partir de la crisis y agotamiento del patrón de acumulación fordista-Keynesiano.

 

El modo de desarrollo Industrial Fordista- Keynesiano

El fordismo, en cuanto organización del trabajo a partir de la cadena de producción es la superación del taylorismo (Moraes Neto, 1989). Si bien Henry Ford toma lo esencial del taylorismo lo supera en cuanto a su visión. Como señala Harvey lo que había de especial en H. Ford era:

“el reconocimiento explícito de que producción en masa significaba consumo en masa, de un nuevo sistema de reproducción de la fuerza de trabajo, de una nueva política de control y gerencia del trabajo, una nueva estética y una nueva psicología, en suma, un nuevo tipo de sociedad democrática, racionalizada, modernista y populista." (Harvey, 1999, p. 120)

En lo que se refiere al proceso de producción:

a) el fordismo supera al taylorismo siguiendo dos principios complementarios. El primero es la integración de los diferentes segmentos del proceso de trabajo mediante un sistema de guías y medios de mantenimiento que permiten el desplazamiento de las materias primas en proceso de transformación y su conducción ante las máquinas-herramienta.

b) la asignación de los puestos de trabajo en función de la configuración del sistema de máquinas. Este principio provoca, en el obrero, la pérdida de control del ritmo de trabajo, sometiendo a los operarios a la uniformidad del movimiento de las máquinas. (Aglietta, 1991)

Asimismo estos principios posibilitan la simplificación creciente de los trabajos mediante la fragmentación de los ciclos de movimientos, llegándose a situaciones en las cuales los operarios solamente realizan movimientos extremadamente simples y rutinarios.[2]

Desde mediados de la década del sesenta comienzan a manifestarse las primeras señales de crisis en el núcleo central del fordismo. Las más evidentes se dan a partir de la intensificación los conflictos operarios que ponen en tela de juicio las condiciones propias de la intensificación del trabajo y de la división de las tareas. Desde el punto de vista de la clase empresarial, estos conflictos marcan los límites de la explotación del trabajo.

Los límites de la organización del trabajo se vieron mediatizados, durante un largo período, por la acción del Estado. Así, las políticas Keynesianas implementadas para superar la crisis del `29 se constituiran en el ambiente ideal para la consolidación del fordismo como modo de regulación de todas las relaciones sociales.

 

El auge y caída del modelo

La unión del fordismo con el Keynesianismo adquiere especial suceso después de 1945 y constituye la base de un largo período de expansión que se mantuvo hasta 1973 (crisis del petróleo). Durante éstos "treinta años gloriosos", el capitalismo en los países avanzados consiguió sostener fuertes tasas de crecimiento económico, acompañadas de una elevación de los niveles de vida de la sociedad en su conjunto.

En el caso de algunas industrias de producción en masa de los Estados Unidos, el poder sindical se vió acrecentado en su capacidad de negociación colectiva frente a demandas de mejores condiciones de tabajo, a la vez que permitió conquistar un importante poder de negociación frente a cuestiones referidas a la seguridad social, salario mínimo y otras políticas sociales. No obstante, ello se dió a cambio de que la fuerza de trabajo adoptase una actitud cooperativa en cuanto a las técnicas fordistas de producción y a las estratégias corporativas destinadas a aumentar la productividad.

En cuanto a los ajustes que el capital corporativo debió realizar para garantizar los caminos de la lucratividad, están vinculados al compromiso corporativo con procesos estables y vigorosos de cambio tecnológico, a fuertes inversiones en capital fijo, a mejoras en las tecnologías de proceso y a la promoción de economías de escala mediante la padronización de la producción.

El otro vértice sobre el cual se asienta el proceso de crecimiento capitalista, es el Estado, que mediante una combinación de políticas fiscales y monetarias se esforzaba por controlar los ciclos económicos. Las políticas estatales, durante éste período, estuvieron destinadas a garantizar el crecimiento de la producción y del consumo en masa como así también a garantizar un empleo relativamente alto.

