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"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normal
izado de Publicaciones Seriadas
ISSN 16968360

 

Producción turística y productos turísticos
Estado de la cuestión, métodos y tendencias

Alberto Sessa
International School of Tourism Sciences

Presentación, traducción y notas de
Francisco Muñoz de Escalona
mescalona en iservicesmail.com
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Sessa, Alberto "Producción turística y productos turísticos" en Contribuciones a la Economía, octubre 2004. Texto completo en http://www.eumed.net/ce/



Presentación de la versión castellana

El economista y sociólogo Alberto Sessa es uno de los más prestigiosos y originales turisperitos de la AIEST, lo que es lo mismo que decir del mundo entero. En la actualidad es director de la Scuola Internazionale di Scienza Turistiche de Roma. Estudió con los llamados padres de la doctrina general del turismo (fundamento histórico de la actual aproximación académica al estudio del turismo) en Suiza y fue el primero que se atrevió a criticar la definición canónica que sus maestros propusieron, rebatiendo así su núcleo, la insistencia inquebrantable en la cuestión de las motivaciones no lucrativas del turismo. Walter Hunziker, mentor y presidente de la AIEST hasta su muerte, llegó a proponer a fines de los sesenta, convencido por los argumentos aportados por su brillante discípulo italiano, revisar la definición de turismo que él mismo había propuesto en 1942. Sometida a consulta por medio de una encuesta entre los miembros de la AIEST, se encontró con la sorpresa de que los asociados eran más papistas que el Papa, con lo que la definición siguió siendo canónica con un ligero retoque de circunstancias que Hunziker creyó conveniente introducir a título personal.

Alberto Sessa ha escrito tantas obras que no seríamos capaces de hacer un inventario ni siquiera aproximado completo. El Centro de Documentación del Instituto de Estudios Turísticos cita cerca de treinta y no son todas. Ha estudiado el fenómeno del turismo por medio de obras en cuyo título aparecen referencias a casi todas las ciencias sociales (economía, sociología, psicología, política, pedagogía y formación, relaciones internacionales, desarrollo, investigación, dinámica de sistemas). A fines de los años sesenta estuvo a punto de convertirse en heterodoxo; lo evitó a tiempo y supo permanecer dentro de la comunión de expertos científicos en turismo, hoy con categoría de purpurado con toda justicia. No creo que haya otro miembro de la AIEST que sea más prolífico que él, por supuesto si no tenemos en cuenta al español Manuel Figuerola, que posiblemente lo supere en número de publicaciones. Cuando en el 46 congreso de la AIEST presentó la ponencia que traduzco, al caer en mis manos poco después, me causó un sobresalto gozoso saber que la había dedicado a la irresuelta cuestión de la función de producción en la disciplina que llamamos economía del turismo. Sin embargo, ya la primera lectura me convenció de que, una vez más, el eminente Sessa se había acercado una vez más al fuego sin quemarse, lo que hay que es un mérito indudable. No. Alberto Sessa fue, sigue y seguirá siendo fiel al enfoque de demanda, sociológico o convencional que la ortodoxia aplica al turismo desde su acta fundacional de 1942. Eso no quiere decir que sus planteamientos no presenten aspectos novedosos, que los tiene, incluso de gran calado y hasta conceptualmente atrevidos si se contemplan en el contexto de la asociación. En su juventud, más frecuentemente que en su senectud. Sessa ha sabido estar al día utilizando las técnicas y la terminología de moda en cada momento. Después de trabajar como sociólogo con mucha carga humanista, como sus maestros suizos, hoy está bien instalado en los planteamientos del arrasador marketing entreverados con la moderna dinámica de sistemas. Y todo ello sin dejar de ser lo que siempre ha sido, un sociólogo del turismo con ribetes de economista. El lector que no lo conozca tiene aquí la oportunidad de acercarse a él en uno de sus trabajos cortos más ambiciosos y que también muestran mejor la característica mezcla conceptual que domina la literatura especializada y en la que él se instala con absoluta normalidad. Por muy cierto que sea que cada paradigma es soberano en sí mismo, resulta admirable hasta qué punto se pueden mezclar los métodos y los enfoques de una forma tan manifiesta y construir un nuevo paradigma que, siendo una mezcla de todos, no sea ninguno en concreto, lo que le permite hacer afirmaciones originales de difícil o imposible crítica desde fuera si antes no se ha intentado desbrozarlas minuciosamente para evidenciar las contradicciones internas en las que cae.

Quien esto escribe aplica al estudio del turismo el mismo enfoque con el que se estudia la economía de cualquier actividad productiva se trate de un bien o de un servicio. Está convencido de que es posible hacerlo y de que si se hace el turismo resulta ser un producto objetivamente diferenciado al margen de quien sea el agente consumidor. Pues bien, si de esta forma es posible representar la realidad del turismo de un modo que permita manejarla al servicio de la optimización de riqueza hasta ahí llega la artificiosa cuestión de los paradigmas. Porque no se trata de confundir sino de producir. No se trata de definir el turismo sino de producirlo de un modo rentable.

Debo terminar esta presentación del trabajo de A. Sessa expresando el valioso apoyo de D. Carlos Calvo, el eficiente bibliotecario del Centro de Documentación del Instituto de Estudios Turísticos. Sin su ayuda mi trabajo habría sido más laborioso.
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Figuras
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Bibliografía
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