Esto se vió reflejado en políticas públicas sectoriales tales como infraestructura pública, gastos en seguridad social, salud, educación y vivienda. Estas formas de intevención estatal, que varían un país a otro, permiten conciliar un crecimiento económico estable con un mejoramiento de las condiciones materiales de vida de la población.

El proceso de diferenciación social, entre incluídos/excluídos, del nuevo tipo de sociedad de consumo en masa, desencadenó fuertes tensiones sociales que muchas veces se manifestaron como reivindicaciones raciales, de género o de origen étnico. Tal es el caso de los Estados Unidos, en donde los movimientos sociales por los derechos civiles adquieren un carácter cuasi-revolucionario[3].

Si bien, este proceso de diferenciación social hasta podría considerarse funcional para la reproducción del fordismo, en tanto permitía recurrir a formas de subcontratación precarias para ganar competitividad, también generaba serios inconvenientes.

La incapacidad del modo de desarrollo fordista-Keynesiano de generalizar los beneficios de la producción en masa, provocó un nivel de insatisfacción que comenzó a erosionar la base de legitimación del Estado. En efecto, el Estado no consiguió garantizar, en gran escala, el acceso a servicios médicos y educacionales, ni tampoco a los habitacionales. Las condiciones para la realización de los objetivos asistenciales estaban condicionadas a la contínua aceleración de la productividad del trabajo en el sector corporativo. Además, ésta era una condición indispensable para la viabilidad fiscal del Estado fordista-Keynesiano.

A pesar de todas las tensiones descriptas, el modo de desarrollo fordista-Keynesiano conseguirá sostenerse intacto por lo menos hasta la crisis de 1973, cuando el proceso de transición hacia el modo de desarrollo informacional comienza a acelerarse.

 

La Transición hacia un nuevo modelo de Organización de la Producción.

De la rigidez a la flexibilidad.

El fordismo, desde mediados de la decada del sesenta, comienza a presentar señales de agotamiento que se traslucen en la desaceleración del crecimiento de la productividad. Esto conducirá a una crisis de lucratividad a partir de mediados de dicha década.

Diversos factores fueron conducentes a la caída de la productividad y lucratividad:

a) la transformación cualitativa en el sistema internacional. La recuperación de Japón y Europa occidental, especialmente de Francia y Alemania Occidental, posibilitó que estos países alcanzaran niveles de productividad similares a los de Estados Unidos, a punto tal que los costos salariales dejaron de ser favorables a la competitividad norteamericana (Lipietz, 1998).

b)       la erosión de la hegemonía estadounidense. La pérdida relativa de competitividad de la economía del país del norte desencadenó problemas fiscales que fueron resueltos a traves de la emisión monetaria. Esto significó el comienzo de una nueva “era inflacionaria” y la consecuente pérdida de confianza en el dólar como moneda-reserva internacional estable (Gilpin, 1990). Simultáneamente, la creación del mercado de Eurodólares se constituirá en una clara señal de la pérdida de la capacidad de regulación del mercado financiero internacional por parte de los Estados Unidos.

c)      Finalmente, las políticas de industrialización a traves de la sustitución de importaciones y la presencia cada vez mayor de multinacionales en el Tercer Mundo provocará un proceso de industrialización fordista periférico, que basará su competitividad en la precarización del trabajo (Harvey, 1999).

En síntesis, todos los factores mencionados anteriormente desencadenaron un marcado aumento de la competencia internacional, que debilitará la hegemonía norteamericana, a punto tal de hacer caer el sistema de Bretton Woods (Gilpin, 1990). La caída final del modelo fordista-Keynesiano será motivada, principalmente, por dos factores convergentes:

a)  La expansión financiera, originada en las políticas monetarias de Estados Unidos que generaron la crisis del sistema de cambio Fijo, que provocaron el surgimiento de mercados financieros offshore los cuales colaboraron al fortalecimiento del dólar como moneda global. A estos mercados concurrieron las grandes multinacionales, lo que generó una liquidez mayor de la que podían reciclar con seguridad, despertando una “feroz” competencia interbancaria por colocar el dinero en condiciones más "blandas" que las normales.  Muchos países del Tercer Mundo tomaron estos créditos que, en pocos años y ante grandes cambios en el contexto internacional, generarán las grandes  crisis de endeudamiento.

b)  El otro factor que contribuyó a la crisis del modelo es el  aumento del precio del petróleo. Cuando en 1973, la OPEP, cuadruplicó el precio del petróleo profundizó, aún más, la crisis de lucratividad del modo de desarrollo fordista-Keynesiano (Arrighi, 1996).

La crisis inauguró un período de reestructuración, racionalización y cambio tecnológico que se ha conocido como lucha contra la rigidez. Esta se objetivó en varias dimensiones: en los mercados, en los contratos de trabajo, en las nuevas inversiones de capital fijo y por lo tanto en la producción, y tambien  rigidez en el plano estatal.

Lo anteriormente descripto constituirá el escenario propicio para el surgimiento de nuevas formas de organización de las fuerzas productivas.

 

Las nuevas formas tecno-organizacionales.

La aparición de un nuevo modelo de producción se encuentra estrechamente relacionada a las nuevas formas tecnológicas y organizacionales.

Las más representativas, y que conducirán al desarrollo del modo informacional son: la especialización flexible  y la flexibilidad dinámica.

Especialización Flexible.

 Este desarrollo depende en forma importante de las nuevas tecnologías de la información. La utilización intensiva de máquinaria y herramientas controladas automáticamente permite la elaboración de bienes en pequeña escala, a la vez que tornan posible la adaptación de la producción a los cambios repentinos de la demanda.

La utilización de máquinas-herramienta universales (general-purpose machines) posibilita la fabricación de nuevos productos evitando reajustes lentos y caros.

Los nuevos productos serán entonces el resultado de cambios relativamente sencillos en los programas controlados por computadoras que comandan a las máquinas  y herramientas.

La producción es adaptada permanentemente a las necesidades y gustos del mercado, en un estado de cambio constante. Al mismo tiempo y debido a las exigencias del mercado y al acortamiento de los tiempos de producción es posible observar que la producción flexible no requiere de grandes establecimientos fabriles ni puede depender de trabajadores sin especialización.  Este tipo de modelo sostiene flexibilidad tanto de la máquina como del operador.

La expecialización flexible beneficia a las pequeñas y medianas empresas, aunque tambien es posible adoptar tales estrategias en las grandes empresas. Un ejemplo de ello es IBM, con el desarrollo de su modelo IBM 360 (Coriat, 1996; Piore y Sabel, 1984).

Por otro lado, este tipo de modelo valoriza las habilidades artesanales y fomenta la cooperación entre los distintos operarios de la firma. Por ejemplo, el caso de los distritos industriales italianos, cuya característica principal es la descentralización productiva y la integración social.

La colaboración permanente entre operarios, ingenieros, proyectistas y empresarios permite desarrollar un ambiente adecuado para la creación de nuevos productos o la búsqueda de nuevos mercados (Kumar, 1997).

 

Flexibilidad Dinámica

Este concepto se refiere a la preparación de líneas de producción que sean capaces de evolucionar rápidamente ante los cambios de la ingeniería de productos o procesos. El objetivo de esto es la reducción de los costos y por ende, el aumento de la productividad. De acuerdo con Coriat (1996), las estrategias para conseguir aumentos en la productividad son principalmente las siguientes:

a)                  estrategias por “extensión”: se basan en la producción en diferentes líneas de fabricación que se adaptan permanentemente a la naturaleza de los productos a fabricar, los mercados y/o las fases de producción.

b)                 estrategias por “renovación”: se asientan sobre la base de una política activa en investigación y desarrollo que permite, ante una disminución en la demanda, renovarla mediante innovaciones de producto o de proceso. Esto permite prolongar y/o extender el mercado de consumidores de un determinado producto.

 

Los nuevos métodos de organización de la producción.

Las nuevas formas tecno-organizacionales mencionadas dan lugar a nuevos métodos de gerenciamiento de la producción, que originalmente comenzaron a ser desarrollados por la industria japonesa. Entre ellos podemos destacar los siguientes:

a) El sistema Kan ban. Implica una  modificación en las técnicas de control del proceso de producción, tal que permitan producir lo estrictamente necesario, en el momento y la cantidad necesaria (trabajar sin stock). O sea, en términos de la producción, significa la inversión del proceso de producción tradicional.

En vez de la producción en cadena, el punto de partida para el comienzo de la producción es el de las encomiendas yá dirigidas para la fabrica (Coriat, 1994)

b)                 La "auto-activación" se sustenta en la preocupación de la búsqueda de calidad en todos los momentos del proceso de producción y para ello se le atribuye a cada operario dos funciones: las de operador y controlador de calidad de los productos fabricados.

c)  El “kaisen”:  relacionado con el control de calidad a lo largo de todo el proceso productivo surge implícitamente este principio de la mejora contínua, según el cual jamás se debe considerar por alcanzado el máximo de eficiencia productiva (principio de los “cinco ceros”[4]).

Las características anteriores son complementadas por una gran racionalización del trabajo donde los operarios son transformados en trabajadores multifuncionales.

Además, en este ámbito, la posibilidad de transferencia y socialización de conocimientos a nivel de la empresa permite la incorporación de nuevas tecnologías, generalmente de base microelectrónica, y la identificación y resolución de las dificultades existentes a lo largo de todo el proceso productivo.

Tambien aparecen, siempre buscando una mayor flexibilidad, nuevas formas organizativas - empresariales, entre ellas se pueden mencionar:

a)  El modelo “Benetton”, que se caracteriza por ser una gran empresa desintegrada verticalmente por medio de una amplia red de pequeñas y medianas empresas integradas horizontalmente.

b)      Los modelos de redes Multidireccionales de Pymes: estan constituídos por empresas que producen para el mercado externo por intermedio de una amplia red de empresas importadoras-exportadoras.

c) Las alianzas estratégicas: sustentado en la interconexión de grandes empresas. Se adoptó esta modalidad para repartir los cada vez mas altos costos de I+D o para el intercambio recíproco de conocimientos científico-tecnológicos; lo cual no significa que las empresas abandonen la competencia entre ellas mismas durante el período que dure la alianza. En el caso de las industrias de alta tecnología, son cada vez más comunes acuerdos y joint ventures que envuelven a la mayoría de dichas empresas. Este tipo de modelo muestra una pérdida de autonomía (aunque no del control) de las grandes empresas, frente a las nuevas reglas impuestas por la globalización, en donde los límites entre cooperación y competencia se encuentran cada vez más difusos.

 

Trayectorias Organizacionales y Tecnológicas

Las transformaciones organizacionales anteceden la incorporación de nuevas tecnologías, siendo respuesta al nuevo ambiente operacional caracterizado por los constantes cambios y situaciones de incertidumbre.  Lo que se puede afirmar es que una vez desencadenados los grandes procesos de tranformación organizativos, éstos se vieron reforzados por las nuevas tecnologías de la información.

Una trayectoria tecnológica está constituída por una serie orientada y acumulativa de innovaciones sucesivas y que las condiciones económicas y sociales en las cuales se forman esas trayectorias, favorecen un proceso de selección de innovaciones (Coriat, 1996).

Las tecnologías de la información no determinan las nuevas trayectorias organizacionales pero sí amplifican su transformación. En última instancia, se trata de un círculo virtuoso que se retroalimenta asimismo; en ocasiones, son las trayectorias organizacionales las que impulsionan nuevos desarrollos tecnológicos, por ejemplo, la implementación del universo de redes, acuerdos y alianzas sólo son posibles mediante la aplicación intensiva de las tecnologías de la información.

En otras ocasiones fueron las tecnologías de la información y la lógica de redes las que se tornan en el factor clave de las nuevas trayectorias organizacionales, posibilitando que procesos de producción y distribución flexibles sean totalmente interactivos, con base en las tecnologías de la información (Piñero, 2003).

La convergencia de las nuevas trayectorias organizacionales y tecnológicas se manifiesta en el múltiple y complejo esquema de redes de producción, distribución y consumo característicos del nuevo paradigma tecnológico productivo informacional.

 

Los grandes cambios: El Paradigma Tecnológico Productivo

El inicio del paradigma de la sociedad de la información puede ser ubicado a partir de la revolución de las tecnologías de la información ocurrida a principios de la década de los setenta.

Este período se caracteriza por la conjunción de varios desarrollos tecnológicos relativamente autónomos en una única línea denominada tecnologías de la información. Estas tecnologías incluyen un conjunto convergente de tecnologías en microelectrónica (transistores, chips, microprocesadores), computación, telecomunicaciones y optoelectrónica (fibra óptica y láser, entre los más recientes). Las Tecnologías de la Información y Comunicación permitieron la creación de sistemas de redes electrónicas globales aplicables primero al ámbito militar y académico y luego a todas las actividades políticas, sociales y económicas (el correo electrónico y más tarde la Internet).

 

El Desarrollo Informacional

Internet, como otras tecnologías de la información, es el resultado de la unión de una amplia gama de desarrollos científico tecnológicos que durante los años setenta fueron relevantes y revolucionarios.  Estas tecnologías se constituirán en los elementos centrales del nuevo paradigma tecnológico productivo.

Esta revolución tecnológica dará lugar a un nuevo modo de desarrollo que afecta a todos los sectores y lugares, aunque de forma totalmente dispar. El nuevo ambiente generado por el paradigma informacional, presenta características que van más allá de los cambios tecnológicos, también implica cambios de tipo organizacional e institucional.

En ese sentido, desde el punto de vista teórico, Kuhn (1996) sostiene que el desarrollo de la ciencia no se produce a través de la acumulación de inventos o descubrimientos ya que las nuevas teorías implican cambios en las reglas que regían la práctica anterior de la ciencia normal, por lo que su asimilación requiere la reconstrucción

de la teoría anterior y la reevaluación de hechos anteriores. Los descubrimientos revolucionarios producen cambios de paradigmas, y, a partir de la asimilación de los mismos, los científicos se encuentran en condiciones de explicar una gama más amplia de fenómenos o lograr mayor precisión en algunos previamente conocidos.

En el sentido teórico señalado, se sostiene que los cambios contemporáneos del paradigma tecno-productivo pueden ser vistos como la transferencia de una tecnología basada sustancialmente en insumos baratos de energía, para otro basado predominantemente en insumos baratos en información, derivados del avance de la microelectrónica y las telecomunicaciones.

De acuerdo a Manuel Castells (1999), el paradigma de la Tecnología de la Información, reune ciertas características, entre las que cabe mencionar:

a)                 La información es la materia prima fundamental de este nuevo paradigma, a la inversa de lo sucedido en las revoluciones tecnológicas anteriores, donde la información era sólo un insumo para actuar sobre la tecnología, en el nuevo paradigma son las tecnologías las que actuan sobre la información.

b)                 El nuevo medio tecnológico-informacional forma parte de toda actividad humana. En ese sentido, los efectos de las nuevas tecnologías son caracterizados por su permeabilidad en todos los aspectos de la vida individual y colectiva.

c)         Las tecnologías de la información se asientan sobre la flexibilidad. Ello permite no sólo elaborar procesos flexibles, sino también organizaciones e instituciones posibles de ser modificadas mediante la reorganización de sus componentes

d)        La confluencia de tecnologías específicas para un sistema altamente integrado es otra de las características del nuevo paradigma. Así, la microelectrónica, las telecomunicaciones, la optoelectrónica y los computadores se encuentran integrados en los sistemas de información.

Todos estos avances tecnológicos, permiten, en cierta forma, mantener inalterable la esencia misma del modo de producción capitalista, que continúa siendo dominante. 

Las fuerzas productivas con las correspondientes relaciones de propiedad y de producción constituyen el modo de producción. Cada modo de producción constituye un todo equilibrado, en el sentido que a un cierto grado de desarrollo de las fuerzas productivas corresponden relaciones de producción que se adecuan a ellas y un régimen de propiedad que le sirve como centro de organización.

 Sin embargo, consideramos que para comprender la dinámica social en su conjunto se hace necesario incorporar otra categoría analítica: el modo de desarrollo.

La productividad, entendida como una relación entre el valor de cada unidad de producción en relación al valor de cada unidad de insumo, dependerá de la relación entre la fuerza de trabajo y la materia. En el sistema capitalista, surge un excedente cuya capacidad de distribución queda en manos de los mismos burgueses.

Dicho excedente estará determinado en última instancia por los procedimientos mediante los cuales la fuerza laboral opera sobre la materia prima para elaborar el producto. Es a este procedimiento al que se denomina Modo de desarrollo.

En el modo “informacional” de desarrollo, la productividad se encuentra en la generación de conocimientos, de procesamiento de la información y de la comunicación de símbolos (Castells, 1999). En este modo, la acción de conocimientos sobre los propios conocimientos es la principal fuente de productividad.

 

Nuevo fortalecimiento del Capitalismo

Durante casi todo el siglo XX tenemos básicamente dos modos de producción predominantes: Capitalismo y Socialismo. El capitalismo es entendido como un modo de producción en el cual la propiedad y el control de los medios de producción están en manos de la burguesía, así como tambien la apropiación y distribución del excedente. Mientras tanto, en el modo de producción dirigido por el Estado, el control del excedente es externo al ámbito económico, se encuentra en la órbita estatal.

En ese sentido, el nivel y calidad del excedente generado en condiciones capitalistas de producción estará determinado por las relaciones tecnicas de producción.

Los procesos sociales, económicos y políticos que conforman la interrelación entre un modo de producción (capitalismo) y un modo de desarrollo (informacional) particular, tuvieron lugar a partir de la reestructuración del modo de producción capitalista emprendida en los últimos treinta años, de forma que el nuevo sistema económico y tecnológico denominado por Castells (1999) como “capitalismo informacional”.

Actualmente el capitalismo es dominante y entre los factores que han contribuído a su “resurrección” se encuentran la innovación tecnológica y la transformación organizacional, ayudados por la flexibilidad y la adaptabilidad (cruciales para garantizar la velocidad y la eficiencia de la reestructuración).

Sin embargo, el proceso de reestructuración capitalista y la difusión del modo de desarrollo informacional no ocurrió a escala planetaria en forma homogénea. De allí surge una diferencia entre economía global y planetaria (Castells, 1999).

La economía global no alcanza a todos los procesos económicos del planeta, ni abarca a todos los territorios y tampoco incluye a todas las personas. Sin embargo los efectos de la economía global se hacen sentir, directa o indirectamente en todo el planeta. Por ello, aunque el nuevo sistema económico es muy dinámico, mantiene una alta tasa de exclusión social.

 

A modo de conclusión:

Los próximos Desafíos: sostener e incrementar la Innovación y Competitividad.

El surgimiento de este nuevo sistema económico – tecnológico denominado “Capitalismo Informacional”, ha configurado una nueva geografía de la exclusión, distanciando los sectores incluídos / excluídos, así aparecen amplios sectores de marginados dentro de los mismo países desarrollados.

Por otro lado, la posición en la nueva división internacional del trabajo no depende, principalmente, de las particularidades de cada país o región, mas sí de las características cualitativas de su población (especialmente nivel educativo) y de su inserción en dicha división internacional del trabajo, ya que la misma se encuentra organizada con base no sólo en el trabajo sino tambien  en la tecnología.

Las capacidades de gestión para actuar en esta economía abierta se han visto afectadas notablemente, acostumbradas a operar sobre mecanismos, actitudes y capacidades típicamente locales con baja competitividad internacional. El comportamiento de “administrar la espera” (Kosacoff, 1993) ante la creencia que los cambios eran temporarios, inhibió los procesos de innovación, los nuevos emprendimientos y los cambios tecnológicos.

Los aspectos sistémicos tampoco han colaborado para brindar mayor competitividad: por ejemplo, cooperación entre agentes, relaciones institucionales, rol de los centros de investigación, ambiente local, cultura organizacional, entre otros.

Como consecuencia de lo dicho anteriormente, la incertidumbre que se genera se distribuye en forma desigual en la economía y da lugar a una alta “incertidumbre estratégica”. La certeza mantenida por décadas detuvo o no fomentó dicho cambio tecnológico y la innovación, por lo cual, no han incentivado la inversión en conocimientos, tecnologías e intangibles.

Ante este nuevo panorama, se debe impulsar una profunda transformación en el sistema, incentivando la innovación, la incorporación de tecnología, y por sobre toda las cosas, la mejora del recurso humano.

Estos aspectos podrán ser cubiertos a través de: a) la implementación de adecuadas políticas de capacitación; b) una mayor incidencia de las instituciones educativas y de investigación en los procesos productivos, en la transferencia de tecnología, y en la difusión del conocimiento y, c) la creación y/o mejora de fuentes de financiación para llevar a cabo la innovación.

Es por ello que debe existir una preocupación creciente (a nivel país, región y aun local) por la busqueda de la “excelencia”, que se puede sintetizar en dos palabras pero que implican un proceso de cambio profundo, de corto plazo y mediano plazo: Competitividad e innovación.

Este proceso deberá ser continuo a traves del tiempo, ya que  “Políticas sistémicas en relación con el ambiente económico, el desarrollo productivo, las oportunidades de inversión perceptibles por el mercado  favorecen el desarrollo de ventajas comparativas” (French-Davis, 1990), generando una visión de largo plazo, y oportunidades hacia el futuro.


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NOTAS

*/** Docentes e investigadores del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Problemáticas Internacionales y Locales perteneciente a la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (CEIPIL-FCH-UNCPBA). Argentina.

[1] Las Tecnologías de la Información incluyen el conjunto convergente de tecnologías en microelectrónica, computación, telecomunicaciones, optoelectrónica e ingeniería genética.

[2] La simplificación de las tareas también implica un acortamiento de los tiempos de aprendizaje. Al respecto Ford señala que para el aprendizaje técnico la proporción es la siguiente:   “43% no requiere más que un  día; 36% requiere entre uno y ocho días; 6% de una a dos semanas; 14% de un mes a un año y 1% de uno a seis años”. (Ford, 1926, p. 105)

[3] Al respecto vale recordar la fuerte campaña anti-operaria con el objetivo de desarticular el poder de los sindicatos reconocidos legalmente. Las elecciones de 1946, con predominio conservador, motivaran  la promulgación de la Talft-Hartley Act,  que se ajustaba a las exigencias patronales.  Además, esta Ley eliminó practicamente todas las restricciones progresistas contenidas en la antigua Ley de 1935 (Poulantzas, 1970).

[4] Este principio puede ser alcanzado mediante: cero defectos en las piezas; cero daños en las máquinas; cero stok; cero demora en la entrega y cero burocracia (Coriat, 1994).


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Piñero, FJ y Gutierrez, SG  "Trayectorias Tecnológicas y Organizacionales en el viejo y en el nuevo Paradigma Tecno–Productivo"  en Contribuciones a la Economía, julio 2005. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/